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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El rebote más sólido del año

Las Bolsas de todo el mundo cerraron ayer noviembre como el segundo mes consecutivo al alza. Tras los mínimos marcados en la segunda semana de octubre, los principales indicadores de la renta variable de todo el mundo se han recuperado con una fuerza que parecía difícil de anticipar. En el caso de la Bolsa española, y tras el avance del 13% de octubre, el Ibex ha subido un 8,9% en noviembre. El ascenso, medido desde los 5.266,9 puntos a que llegó a caer el índice el día 10 de octubre, es del 27%. Los grandes bancos se han revalorizado en torno al 50% desde mínimos; Telefónica, Telefónica Móviles y Endesa, cerca del 40%, y Repsol, un 25%. Prácticamente ningún valor se ha quedado al margen del movimiento alcista más sólido del año. El debate sobre si se trata de un mero rebote técnico o estamos ante un cambio de tendencia, con todo, sigue abierto, tanto en España como en el resto del mundo.

Un precedente juega en contra de quienes magnifican la importancia de la subida en estos últimos dos meses. El año pasado, la Bolsa llegó a recuperar más de un 40% desde los mínimos del 21 de septiembre y eso no impidió que la corriente bajista se acentuase poco después. El calendario fue similar al de este año: una fuerte caída en septiembre y una rápida recuperación en octubre y noviembre. El problema es que el año pasado por estas fechas, cuando el mercado necesitaba digerir esa recuperación, estalló el escándalo de Enron, que, con su rosario de secuelas de todo tipo, minó la confianza de los inversores.

Las dudas estriban sobre todo en si la recuperación económica está en marcha. El dato de crecimiento del tercer trimestre en Estados Unidos es bueno, pero no parece sostenible en trimestres venideros. En Europa, directamente, todavía es la desaceleración la que manda, mientras que la desconfianza atenaza a consumidores y empresarios y el Banco Central Europeo parece más pendiente de marcar su territorio que de arrimar el hombro en favor del crecimiento, algo que debe cambiar el próximo jueves con una rebaja de tipos.

Los resultados de las empresas muestran una cierta mejoría a uno y otro lado del Atlántico, pero siguen sin poder ser calificados como buenos. Los inversores particulares parecen escaldados y muestran mayor aversión al riesgo. Las incertidumbres que se ciernen sobre Latinoamérica distan mucho de estar despejadas, por más que la imagen del Lula bueno vaya imponiéndose desde Brasil.

Frente a ello, el mejor argumento alcista es que el castigo previo era exagerado. Ese es un argumento válido para un rebote, pero difícilmente puede convertirse en catalizador de un nuevo periodo alcista sostenido. De lo que no parece caber duda es de que 2002 va camino de cerrarse como el tercer ejercicio consecutivo con la Bolsa a la baja, algo que no ocurría desde los años de la transición a la democracia. La esperanza en la recuperación se traslada a 2003.

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