Irak y las armas nucleares centrarán el encuentro entre Bush y Zemin
En los últimos meses el Gobierno chino ha realizado repetidos ejercicios de simbología. Hace un par de semanas, en una solemne ceremonia celebrada en Lhasa (Tíbet), las autoridades entregaron a Estados Unidos los restos de cuatro de los más de 1.000 pilotos que perdieron los americanos durante la II Guerra Mundial en accidentes aéreos sobre el Himalaya. El pasado jueves, Ngawang Sangdrol, una monja tibetana de 25 años fue liberada después de pasar 10 años en la cárcel por protestar a favor de la independencia, cuando su condena cumplía en 2011.
Según los analistas, el momento en que se han producido estos hechos no es fortuito. La explicación, aseguran, hay que buscarla en el viaje que realiza esta semana el presidente chino, Jiang Zemin, a Estados Unidos.
No es la primera vez. China hace coincidir a menudo la búsqueda de restos de aviones de la guerra o la liberación de presos con importantes encuentros entre los dos países. De los 18 tibetanos encarcelados por los que se interesó el Departamento de Estado estadounidense durante las conversaciones sobre derechos humanos en Washington hace un año, nueve han sido puestos en libertad.
Jiang Zemin llegará al rancho tejano de George W. Bush con algunas de las peticiones americanas sobre derechos humanos ya cumplidas. La cumbre, con la que el presidente chino culminará su carrera como líder del país asiático, se produce en vísperas del XVI Congreso del Partido Comunista. Un congreso clave, ya que verá la llegada de una nueva generación de líderes políticos.
Aunque todo puede ocurrir, según fuentes diplomáticas, lo más probable es que Jiang ceda la secretaría general del partido a su sucesor designado, Hu Jintao, y mantenga la presidencia de la Comisión Militar. Su encuentro el próximo viernes en Crawford, Tejas, será el epílogo de una carrera que dio el salto definitivo cuando en 1989, tras la tremenda masacre que se produjo Tiananmen, pasó de la alcaldía de Shanghai al pleno corazón del poder en Pekín para convertirse en líder del partido.
Temas claves
Sobre la mesa de conversación entre Bush y Jiang -su tercer encuentro en poco más de un año- estarán algunos asuntos que les unen y otros que no tanto. La cooperación en la lucha terrorista, la proliferación de armas nucleares, la posible guerra contra Irak, Taiwan, los derechos humanos y la recuperación de la cooperación militar tendrán su lugar, probablemente, en la media jornada que pasarán juntos. Después, Jiang viajará a México, donde asistirá a la reunión de jefes de Estado de APEC, el foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico.
Uno de los signos de que el encuentro ha tenido un resultado positivo sería un acuerdo para reanudar los intercambios militares, que fueron suspendidos después de que un avión espía estadounidense chocara con un caza chino en abril de 2001.
Durante los últimos años, Jiang ha caminado sobre la barra de equilibrios entre su interés por mantener buenas relaciones con su poderoso aliado económico y su interés por satisfacer a un público y unos militares cada vez más nacionalistas. Una fiebre que alcanzó su punto álgido cuando aviones estadounidenses de la OTAN bombardearon la embajada china en Belgrado hace tres años.
Uno de los puntos clave de la reunión será el posible ataque sobre Irak. China parece inclinarse por una abstención en caso de que llegue el momento de votar en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Donde sí hay más conexión es en la lucha antiterrorista tras el 11-S. A finales de agosto, Washington incluyó el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, un pequeño grupo separatista uigur que según China recibe armas y entrenamiento por parte de Al Qaeda, en la lista de organizaciones terroristas.
Quedará la espinosa cuestión de Taiwan, cuya adhesión China considera irrenunciable. Aquí, según los expertos políticos, habrá pocos avances. El presidente de Estados Unidos se limitará a repetir que no apoya la independencia de la isla, poco más. Y de telón de fondo, brillarán los privilegiados intercambios económicos entre los dos países.