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Información estadística

Las estadísticas públicas llegan tarde, mal o nunca

Pocos meses después de arrancar la unión monetaria, el Banco Central Europeo (BCE) recibió duras críticas por reaccionar tarde con su política monetaria a los acontecimientos, o al menos más tarde que lo hacía la Reserva Federal estadounidense. Los dirigentes del BCE contestaron que no podían tomar decisiones a ciegas y argumentaron que disponían de información económica fidedigna con mucho retraso, mientras que sus colegas de Washington la recibían con mucha más celeridad.

Alguna razón tenían, porque tardan la friolera de 103 días más que Alan Greenspan en conocer la evolución del coste laboral, 90 más en saber las ventas al detalle, 70 más en disponer de la marcha de las cuentas públicas, y mes y medio más en conocer cuánto crece el PIB.

La queja de la autoridad monetaria se está extendiendo también al resto de las instituciones y agentes del mercado, que precisan de la información en el menor tiempo posible para hacer sus análisis, elaborar recomendaciones y tomar decisiones.

Apagón estadístico

La lentitud en la publicación de cifras estadísticas está afectando especialmente a España, donde los retrasos en la provisión de la información son largos y en ocasiones parecen deliberados. El fenómeno, al que algunos analistas se refieren ya como 'apagón estadístico', no permite, entre otras cosas, saber si la economía va o viene, si ha terminado la desaceleración económica o no. En definitiva, impide ver con claridad el futuro a partir de la evolución del pasado más reciente.

Sólo la información aportada por el Instituto Nacional de Estadística y la que elabora el Banco de España tienen la periodicidad necesaria como para convertir los datos en útiles. Sin embargo, toda la información que proporciona la Administración -la gran mayoría de los movimientos que conforman la actividad económica, especialmente los indicadores más adelantados- carece de calendario fijo y, mientras en algunos casos se divulga hasta el cansancio, en otros se oculta. La información más relevante sobre la que existe retraso es la que proporcionan los ministerios de Trabajo, Fomento y Hacienda.

æscaron;nicamente Economía suministra un flujo de información regular, aunque en algunos casos como en los datos relativos a turismo y comercio exterior también son publicados de forma arbitraria.

Trabajo y Seguridad Social dispone de abundante material estadístico de carácter sociolaboral, pero carece de calendario cerrado. Las tres variables con mayor peso específico de cuantas maneja son el registro de paro y colocaciones, la afiliación de cotizantes a la Seguridad Social (obligatoria en España) y las previsiones de creación de empleo de las empresas, establecidas en la encuesta de coyuntura laboral.

Sobre el registro de paro existe la costumbre (no escrita) de proporcionar la evolución de cada mes en el segundo día hábil del mes siguiente, y suele respetarse. En cuanto al registro de afiliados de la Seguridad Social, que está disponible con un retraso de no más de 24 horas, carece de día fijo y es publicitado en función de su resultado.

En diversas ocasiones ha sido ocultado durante todo el mes si se trataba de un dato negativo. En algunos casos, esta información aparece en la página web sintética que elabora el Ministerio de Economía, y no ha sido colgada aún en la de Trabajo. Esta información que proporciona la Seguridad Social es la más cualificada para medir la evolución del empleo en el corto plazo, ya que las tendencias se reflejan mejor en la EPA.

Por lo que se refiere a la encuesta de coyuntura laboral elaborada entre todas las empresas de más de seis trabajadores de los sectores industriales y de servicios, tiene carácter trimestral, y aunque la información está disponible el último día de cada mes, se proporciona con un retraso que casi excede al trimestre natural siguiente. Es la mejor herramienta para conocer la evolución de la jornada real de trabajo, y ofrece pistas sobre las intenciones empresariales en materia de empleo, aunque bien es cierto que la realidad suele desbordarlas, tanto cuando prevén recortes de plantillas como cuando prevén aumentarlas.

Fomento proporciona la información básica sobre la actividad de la construcción (vivienda y obra pública). En cuanto al precio de la vivienda, suele poner a disposición pública la información 45 días después de terminado cada trimestre. Sin embargo, a día 28 de octubre, sólo ha publicado datos hasta el cuarto trimestre de 2001. Un retraso similar existe en la publicación de datos sobre oferta de vivienda nueva, licencias de obra o licitación oficial.

Quienes se quejan del apagón reconocen que no existe ninguna norma que obligue a la Administración a proporcionar la información en un plazo determinado y sugieren que sería conveniente legislar al respecto. Sobre todo teniendo en cuenta que dicha información se elabora con aportaciones de todos los agentes económicos y se financia con fondos públicos.

El objetivo sería establecer un flujo más racional de información que permita a contribuyentes, analistas, inversores y empresas tomar sus decisiones económicas sin tener que actuar a ciegas.

La mayor oscuridad, en las cuentas públicas

Las deficiencias en la distribución de las estadísticas puede deteriorarse más aún con la descentralización de la gestión pública. El Ministerio de Hacienda, que no es precisamente un dechado de celeridad en la provisión de información relevante, alerta sobre las dificultades para disponer de información uniforme y coherente sobre todas las actividades cedidas a las comunidades autónomas o los ayuntamientos, pero especialmente con la ejecución de sus cuentas públicas. Como ejemplo, valga un botón: los últimos datos disponibles de cierre de las cuentas de los ayuntamientos son de 1999 y de 2000 en el caso de las comunidades.Ahora, tras la descentralización administrativa y la cesión de parte de los tributos del Estado o parte de ellos a ayuntamientos y regiones, habrá más dificultad para tener información homogénea de sanidad, presión fiscal, recaudación tributaria, etc. A propósito de los impuestos: la última Memoria de la Administración Tributaria disponible es la de 1996. Las de ejercicios posteriores se han elaborado, pero no se han distribuido. Sí existen posteriores Memorias de la Agencia Tributaria, pero ligadas sólo a los impuestos estatales administrados por la AEAT. Respecto a las cuentas del Estado, la Intervención General proporciona 20 días después del vencimiento de cada mes los datos de cada periodo, aunque de los cierres anuales sólo se conocen avances en marzo, corregidos en octubre, y definitivos casi dos años después. La Tesorería de la Seguridad Social no funciona mejor, y los datos tienen tres meses de retraso.

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