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EE UU

Fría acogida de Wall Street al nuevo secretario del Tesoro

Bush compareció ayer ante la prensa y algunos de los miembros de la Administración, entre los que se encontraba el también dimitido Lawrence Lindsey, para presentar al que será nuevo secretario del Tesoro del país tras la confirmación del Senado. En su introducción, Bush dijo que John Snow 'ha brillado por ser un excelente líder empresarial, un experto en política económica, un académico y servidor público, por lo que será un magnífico miembro de mi Gabinete'.

'La economía afronta muchos retos que pueden ralentizar el crecimiento. Parte de América está experimentado un persistente paro' dijo el presidente. 'Muchos americanos tienen poco dinero tras pagar sus impuestos y algunos tienen tantas deudas que es difícil que puedan ahorrar para su retiro'. Las palabras del presidente fueron no sólo la aceptación de un fallo en la actual gestión económica, algo que la retirada del anterior responsable de la política económica daba a entender, sino además un aviso sobre la agenda que la Casa Blanca va a poner encima de la mesa del Congreso el próximo mes. El diagnóstico de Bush fue una de las razones esgrimidas ayer para justificar la caída de los mercados.

'Propondré acciones específicas que animen este momento económico', dijo Bush. Y la Casa Blanca ya trabaja en ello. Se trata de un nuevo paquete de estímulo fiscal que, según explicaba ayer The Wall Street Journal, incluye medidas para los próximos 10 años valoradas en 300.000 millones de dólares que ayuden a revitalizar la aún anémica economía de EE UU. Según este diario, este paquete está compuesto por una serie de recortes de impuestos, que van desde la supresión o disminución de la imposición sobre dividendos a los beneficios fiscales específicamente diseñados para animar la contratación en las empresas, y disminuir el actual 6% de desempleo, así como beneficios fiscales para la inversión.

En estudio están también facilidades fiscales para empresas de nueva creación con mayores deducciones o una nueva aproximación a la amortización de activos más beneficiosa para las empresas. Al tener Bush que hacerse con algunos votos más de los que tiene, a pesar de su mayoría en el Congreso, el presidente tratará de acercarse a algunos de los líderes demócratas más próximos a los postulados republicanos con una rebaja de impuestos para los ciudadanos de ingresos medios y bajos.

Recorte permanente

El plan que desde hace muchos meses acaricia el presidente de hacer indefinidos los recortes fiscales aprobados en 2001, y que vencen en 2011, podría conformar un segundo paquete de estímulo separado que no ponga en peligro la viabilidad política del primero.

Estos planes de la Casa Blanca habían encontrado en el anterior secretario del Tesoro un muro por su oposición a los recortes fiscales.

En este sentido, Snow está más en la línea presidencial y, en su primera aparición oficial, dijo que trabajará en una nueva agenda dedicada al crecimiento y la creación de puestos de trabajo, además de tener una frase para recordar la lucha contra el terrorismo que libra su país. 'Comparto su visión la del presidente de que no podemos estar satisfechos hasta que todos los que estén en paro y busquen un empleo tengan una oportunidad para trabajar'. Pero, de momento, las grandes líneas económicas del país se están haciendo sin contar con él de una manera activa.

No obstante, hay algo que singulariza al nuevo secretario del Tesoro y es su posición reiterada, antes de tomar posesión, a favor de un dólar más débil, algo que muchos empresarios han venido pidiendo insistentemente.

El nuevo secretario del Tesoro es miembro de los consejos de administración de la operadora Verizon, la farmacéutica Johnson & Johnson y de la siderúrgica US Steel. Además, ha sido presidente de la Business Roundtable, la mayor organización de empresarios del país. En los últimos meses ha destacado, especialmente desde la mesa de expertos del Conference Board, por patrocinar una mejora de la ética al frente del gobierno de las empresas.

Lindsey, ex consejero económico de Bush, apenas intervino en la presentación de ayer. Su puesto será cubierto esta semana y todo indica que por Stephen Friedman, ex copresidente de Goldman Sachs.

Colaboración con la comunidad internacional

El que será el nuevo secretario del Tesoro no tiene una experiencia significativa en asuntos internacionales. O'Neill, por el contrario, sí la tenía, al estar al frente de una multinacional como Alcoa, aunque le sirvió de poco. Pero John Snow no ha ido más allá de vender una filial de su compañía ferroviaria a una empresa danesa en 1999 y sólo el 3% de los ingresos de CSX provienen de otros países. No obstante el responsable in pectore de la política económica de EE UU hizo una especial mención durante su presentación ayer a la necesidad de trabajar 'globalmente con otros países para crecer globalmente'.Snow es muy consciente de uno de los discursos que más ha utilizado la actual Casa Blanca, no sólo que EE UU no puede ser la única locomotora de crecimiento mundial, sino que, además, la salud de su economía depende, en buena medida, de las de sus principales socios. Este argumento también lo defendió el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última reunión. Precisamente, los analistas aseguran que el nombramiento de Snow cambiará la posición que EE UU ha venido manteniendo respecto a la nueva arquitectura financiera internacional, el papel del FMI en la gestión de las crisis y la resolución de los conflictos financieros actualmente abiertos, como Argentina o Brasil. Una de las primeras posiciones que tendrá que adoptar Snow será su política respecto al dólar, sobre la que O'Neill tuvo que rectificar en varias ocasiones sin que el mercado creyera sus palabras.

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