Los mejores fondos bajo un mismo paraguas
Los fondos de fondos permiten diversificar la cartera sin tener que hacer frente a los gastos que conlleva invertir en muchos productos distintos
Los fondos de fondos (fondos de inversión mobiliaria de fondos-FIMF) son instituciones de inversión colectiva de carácter especial autorizadas en virtud de la Ley 37/1998 de reforma de la Ley del Mercado de Valores. Estos productos ofrecen ventajas muy interesantes, como veremos más adelante, tanto para el partícipe como para las entidades gestoras. Como su propio nombre indica se trata de fondos de inversión cuya cartera está invertida, a su vez, en instituciones de inversión colectiva (normalmente también fondos de inversión).
En cuanto a las características principales de los FIMF, citaríamos las siguientes:
Tienen que invertir más del 50% de su activo en acciones o participaciones de otras instituciones de inversión colectiva (IIC) de carácter financiero. Se excluyen IIC inmobiliarias y fondos de fondos.
No pueden tener invertido más del 45% de su activo en una sola IIC.
Las IIC en las que inviertan tienen que estar domiciliadas en países miembros de la OCDE que no tengan la consideración de paraíso fiscal y estén registradas y supervisadas.
Los fondos de fondos también tienen su propia historia dentro del mundo de la inversión colectiva. Los primeros, que en su mayoría fueron de renta variable, surgieron en el año 97 (antes de la normativa de los FIMF) y se utilizaron por las gestoras nacionales como recurso para ofrecer a sus clientes gestión especializada en mercados internacionales de la mano de gestoras globales con reconocido prestigio. Eran FIM normales, pero que invertían en otros fondos y, por tanto, con las limitaciones de concentración de inversiones propias de los FIM.
Posteriormente, con la normativa FIMF en vigor, los fondos de fondos fueron evolucionando. Los antiguos fondos de fondos FIM se transformaron en FIMF. Empezó también a generalizarse la fórmula de fondos perfilados, un fondo de fondos para cada perfil de riesgo, con el aliciente en aquel momento de que a través de una cartera de estas características el cambio de fondos no tenía incidencia fiscal para el partícipe.
Además de estos fondos, según el perfil del inversor, son muchas las alternativas de inversión que se han lanzado al mercado bajo la figura de fondo de fondos y hoy existen más de 460 FIMF en sus distintas versiones.
Ventajas de los fondos de fondos
Los mejores gestores:
El objeto de inversión de un fondo de fondos es el de seleccionar e invertir en otras instituciones de inversión colectiva realizando una gestión activa dentro de la política de inversión marcada en el FIMF. Con la ventaja de que a través de un único vehículo en cada clase de activo, mercado o estilo de gestión, se pueden elegir los mejores gestores de fondos del mercado a escala mundial. A este respecto, hay que destacar los FIMF que invierten en multigestión, abarcando la mayoría de oportunidades de inversión de muy diversas gestoras, frente a los productos que sólo invierten en fondos de la gestora que lo ha diseñado.
Diversificación equivale a mayor estabilidad:
A través del FIMF se accede a un número de valores mucho mayor, mejorando la relación rentabilidad-riesgo gracias a la gran diversificación que proporcionan estos fondos. Además, al intervenir varios gestores y estilos de gestión, también se diversifica el riesgo de los posibles errores en las decisiones de un único gestor.
Cartera óptima y gestión activa:
Cuando el partícipe opta por una cartera mixta, a través de un fondo de fondos, puede acceder a una cartera óptima en términos de riesgo y rentabilidad (con porcentajes de inversión en activos monetarios, renta fija y renta variable según los objetivos, riesgo y plazo de la inversión) y a los fondos concretos idóneos para dicha elección.
Sobre esta cartera de fondos, la entidad gestora deberá realizar una gestión activa con dos finalidades: por un lado, cambiar la ponderación de los distintos tipos de activos y áreas geográficas según su visión de los mercados financieros -dentro de los márgenes establecidos en la política de inversión- y, por otro, realizar un análisis constante del comportamiento de los fondos en cartera (como de aquellos otros susceptibles de inversión por parte del FIMF), con el fin de tomar decisiones sobre los productos idóneos para cada coyuntura de mercado y asegurar la calidad de la gestión.
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Accesibilidad y liquidez:
A través de un fondo de fondos, un inversor particular con pequeñas cantidades de dinero puede acceder a una cartera de fondos para la que se exigirían volúmenes altos de patrimonio si se compraran por separado. Además, la liquidez para el partícipe (al reembolsar sus participaciones) es más inmediata si invierte a través de un fondo de fondos que si los compra de forma directa, debido a que la fecha de liquidación o pago es más inmediata para el caso de los fondos FIMF domiciliados en España -dos días- que para los fondos internacionales, la cual puede llegar a demorarse hasta cinco días.
Eficacia en los costes:
Si la estructura de comisiones de un FIMF cualquiera está diseñada en beneficio del partícipe, el precio total del fondo (comisiones de los fondos+comisión del FIMF) debería ser similar al coste de comprar esa cartera de fondos directamente por el inversor. De no ser así, las economías de escala que en teoría deberían funcionar a favor de los partícipes no se estarían poniendo en práctica.
El Superselección del Santander
Es, sin duda, el producto de moda en el mercado financiero español. Ha captado 900 millones de euros en sólo un par de semanas tomando el relevo, en términos de éxito comercial, del depósito Supersatisfacción, también del Grupo Santander Central Hispano. Aunque el nombre parezca indicar que el producto es un fondo de fondos, la realidad es que nos encontramos ante un fondo garantizado que utiliza como subyacente una cesta de fondos de inversión que varía año a año.
La política de inversión va dirigida a garantizar, en un plazo de tres años y medio, el 100% del capital invertido más el 75% de la revalorización media en ese plazo de una cesta de fondos: 50% fondos de renta fija, 25% fondos de renta variable de EE UU y 25% fondos de renta variable europea. Estos fondos son seleccionados dentro de su categoría en función de la rentabilidad obtenida en los últimos cinco años según un ranking elaborado por Standard & Poor's.
La opción que utiliza el fondo, para dar una rentabilidad adicional al capital garantizado, es una opción de compra -call- asiática ballena. Una opción asiática, en contraposición a la opción europea o de rentabilidad punto a punto, ofrece la revalorización media de un activo en periodos (mensuales, trimestrales, etc.) comprendidos dentro del plazo total de la opción.
La denominada opción ballena, a diferencia de las opciones tradicionales, al realizar el cálculo de rentabilidad no divide el resultado obtenido entre el valor inicial, sino que utiliza como denominador el valor final, de forma que en caso de subida del activo la rentabilidad garantizada será menor que en el procedimiento normal de cálculo.
En el cuadro 2, vemos, con un ejemplo práctico, un análisis de la rentabilidad aproximada que podría ofrecer este producto introduciendo unas hipótesis determinadas. Supondremos que la rentabilidad anual de la cartera de renta variable es del 10% y la de renta fija, del 4% anual. Esta rentabilidad se supone que se obtiene de forma lineal constante durante los tres años y medio del producto. La rentabilidad, al final, es del 2,39% TAE.