El ex presidente de Deutsche Telekom se enfrenta a una querella por malversación
Ron Sommer, presidente del grupo alemán Deutsche Telekom hasta su dimisión el pasado julio, se enfrenta a una querella en los tribunales. Dos abogados de la ciudad germana de Stuttgart se han querellado contra Sommer y otros altos cargos de la operadora por el plan de opciones sobre acciones aprobado por Deutsche Telekom el pasado año y del que ellos mismos eran beneficiarios. Según adelantaron ayer dos importantes diarios alemanes, y más tarde confirmaron los propios letrados, éstos acusan a los directivos de haber perjudicado con el plan de opciones sobre acciones (stocks options) a los accionistas de la compañía por una suma no inferior a 375 millones de euros.
La querella afecta también al presidente del consejo de vigilancia del consorcio, Hans-Dietrich Winkhaus, y al ex presidente de este mismo órgano y hoy sustituto provisional de Sommer en la presidencia de Deutsche Telekom, Helmut Sihler.
Los abogados acusan a estos directivos de haber elaborado un plan de opciones sobre acciones 'defectuoso', por valor de 1.000 millones de euros, y añaden que los accionistas que lo aprobaron en la junta general no fueron informados adecuadamente de todas sus consecuencias.
Deutsche Telekom se apresuró a desmentir este supuesto y a afirmar que el plan de stocks options no ha costado un euro a la operadora ni ha enriquecido a sus beneficiarios. Ulrich Lissek, portavoz de la compañía, afirmó que el plan no ha podido perjudicar a los accionistas porque no ha supuesto ningún gasto para la firma, sino todo lo contrario.
Las acciones incluidas en el plan, con una duración de cinco años, tenían un precio de 25 euros. Sin embargo, los títulos de Deutsche Telekom han perdido alrededor de un 54% en los últimos 12 meses y hoy valen apenas 10 euros.
Compensaciones
El diario Frankfurter Allgemeine añadía que la querella alcanza también al secretario de Estado de Finanzas, Heribert Zitzelsberger. El Estado alemán, antiguo propietario de Deutsche Telekom, es aún su principal accionista, con un 43% del capital. En la querella se acusa a Zitzelsberger de aumentar en un 90% el salario de Sommer, aproximadamente el mismo porcentaje que han perdido las acciones de la firma desde principios de 2000, cuando alcanzaron su cotización récord. Además, critica las cuantiosas compensaciones pagadas al directivo por haber abandonado su cargo tres años antes de finalizar el contrato.
Oficialmente, Sommer no recibirá ninguna indemnización, pero seguirá percibiendo el salario correspondiente a los tres años que restan de contrato. Sin tener en cuenta las opciones sobre acciones, esta cantidad asciende a nueve millones de euros, lo que los accionistas no han dudado en calificar de 'indemnizaciones encubiertas'.
Ron Sommer dimitió de su cargo el pasado 16 de julio presionado por la elevada deuda del consorcio y, sobre todo, por el desplome de los títulos de Deutsche Telekom en los últimos meses. Su sustituto, Helmut Sihler, ha asumido la presidencia sólo por un periodo de seis meses y entre sus objetivos está el de encontrar un nuevo presidente para la operadora. Alrededor de tres millones de alemanes tienen acciones de Deutsche Telekom.
El Gobierno alemán de coalición entre socialdemócratas y verdes negó haber presionado a Sommer para abandonar el puesto. Sin embargo, celebró la salida del directivo y ahora confía en que la crisis no se vuelva contra él en la campaña de las elecciones generales del próximo 22 de septiembre.
Mark Binz y Martin Sorg, los dos abogados que han presentado la querella, no son principiantes. Su despacho es el mismo que se querelló contra un grupo de altos ejecutivos de la operadora alemana Mannesmann, hoy parte del grupo británico Vodafone. Este proceso sigue adelante. A finales de julio, la Fiscalía de Düsseldorf confirmó que quiere procesar a siete ex altos cargos de Mannesmann por el cobro de indemnizaciones indebidas tras la absorción de la empresa alemana por Vodafone a principios de 2000. Aunque se han descartado sobornos, la fiscalía sospecha que la existencia de millonarias indemnizaciones llevará a la cúpula directiva a desistir en la defensa de Mannesmann de la opa hostil lanzada por Vodafone.
Entre los implicados están directivos de peso como Josef Ackermann, presidente de Deutsche Bank, y Klaus Zwickel, presidente del sindicato IG Metall, ambos miembros del consejo de la operadora, y el que fue máximo responsable, Klaus Esser.