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Linus Benedict Torvald
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Un Robin Hood para la informática

Maneja una de las compañías más poderosas del sector informático y no ha conseguido ni un solo dólar de beneficio. Prefiere la admiración de la gente al lucro y la opulencia. Con sólo 33 años controla las riendas de su futuro sin necesidad de ser accionista

Estoy trabajando desde abril en la creación de un sistema operativo gratuito, como afición, nada grande o profesional, que pueda ejecutarse en equipos clónicos 386 o 486'. Con estas palabras comenzaba el mensaje que Linus Benedict Torvald escribió el 25 de agosto de 1991 en un sitio de noticias, reclamando la solidaridad de los internautas para liberar a los ordenadores de las cadenas que los ataban. Es decir, para conseguir un sistema operativo absolutamente novedoso que no estuviera ligado a la compra de actualizaciones, como ocurría con Windows, el sistema operativo de Microsoft. Sin necesidad de grandes alardes publicitarios, la noticia corrió como la pólvora por la Red y desató la euforia entre usuarios y programadores, asombrados ante un sistema que se podía descargar de forma gratuita desde una página web y que no desmerecía ante las prestaciones de los instalados en sus propios ordenadores.

La versión 0.01 apareció en septiembre de 1991, la 1.0 vio la luz en marzo de 1994 con más de medio millón de usuarios censados, mientras que en la inauguración de la 2.0 ya eran más de 3,5 millones de internautas. Tras múltiples retrasos, la última versión, 2.4, salió a finales de 2001. Los últimos datos de la consultora IDC apuntan que la compañía cuenta actualmente con una cuota de mercado de un 17%, aunque esto no le ha servido a Linus para hacerse rico, ya que el sistema sigue siendo gratuito. Entonces, ¿por qué ese interés altruista por sacar adelante el proyecto?

En una entrevista reciente explicaba que nunca ganó dinero con Linux, 'hubo gente que hizo alguna donación al proyecto, pero prácticamente testimonial. Lo que me movió a crear Linux no fue tanto el dinero que podía conseguir como lo divertido que podía ser el proyecto. El beneficio más importante que he conseguido es hacer lo que yo deseo: levantarme todas las mañanas sin tener que preocuparme en qué trabajaré mañana o la semana que viene'. Preguntado sobre qué habría sido de él si no hubiera creado Linux, asegura que seguramente se habría graduado tres años antes y que sería un buen programador, pero sin capacidad de decisión sobre su destino.

'Lo que me movió a crear Linux no fue tanto el dinero como poder levantarme sin tener que preocuparme por dónde trabajaría la semana siguiente'

Pero lo que más sorprende en la biografía de este extraño espécimen de la nueva economía, que ha hecho tambalear los planes de negocio del mismísimo Bill Gates, es la ausencia de referencias brillantes en su currículum vitae: no fue un niño prodigio, ni un empollón al uso, ni un iluminado. En realidad, este finlandés nacido hace 33 años en Helsinki es mundialmente conocido por su afición a la cerveza Guiness, su animadversión a los trajes y su capacidad para trasnochar con frecuencia. Sólo había que echar un vistazo a su página personal hace unos meses para darse cuenta del calado del personaje; toda la página estaba (ahora ha adoptado una actitud más comedida y sólo se puede ver alguna foto de su hija) plagada de fotografías suyas, con esa cara de no haber roto un planto, pero desencajada por los efectos del alcohol. 'No pretendía dar ninguna imagen; esas fotos en la Universidad de Helsinki no intentaban mostrar nada; son las vivencias de una persona normal en su entorno de juventud'.

Otro dato que aporta crédito al carácter campechano de Linus es que nunca quiso que el sistema operativo llevara su nombre. De hecho pensó en llamarlo Freax (free+freak+x), para que no le tacharan de ególatra, pero el webmaster del servidor se adelantó y bautizó el sistema operativo con el apodo que utilizaba Linus para comunicarse con los demás usuarios. En la actualidad tiene un empleo fijo como ingeniero de software en la compañía Transmeta, ubicada lógicamente en Silicon Valley, en la que casualmente participa también Paul Allen, cofundador de Microsoft.

Y no le preocupa; de hecho, agradece la competencia de Microsoft porque considera que el Linux no es un programa hecho para todo el mundo: 'Instalar un nuevo sistema operativo es como hacer una operación a corazón abierto al ordenador, sólo puede ser realizada por personas experimentadas. El usuario no quiere problemas; sólo quiere trabajar con el PC y llevarlo a la tienda si se estropea. El 99% de la gente no quiere instalar Linux independientemente de lo sencillo que sea. æpermil;sa es la razón por la que Microsoft tiene una gran cuota de mercado y por la que me siento tan feliz de que compañías de gran nombre, como Sun, IBM, Hewlett-Packard, Dell, Oracle, Borland, Intel o SAP, utilicen y demanden Linux'. Este Robin Hood moderno considera que el principal problema de los productores informáticos es su capacidad para superar los límites de la codicia. 'Está bien ganar dinero, pero conseguir beneficios económicos brutales no es bueno porque rompe las reglas del juego y acaba con muchos proyectos empresariales'. ¿Un recado para Bill Gates?

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