La economía española creó 256.200 empleos en 2002 pese a la desaceleración
No se puede negar, como les gusta resaltar a los miembros del Gobierno, que España, a la vista de los vientos que soplan en el panorama internacional, está aguantando el tirón de la desaceleración económica, al menos en materia de empleo.
La economía española cerró 2002, que fue el peor año de la desaceleración, consiguiendo una creación de 256.000 nuevos empleos, según los datos de la encuesta de población activa (EPA) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone un avance de la ocupación en tasa interanual del 1,56% o un 2% de media anual, la menor desde 1994.
Indudablemente se trata de una desaceleración del ritmo de creación de empleo, que en 2001 creció una media del 3,7%. Si bien esto se corresponde con el menor crecimiento en general de la economía española, que no ha afectado en mayor grado al empleo, ya que no se han destruido puestos de trabajo en términos netos, como en la anterior crisis económica, sino todo lo contrario.
En cualquier caso, la creación de 20.400 nuevos empleos en el cuarto trimestre (en el mismo trimestre del año anterior se destruyeron 17.400 puestos de trabajo) ha llevado a alcanzar un nuevo máximo histórico, con 16.377.300 personas ocupadas.
Pero no todo es positivo en los datos de la EPA. El paro aumentó el año pasado un 12%, registrándose 226.400 parados más, el mayor incremento interanual de los últimos 10 años. Con ello, la cifra total de parados se situó en 2.118.200 y la tasa de paro se incrementa casi un punto, del 10,5% de diciembre de 2001 al 11,4% de diciembre pasado.
La explicación a esto es que, aunque se creó empleo, éste no fue suficiente ni para reducir el paro acumulado ni para absorber la llegada de las nuevas personas que se incorporan al mercado laboral.
Sólo el año pasado se incorporaron al mercado de trabajo 482.600 personas (327.400 mujeres y 155.200 hombres), lo que supuso un fuerte incremento de la población activa (2,6%), con lo que la tasa de actividad se eleva ya al 54,3%, frente al 53,2% con la que cerró 2001.
Según la EPA, el perfil del empleo creado en 2002 es el de mujer, de entre 25 y 54 años, que es contratada de forma indefinida en el sector servicios.
Así, la inmensa mayoría del empleo creado el año pasado se concentró en el sector servicios, donde se generaron 284.100 nuevos empleos, seguido de la industria y la construcción, con 19.000 y 18.900 puestos de trabajo, respectivamente. Sólo en la agricultura se destruyó empleo, 65.800 puestos de trabajo menos.
A este saldo positivo del empleo ayudó el inesperado buen comportamiento del último trimestre -que marca la tendencia del presente año-, en el que, sin embargo, se registró destrucción de empleo en la industria (34.300 puestos de trabajo), lo que podría indicar que la desaceleración ha tocado techo en este sector, dado que los datos de afiliación y de paro registrado de enero indican una leve recuperación de la actividad industrial.
Como es habitual cuando se atraviesa un mal momento económico, en 2002 se destruyó empleo entre los más jóvenes, que generalmente tienen contratos temporales, por lo que también se refleja la pérdida de 21.400 empleos eventuales. En concreto, desaparecieron 32.000 empleos de jóvenes de entre 16 y 19 años y 77.200 puestos de trabajo de trabajadores de entre 20 y 24 años.
En cuanto al tipo de empleo creado, la gran mayoría (357.100 empleos) fue con contratos indefinidos, que crecieron un 4% el año pasado, frente a la destrucción citada del empleo temporal.
Esto ha hecho descender un punto, al 30,7%, la tasa de temporalidad, que aún sigue siendo más del doble que las medias europeas.
Se reducen los autónomos
El empeoramiento de la economía se ha dejado también sentir en el espíritu empresarial. En 2002 se redujeron 104.800 puestos de trabajo autónomo y 4.900 empleos de cooperativas.
En cuanto al reparto del empleo por comunidades autónomas, Andalucía fue la que creó más puestos de trabajo en términos absolutos (46.700) seguida de Madrid (27.000), mientras que Murcia registró el mayor crecimiento del empleo, con un avance del 4,1%.
Por el contrario, Cantabria y La Rioja experimentaron una ligera destrucción de puestos de trabajo (800 y 400 empleos, respectivamente).
Andalucía cuenta con la mayor tasa de paro (20,1%) y Navarra es la comunidad con la tasa más baja (5,2%), rozando el pleno empleo.
Casi medio millón de hogares, con todos sus miembros sin trabajo
Los indicios de repunte del empleo en el cuarto trimestre del año no evitaron que entre octubre y diciembre el número de hogares con todos sus miembros en paro se incrementara en 900. En 2002, las familias con todos sus miembros desempleados aumentaron un 14%, hasta alcanzar el total de 490.500.Como dato positivo se observa que también se incrementó, en 25.700, el número de hogares donde todos sus miembros tienen un empleo, llegando a alcanzar 8,5 millones. En concordancia con el aumento del desempleo y la actividad, la tasa de paro del cabeza de familia se situó en el 6,2% tras aumentar en 0,7 décimas en el año. Aumentó aún más (1,33 décimas) la tasa de paro del cónyuge o pareja, hasta situarse en el 13,3%. Si bien en este último caso se registró una leve recuperación en el último trimestre, con una caída de la tasa de paro de 1,64 puntos. Pese a estar atravesando un momento económico poco favorable, los españoles se han vuelto más exigentes con las condiciones para aceptar un empleo. Así, sólo el 20,8% de los encuestados por la EPA aceptaría a finales de 2003 un empleo que supusiera el cambio de residencia, frente al 22,4% que lo hubieran aceptado un año antes. También se redujo notablemente el porcentaje de españoles que dirían sí a un empleo remunerado de forma inferior a lo adecuado para su cualificación. A finales del pasado año el 46% de los preguntados habría aceptado un empleo en esas circunstancias, en comparación con el 50,6% que lo habría aceptado a finales de 2001. Sólo aumenta el colectivo de españoles que aceptaría un cambio de ocupación. æpermil;stos pasan de ser el 37% en el último trimestre de 2001 al 71% en el cuarto trimestre del pasado ejercicio.