Revista de Prensa
Toda Europa está enferma
La actitud hostil de algunos europeos a los esfuerzos de EE UU por llevar la guerra contra el terrorismo a los países donde se origina (...) ha enfadado a los estadounidenses. Están hechos un lío por la irracionalidad y la debilidad de los europeos (...).
Tenemos que recordar que Europa estuvo dos veces en el siglo XX a punto de suicidarse en guerras que, a posteriori, parecen un sinsentido. Aquella atroz autoflagelación dejó paso a 40 años de guerra fría que encerraron a Europa en una jaula de miedo y sospecha. En este proceso (...) aprendió a optar por una existencia basada primero en la seguridad (...). Buscó una coqueta Utopía donde riesgo y dolor no existiesen (...). A Francia, Alemania, Italia y España les fue excepcionalmente bien en el primer tercio y la mayor parte del último cuarto del siglo XX, mientras la economía mundial crecía a buen ritmo.
Pero ahora descubrimos que Europa no puede superar la recesión (...). Alemania parece dispuesta para un largo periodo de lento o nulo crecimiento y la que fuera admirable locomotora de la próspera Unión apenas puede tirar de sí misma, y mucho menos del resto (...). Francia no está mucho mejor. Y ambos países sufren, por primera vez, las restricciones que la Comisión Europea impone en sus economías en nombre de la unión monetaria (...).
Con este telón de fondo de depresión nerviosa y debilidad, ¿puede extrañarse alguien de que la respuesta de Europa a la guerra de Bush contra el terrorismo haya sido despiadadamente crítica? Merece la pena recordar que las deprimentes democracias de los años treinta también se mostraron reacias a tomar las armas contra los dictadores de aquella época. (...)