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Lealtad, 1

Recomprar, la moda de última hora

El lenguaje bursátil suele estar plagado de palabros que hacen más difícil de entender lo que con mucha frecuencia es ya de por sí ininteligible en este campo. Uno de los términos importados y asumidos por los bolsistas es gap, que no significa otra cosa que 'hueco'.

En los dos últimos meses y medio, las Bolsas del mundo han dejado muchos huecos sin cubrir con solidez al alza o a la baja. Es lo que los viejos definían en sus manuales como efecto aspiradora. Son huecos, en definitiva, que no tienen relleno y que exageran los movimientos. Los huecos son mayores a medida que menor es la actividad en las Bolsas.

En la coyuntura actual, los expertos más que de un hueco hablan de un gran agujero en el espacio. Por eso, son suficientes pequeñas dosis de compra o de venta para que los índices vibren con fuerza.

La evolución de las Bolsas en los últimos días ha estado determinada por esta posición técnica. Han sido las recompras de acciones por parte de quienes mantenían posiciones cortas (ventas al descubierto o a través de préstamo de valores) las que han impulsado los índices. O lo que es lo mismo, el resultado ha sido contrario al esperado por los especuladores y gestores, porque han sido ellos mismos los que han propiciado el alza.

Sucede lo mismo en sentido inverso. Basta que un determinado grupo de profesionales opte por vender acciones para que los índices se desplomen, porque no hay base sólida, no hay inversor final, no hay flujos constantes que permitan afianzar posiciones. En las últimas semanas, así, todo ha sido un trasiego de posiciones de venta y de recompras, que se han generalizado en las Bolsas del mundo.

El volumen de negocio, con fuerte caída en lo que va de agosto después de las buenas cifras registradas en la última semana de julio, inquieta a los profesionales de la Bolsa.

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