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Análisis bursátil

Los analistas ponen en duda que un ataque a Irak tenga un efecto alcista en las Bolsas

Puede que parezca ofensivo, pero la estadística demuestra que las Bolsas suben una vez empiezan a caer las bombas. A lo largo del último siglo los principales índices bursátiles han registrado fuertes subidas en los seis meses posteriores a cualquier conflicto bélico. Así ocurrió tras la guerra de Corea, la crisis de los misiles de Cuba, la Guerra del Golfo o incluso con la invasión de Afganistán como respuesta a los atentados terroristas contra las Torres Gemelas.

Con las Bolsas mundiales por debajo de los niveles del 11-S, ¿descuentan ya los mercados una guerra con Irak?, ¿repuntarán los índices como en ocasiones anteriores si finalmente hay guerra? La particularidad y las implicaciones de este último conflicto provocan que los expertos den respuestas cargadas de matices. Según explica José Luis Martínez, economista de Citigroup, la situación actual de la Bolsa ya refleja la posibilidad de un conflicto. 'A diferencia de otras crisis, ésta es una guerra anunciada y no un shock inesperado'. Una opinión compartida también por Credit Suisse First Boston, Goldman Sachs, HSBC y UBS Warburg.

No obstante, muy pocos se atreven a señalar que nada pueda ir a peor para las Bolsas y para las economías de EE UU y Europa. En primer lugar, por la situación geoestratégica de Irak y las implicaciones del conflicto en el resto del entorno islámico. Y en segundo lugar, y por encima de todo, porque posee las segundas mayores reservas de petróleo de todo el mundo.

En la Guerra del Golfo, la meta fue liberar Kuwait. No obstante, en esta ocasión el objetivo y las posibilidades de victoria no están tan claras. Algunos informes de analistas se atreven a pronosticar que, de haber guerra, ésta puede tener lugar en el primer trimestre del año que viene. Sin embargo, pocos se mojan a la hora medir la duración del conflicto, ni tampoco se arriesgan a apostar por un repunte de la Bolsa una vez que empiecen a caer las bombas.

Para los expertos de Goldman Sachs, sólo podremos hablar de un escenario alcista posterior a los ataques si el conflicto tiene una resolución rápida. Una opinión muy parecida tiene Joseph Abate, de Lehman Brothers, quien añade que el periodo prebélico es mucho peor para los mercados que el de la posguerra, siempre y cuando los planes de guerra se vayan cumpliendo de manera positiva para EE UU, no se dilate el conflicto ni quepa duda de quién tiene las de ganar ni se produzcan muchas bajas. 'Dado de que esta guerra es la más publicitada de la historia, uno no puede dejar de sospechar que puede que no ocurra', señala Joseph Abate. Por su parte, un informe de estrategia de HSBC señalaba a finales de septiembre que 'las Bolsas sólo se beneficiarán de la ausencia de incertidumbre que puede supone un ataque a Irak si la guerra no se prolonga'.

Tres escenarios posibles

Los expertos de Morgan Stanley prefieren hablar de escenarios. El primero de ellos, tiene que ver con la posibilidad de que no haya un conflicto, lo que según estos expertos seguiría alterando durante un año más los precios del petróleo, ya que las tensiones bélicas no desaparecen de un día para otro. Este escenario no resultaría fatal para las Bolsas ni para las economías, aunque la recuperación tardaría en llegar.

El segundo escenario previsto por Morgan Stanley es una acción militar rápida y efectiva que acabe con Sadam Husein y establezca un Gobierno moderado de transición en Bagdad. En este caso el precio del crudo podría caer por debajo de los 20 dólares en un año, espolear la economía y la Bolsas.

Por último, si hay guerra y ésta se extiende a un conflicto mayor o no se derroca a Sadam, el resultado sería una recesión global con precios del petróleo que podrían llegar a superar los 40 dólares por barril.

Los inversores europeos, en contra de un conflicto bélico

 

 

A finales mediados de septiembre, el estratega para EE UU de Morgan Stanley, Byron Wien, viajó a Europa para realizar una ronda de entrevistas y conferencias para clientes e inversores institucionales. El viaje sirvió para que Wien constatara que la inmensa mayoría de profesionales europeos del mundo financiero es contrario a una guerra en Irak.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

'En el Viejo Continente tan sólo entre el 15% y el 25% de los inversores cree que la fuerza es la única alternativa', relata Wien en uno de los últimos informes de estrategia publicados por Morgan Stanley. 'El porcentaje de aquellos que apoyaban una acción militar de EE UU alcanzó el 40% en Reino Unido, pero nunca una mayoría en ninguno de los países', añade Wien.

 

 

 

 

 

 

 

Para el estratega de Morgan Stanley la razón de que los europeos sean contrarios a una guerra en Irak tiene que ver más con las razones económicas que con las geopolíticas.

 

 

 

 

 

 

 

Así, Wien sostiene que las principales economías europeas están teniendo un comportamiento más negativo de lo esperado este año, incluso más que EE UU. Por ello, los inversores del Viejo Continente se muestran especialmente sensibles a cualquier suceso que pueda empeorar las cosas.

 

 

 

 

 

 

 

'La posibilidad de que el precio del petróleo pueda subir a los 40 dólares tras un ataque podría conducir a las economías europeas hacia una recesión. En Europa hay miedo a que los consumidores estadounidenses reduzcan su gasto en artículos europeos durante la crisis y las empresas prolonguen la espera de nuevos planes de inversión. Por todo ello, prefieren mantener a Sadam en el poder antes que atacarle. Mantener a Sadam es visto como una situación efectiva durante la última década y, para los europeos no existen evidencias suficientes que justifiquen un cambio en esta política'.

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