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Conflicto en Oriente Medio

Al menos siete personas mueren en un atentado de Hamás en Jerusalén

Al menos siete personas murieron ayer y más de 80 resultaron heridas en un atentado en una cafetería de la Universidad Hebrea de Jerusalén. El ataque fue reivindicado por el grupo islámico radical Hamás en respuesta al bombardeo del Ejército israelí que el pasado 23 de julio provocó la muerte en Gaza de Salah Shehada, líder del brazo armado de la organización terrorista palestina.

El atentado tuvo lugar en el Centro Internacional de Estudiantes Frank Sinatra, situado en el monte Scopus, en el suroeste de Jerusalén. La policía inspeccionó el lugar y no encontró ningún cadáver que encajara con un posible terrorista. Poco después, Hamás confirmaba que no había sido un ataque suicida, lo que puede apuntar a una nueva estrategia terrorista.

El ataque de ayer era el segundo en 24 horas, tras el de un joven de 17 años, perteneciente a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que dejó a cinco personas heridas tras inmolarse también en Jerusalén. Hamás ha prometido que seguirá atentando para vengarse de Israel.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, condenó inmediatamente el atentado: 'Este ataque va contra todos los valores humanos y morales de nuestro pueblo', declaró Arafat en un comunicado. El rais palestino también aprovechó para llamar a EE UU a 'jugar un papel más serio y activo en resolver el conflicto y la desesperante situación humanitaria' en Cisjordania y Gaza.

Sin embargo, el Gobierno de Israel no dudó en responsabilizar a Arafat del ataque terrorista y en acusarle de 'alentar' los atentados.

Poco antes del ataque, el Gabinete de Seguridad de Israel aprobaba un plan para castigar a los familiares de los suicidas palestinos, según informó la radio pública. El plan incluye la deportación, cuestionada por el propio Tribunal Superior de Justicia de Israel, la demolición de viviendas y el allanamiento de los bienes de los parientes de los terroristas. Entre los nuevos castigos aprobados también figura el enjuiciamiento de los familiares de los suicidas y la prohibición de las marchas populares en su honor.

Las tropas israelíes tienen retenidos desde hace semanas a 21 familiares de terroristas suicidas para deportarlos, pero la justicia israelí ha paralizado la expulsión.

Unos 1.470 palestinos y 570 israelíes han muerto desde que estalló el conflicto en septiembre de 2000. Los enfrentamientos han sumido en la pobreza a los palestinos y han hundido la economía israelí; el año pasado el PIB hebreo se contrajo un 0,6% y se espera que este año la contracción sea del 1%.

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