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Tribuna
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Perspectivas de las telecomunicaciones para 2003

El comienzo de un nuevo año es un buen momento para hacer algunas predicciones sobre lo que el sector de telecomunicaciones podría experimentar en este periodo.

Creemos que el ejercicio de 2003 será un año de pausa y transición en el aspecto reglamentario, ya que la necesaria transposición de las nuevas directivas de la Unión Europea -antes del 25 de julio- y su desarrollo reglamentario hacen prever que la nueva regulación no encontrará aplicación en este periodo.

Se realizarán los estudios de mercado requeridos por esas directivas, pero, previsiblemente, cualquier modificación inducida por sus resultados de las condiciones competitivas y operativas en los mercados no se producirá en este año. Faltan aún por establecer los necesarios mecanismos de armonización comunitarios, para evitar que esas posibles modificaciones produzcan una fragmentación más que una integración del mercado único. Por otro lado, el carácter transitorio de la regulación actual condicionará las posibles acciones reglamentarias correctoras de ineficiencias en los mercados, limitándolas al mínimo intervencionismo posible.

El exceso de oferta -número de proveedores de servicio- en algunos mercados forzará la consolidación del sector. Son difíciles de prever las líneas directrices de ese fuerte cambio estructural que se iniciará en este periodo. Los relativamente pequeños tamaño -número de clientes- y cuota de mercado -volumen de ingresos- de la mayoría de los agentes les hace poco atractivos para ser adquiridos.

La poca diversidad existente en las carteras de productos y servicios y en los mercados objetivo de los agentes limitan la posible complementariedad entre cualesquiera dos de ellos.

Sólo aquellos que disponen de activos estratégicos, como redes de acceso, pueden ser objeto de deseo. Por otro lado, cualquier consolidación alterará apreciablemente los costes de capital -capex- y operativos -opex- de la entidad resultante respecto a los de las sociedades participantes, cuando los mercados han reducido apreciablemente su crecimiento y los márgenes tienden a reducirse.

Así, la posición competitiva de la nueva entidad consolidada podría no resultar precisamente mejorada. Por todo ello, parece que la anunciada consolidación podría ser más fruto de movimientos de capital que de estrategias de mercado.

El mercado de telefonía fija seguirá estancado, con un crecimiento mínimo y con nuevas reducciones de márgenes, por las bajadas de los precios difícilmente compensadas con reducciones de costes.

El mercado de móviles mantendrá sus incertidumbres. Las caídas de los precios de interconexión reducirán apreciablemente los ingresos de los operadores, limitando así las posibles bajadas de los precios de los servicios.

Los servicios multimedia con tecnologías de transición (GPRS, e-mode) crecerán, pero sus ingresos no compensarán la caída de los de la voz, pudiendo surgir dudas sobre la rentabilidad futura de las cuantiosas inversiones realizadas por algunos operadores para prestar esos servicios.

Veremos el lanzamiento comercial de la tercera generación (UMTS), pero sin efectos reseñables sobre la cuenta de resultados.

Por estas incertidumbres habrá movimientos para reducir los costes de capital, con concentración de los operadores en sus mercados más relevantes, desinversiones en nuevos mercados con ventas de licencias y mayor compartición de recursos. Es posible alguna concentración aprovechando la baja capitalización de algún operador.

Los mercados de transmisión de datos serán los que crezcan más significativamente (dos dígitos), aunque sus márgenes se reducirán por la creciente competencia. Dado su pequeño peso en el total del sector (17%), no podrán aún compensar el poco crecimiento de los servicios de voz.

Su crecimiento vendrá principalmente de la aplicación de las tecnologías IP hasta el usuario, moviendo a los operadores alternativos a acelerar la comercialización de accesos (indirectos) de alta frecuencia y bucles desagregados.

Esta demanda creará tensiones regulatorias, tanto para mejorar los modelos de interconexión como para estimular la desagregación efectiva de los bucles.

Los servicios de datos de banda ancha crecerán menos de lo esperado, y básicamente en el acceso a Internet. Se seguirán buscando otros productos y servicios para mejorar la eficiencia y rentabilidad de los accesos de banda ancha.

Caerán las inversiones en activos fijos. Estas se concentrarán en las redes de acceso y en los sistemas para proveer servicios de banda ancha. Las primeras se repartirán entre la reutilización del bucle, las nuevas redes móviles, las de cable y algo en redes inalámbricas WIFI.

Las segundas se concentrarán en sistemas de transmisión de datos, con tecnologías IP y MPLS. Por esa caída de inversiones persistirán las dificultades de los grandes fabricantes, obligándoles a hacer nuevas reducciones de costes, concentrarse en productos de datos y colaborar más con fabricantes de TI. No es descartable alguna fusión.

En resumen, podemos concluir que las perspectivas del sector para 2003 muestran claros y sombras, lo que producirá más reducciones de empleo y posiblemente cambios en los gestores de las segundas operadoras, después de los habidos en las dominantes.

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