Los aspirantes a entrar en la UE captan inversiones equivalentes al 4% del PIB
La inversión extranjera directa hacia países emergentes durante el periodo 1996/2001 rondó el 3% del PIB de los países receptores. Pero la media en los países candidatos a entrar en la Unión Europea se situó en el 4% o superior, según un informe del banco Schroders Salomon Smith Barney.
El documento destaca la desaceleración registrada en el flujo de inversiones directas hacia países emergentes durante los primeros meses de 2002, tanto si se compara con el año anterior como si se toma como referencia el periodo 1996-2001. Sin embargo, los países de Europa Central y del Este que aspiran a entrar en la UE salen mejor parados que la media 'con la mayoría mostrando flujos de inversión directa estables o en aumento'.
Mientras que en Argentina las inversiones extranjeras directas pasaron del 3,1% del PIB en el periodo 1996-2001 al 0,5% en 2002, en la República Checa pasó del 6,1% al 11,3%.
Según el banco de inversión neoyorquino, ello se debe a que los países que ya forman parte de la Unión Europea ven a los candidatos a la adhesión como una oportunidad interesante para hacer negocios. De ahí que estos países estén recibiendo importantes flujos de países vecinos como Alemania, Austria e Italia.
Privatizaciones
Además, 'la perspectiva de entrada en la UE está actuando como catalizador para la implantación de reformas estructurales, incluyendo avances en los procesos de privatización'. Como ejemplo de avances en la política privatizadora cita a Bulgaria, un país que inició en 1993 un ambicioso programa de venta de activos públicos que espera concluir en 2004.
Desde el lanzamiento del programa, Bulgaria ha privatizado algo más del 50% de los activos públicos, captando con estas ventas unos 3.200 millones de dólares, según datos de PricewaterhouseCoopers.
En la lista de futuras ventas se encuentran la operadora telefónica Bulgarian Telecommunications Company (BTC, que explota la red nacional de telefonía fija), el monopolio tabacalero Bulgartabak, el Instituto Asegurador Estatal y el banco nacional Biochim.
En la República Checa, el primer ministro, Vladimir Spidla, acaba de anunciar que se retrasa la privatización de la eléctrica CEZ y la telefónica Cesky Telecom. Pero estas operaciones seguramente se retomarán cuando mejore el ánimo de los inversores y pueda obtenerse un mejor precio.
Spidla sí seguirá apostando por los incentivos a inversores extranjeros, que han permitido a este país absorber el mayor flujo de inversiones extranjeras directas de la región desde 1990.
En Polonia, el Gobierno lanzó a principios de junio un programa de privatizaciones para el periodo 2002-2006 que pretende reducir la participación del Estado en el PIB del 28% actual al 10%-15% en el año 2005. El plan prevé la reestructuración bajo tutela pública de empresas de petróleo y gas, carbón, acero, energía y farmacia como paso previo a la privatización.
El informe de Schroder Salomon Smith Barney pone además en evidencia que los inversores ya no meten en el mismo saco a todos los países emergentes en momentos de crisis. De ahí que la inversión extranjera en Rusia esté en un raquítico 0,1% del PIB, mientras que en Hungría se sitúa en 2,9%.
Dentro de Asia, el bajo nivel de inversiones foráneas en Tailandia (del 3% en 2001 al 1,7% en 2002) y Corea del Sur (0,1% y 0,2%, respectivamente) contrasta con la explosión de flujos de capital hacia China (4% en 1996-2001, 3,2% en 2001 y 3,3% este año). Una tendencia que, además, seguramente aumentará con la entrada de la República Popular en la Organización Mundial del Comercio (OMC).