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Coyuntura macroeconómica

Rato baja la previsión de crecimiento del año por segunda vez y la deja en el 2,2%

La 'restricción financiera' provocada por el hundimiento de las Bolsas mundiales, el débil crecimiento de EE UU y otras economías de la OCDE y el estancamiento del comercio mundial han dañado los ambiciosos objetivos de crecimiento para 2002. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, reconoció ayer que el PIB crecerá sólo un 2,2% este año, frente al 2,4% previsto en diciembre y el 2,9% augurado inicialmente.

La principal revisión se produce en el apartado de comercio exterior, ya que las exportaciones caerán un 0,1% (en lugar de crecer un 4,5%, tal como se preveía en diciembre) y las importaciones crecerán sólo un 0,1% (y no un 4,6%). Un declive que Rato achaca fundamentalmente al estancamiento registrado en el comercio mundial, con crecimientos de entre el 0% y 1% tanto en 2001 como en 2002.

Repunte del IPC

La menor actividad se combina con una mayor presión inflacionista, tal como refleja el deflactor del PIB, que sube al 3,5% (frente al 2,9% anterior). Rato explicó esta subida por los incrementos de precios de los alimentos no elaborados, de los servicios y de la energía en los primeros meses del año.

El ministro, que no quiso hacer oficial un objetivo de IPC para este año, declaró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que 'la inflación no depende de la política del Gobierno, sino del BCE', y 'por eso no tenemos objetivo de IPC, sino que simplemente podemos constatar los hechos'. Los hechos muestran que el IPC español (3,4% en junio) está muy por encima de la media de la zona euro (1,8% en junio y 1,9% el mes pasado, según el dato preliminar de Eurostat). Algo que, según el ministro, no tiene por qué dañar el comercio exterior.

Las previsiones revisadas para 2002 muestran también un menor crecimiento en el consumo de los hogares (1,9% en lugar del 2,2%) y un menor ritmo de formación bruta de capital fijo (1,9% y no 3,3%).

A cambio, 'habrá un comportamiento más dinámico del consumo público' (con un aumento del 3%, en lugar del 2%) y de la inversión en construcción (que crecerá un 4,5%).

Pese a la revisión de los indicadores, el Gobierno mantiene el objetivo de generar 170.000 empleos (1,1%), un dato similar al anunciado en diciembre pero inferior en 107.000 a lo previsto inicialmente. Rato no descarta que al final sea 'algo superior' y destaca que 'sería la primera vez que con un crecimiento ligeramente superior al 2% se sigue generando empleo'.

Pese a la crisis de las economías suramericanas y la falta de señales claras de reactivación mundial, el Gobierno mantiene en el 3% la estimación de crecimiento para 2003 incluida en el cuadro macro que servirá de base a los próximos Presupuestos y que fue presentado ayer al Consejo de Ministros.

El consumo de los hogares aumentará un 2,9% (un punto porcentual más que este año) y la formación bruta de capital fijo un 3,8%. Además, el Gobierno confía en que se produzca una reactivación del comercio mundial (creciendo un 6%) y que ello permita elevar un 4,3% las exportaciones y un 4,6% las importaciones. Rato reconoció que ambos datos están 'sensiblemente por debajo' de los aumentos superiores al 7% barajados previamente.

Creación de empleo

Las previsiones de 2003 también son más optimistas en materia de inflación, con un objetivo del 2% en el IPC. Rato confía en que se produzca 'una desaceleración de los precios' porque quedarán atrás factores que impulsaron el IPC este año como 'la subida de impuestos indirectos y la debilidad del euro' a principios de este año. Según sus cálculos, el repunte del crecimiento permitirá crear otros 280.000 empleos en 2003.

El ministro reconoce que estas previsiones se basan en premisas de reactivación global que podrían no cumplirse. Aun así, confía en que se materialicen y se muestra confiado en que factores como el equilibrio presupuestario y la generación de empleo permitan impulsar el consumo interno para compensar cualquier debilidad exterior.

Preocupación por el alto nivel de endeudamiento

 

 

 

 

El ministro Rodrigo Rato y el Banco de España destacaron ayer el creciente nivel de endeudamiento de las familias y empresas españolas. Rato citó un 'crecimiento del crédito cercano al 15%, mientras que la UE no supera el 6%', y achacó este dato al mayor crecimiento de la economía española.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El organismo que dirige Jaime Caruana afirma en su último boletín trimestral que los hogares 'han seguido apelando de forma intensa al endeudamiento para financiar el consumo', sobre todo la compra de viviendas. Y advierte de 'los riesgos' que rodean al sector de la vivienda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El endeudamiento de las empresas también crece, pero el Banco de España cree que se estabilizará en los próximos meses. Lo que no está claro es que se produzca un despegue en la inversión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El boletín del banco cifra 'en torno al 2%' el crecimiento de la economía española en el segundo trimestre del año. Un dato similar al de los primeros tres meses del año. La tasa intertrimestral de crecimiento fue del 0,4% (una décima menos que el trimestre anterior) y la demanda interna se debilita (2,1%) debido sobre todo al declive en las inversiones en bienes de equipo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El banco cree que la desaceleración iniciada el año pasado ha 'alcanzado un suelo'. Sin embargo, reconoce que el crecimiento se cimienta básicamente sobre el gasto de las familias (en consumo y compra de viviendas) y en la actividad inversora de las Administraciones públicas. La contribución neta de la demanda exterior en el PIB tuvo valores 'modestos, pero positivos'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por el lado de la oferta, el banco detecta una 'incipiente recuperación' en la actividad industrial. La otra cara de la moneda la ofrece la desaceleración en el ritmo de creación de empleo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Además, aunque los costes laborales unitarios han reducido su tasa de aumento, el Banco de España advierte que 'los diferenciales de precios con la zona euro permanecen elevados'.

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