La banca alemana vive su peor momento desde la II Guerra Mundial
La banca alemana acabará el 2002 con un fuerte descenso de sus resultados y grandes pérdidas en bolsa, tras un año que muchos analistas consideran ya como el peor para el sector desde la Segunda Guerra Mundial.
La debilidad económica, que ha provocado una ola de quiebras empresariales sin precedentes en Alemania, y el descenso de los ingresos por la negociación de acciones, ha sido un mazazo para las principales entidades germanas. Tras más de 40.000 insolvencias en lo que va de año, los cuatro mayores bancos privados del país no han tenido más remedio que elevar una media del 87% sus provisiones para impagados en los primeros nueve meses de 2002.
Según un reciente estudio del banco de inversión Merril Lynch, la banca alemana está entrando en una "pauta de comportamiento japonesa", es decir, que existe riesgo de quiebras motivadas por el alto número de créditos impagados, una opinión que el Bundesbank y otras instancias oficiales consideran exagerada. El efecto sobre los resultados no se ha hecho esperar: Deutsche Bank, HypoVereinsbank, Commerzbank y Dresdner Bank entraron en números rojos en el tercer trimestre, con pérdidas que oscilan entre los 147 y los 447 millones de euros (entre 145,8 y 443,6 millones de dólares).
Paralelamente, los bancos han visto caer con fuerza sus ingresos por negociación de acciones debido a la debilidad de los mercados bursátiles y sus propios títulos se han depreciado una media de casi el 45 por ciento desde enero. El caso más llamativo es el del Commerzbank, cuyas acciones han llegado a descender un 74% en los últimos once meses. Sin embargo, los expertos señalan que las dificultades cíclicas no han hecho más que empeorar una crisis estructural que ya se arrastraba desde hace años y que sólo puede solucionarse mediante una mayor concentración y reducción del número de entidades.