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Inversión

El desplome bursátil convierte a la banca española en la más barata de Europa

La fuerte caída de las cotizaciones de los bancos, sobre todo de los dos grandes, BBVA o Santander Central Hispano traen de cabeza a sus responsables, que llevan meses repitiendo el mensaje de que el castigo propinado por los mercados es injustificado y que los precios actuales no valoran correctamente el potencial de crecimiento del beneficio, pese a las incertidumbres latinoamericanas.

Un repaso a los indicadores más tradicionales de la Bolsa revela que los títulos de los bancos españoles están más baratos que nunca en relación con sus competidores europeos, a pesar de que el desplome bursátil ha afectado a todos los parqués europeos.

Así, el PER, o veces que la cotización contiene el beneficio por acción de la banca española, se situaba en agosto en el 10,94, muy por debajo de la media de los principales bancos europeos. Sólo Abbey National (8,74) o ING (9,27) cotizan actualmente con un PER inferior al del BBVA (10,28) o el Santander Central Hispano (9,61). En ambos casos, estos niveles contrastan con los de los últimos años. En agosto de 2000, el cociente entre la cotización de la acción y los beneficios por acción era del 21,55, y en el caso del BBVA, del 22,97. Entonces los inversores parecían dispuestos a pagar más por las acciones de estas entidades ante las muestras de solidez de los grupos y las expectativas de mayor crecimiento de los beneficios por sus inversiones en Latinoamérica. Dos años después, es precisamente la fuerte exposición de estos grupos a Latinoamérica, sobre todo a Argentina en el caso del BBVA y también a Brasil en el del Santander, lo que ha provocado el pánico entre los inversores y ha hundido la capitalización.

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El Santander Central Hispano valía en junio de este año 31.662 millones de euros, frente a los 49.970 de diciembre de 2000. Ha perdido, por tanto un 36,6% de su valor. En febrero de este año, cuando el banco valía 41.000 millones de euros, el presidente del grupo, Emilio Botín, se mostraba ya insatisfecho y manifestaba su objetivo de alcanzar una capitalización de al menos 55.000 millones de euros, para situarse entre los 10 primeros del mundo.

El BBVA valía en 2000 casi 50.000 millones de euros y se situaba entre los cuatro primeros bancos de la zona euro y el décimo en Europa. A junio de 2002, su valor de mercado apenas superaba los 30.000 millones de euros.

El bajo nivel de las cotizaciones ha aumentado, además, la rentabilidad por dividendo (el dividendo abonado a cada acción dividido entre el precio de la misma). Este indicador se ha situado en cotas altísimas en comparación con los últimos ejercicios, cuando el alto nivel de las cotizaciones reducía la rentabilidad por esta vía.

Los dos grandes bancos ofrecen a precios actuales una rentabilidad por dividendo en torno al 4% (del 4,36% en el caso del Santander y del 3,88% en el del BBVA), un indicativo claro de la infravaloración de los títulos, pero en cierto modo un reclamo para los accionistas. En todo caso, ante la perspectiva de menores beneficios y la necesidad de fortalecer las reservas, ambos grupos han anunciado una política prudente de retribución al accionista. El Santander anunció que en línea con la rebaja de expectativas de beneficios, el dividendo total por acción con cargo a resultados del ejercicio se congelaría. Aunque menos explícito, también se espera menos dividendo en el BBVA, después de que en los últimos 10 años la subida media anual para los accionistas haya sido del 11,3% para el SCH y del 13,4% para el BBVA.

El comportamiento de los grandes contrasta con el de los medianos, con rentabilidades por dividendo menores y PER más altos que los convierte en valores más caros.

100.000 accionistas menos desde 2000

 

 

Las continuas caídas que ha sufrido la cotización de la mayor parte de las entidades financieras españolas en los últimos dos años no ha provocado una fuga masiva de accionistas, aunque sí ha logrado que el número se haya ido reduciendo paulatinamente desde mediados de 2000.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De esta manera, de los 2,64 millones de inversores con que contaban los 10 bancos que cotizan en el mercado continuo madrileño y en el Ibex 35 en 2000 (el momento álgido del último boom bursátil), quedan 2,54 millones, el 3,8% menos. Es decir, unas 100.000 personas han vendido sus participaciones en bancos.

 

 

 

 

 

 

 

La peor parte en términos relativos se la ha llevado el Banco Popular, que ha sufrido una caída del 14,7%. En términos absolutos, sin embargo, ha sido el BBVA, que en los últimos dos años ha perdido un 9,1% de sus accionistas, 119.000 personas. Los analistas no consideran, sin embargo, que el reciente caso BBV haya tenido excesivo impacto sobre la fuga de accionistas. Más bien se ha producido una salida de muchos de los inversores que entraron durante las opv a raíz de la fusión, según diversos expertos.

 

 

 

 

 

 

 

El Santander Central Hispano, uno de los bancos que más duramente ha sufrido el castigo de los mercados internacionales a causa de su fuerte exposición a Argentina y Brasil, es uno de los bancos que menos inversores pierde en los últimos dos años (un 1,4%), lo que contrasta con la depreciación del 27,63% que ha sufrido desde principios de año y del 40,2% que ha perdido desde comienzos del año 2000. Y eso que la banca se ha beneficiado del impulso que experimentó a finales de la década pasada. Actualmente, hay 42,4% más de inversores en entidades financieras desde 1997.

 

 

 

 

 

 

 

Tres entidades de tamaño medio y pocas oscilaciones en su cotización -Bankinter, Pastor y Banco Guipuzcoano- son los únicos bancos que han logrado ampliar su cartera de accionistas.

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