La nueva era digital para las pymes
Las telecomunicaciones y las tecnologías de la información suponen para las pequeñas y medianas industrias una decisiva aportación y un valor estratégico incalculable para su adaptación al nuevo entorno, además de los consiguientes aumentos de competitividad y productividad necesarios en este siglo digital. Las pymes representan en España el 99% del total, dan empleo a casi el 64% de la población ocupada y facturan el 65% de las ventas. Nuestro país está lleno de pymes que, en muy poco tiempo, van a tener que incorporar los más modernos avances tecnológicos a su gestión o perder la posición frente a sus competidores.
Las pymes deben entender que la inversión en tecnologías de la información y las comunicaciones mejora la competitividad, optimiza los procesos y facilita la innovación, superando la consideración muy extendida de utilizarlas sólo como elemento para la reducción de costes.
El Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), preocupado por estos procesos, viene realizando estudios de diagnóstico para las pymes en diversas autonomías, en colaboración con los gobiernos de cada una. Hasta la fecha se han llevado a cabo informes sobre el grado de implantación de las tecnologías de la información y las comunicaciones en las pymes de Galicia, Madrid y, recientemente, de Murcia.
De estos estudios se concluye que la pyme española presenta, dado su ajustado margen comercial y su limitada capacidad financiera, una sensibilidad acuciada a los ciclos económicos, y este hecho afecta a la inversión en tecnologías de la información y las comunicaciones. En general, el empresario tiene una visión de la tecnología como algo necesario pero secundario en cuanto a las prioridades de inversión y gasto.
Las prioridades de inversión en casi ningún caso están orientadas a la mejora de sus comunicaciones, ya sean de voz o de datos, a menos que ello traiga aparejado un beneficio económico claro, como puede ser la factura telefónica con el aumento de la oferta de servicios de los numerosos operadores (Retevisión, Uni2, BT, operadores de LMDS, cableoperadores, etc.).
Muchas de estas herramientas y aplicaciones se conocen a través de los círculos de relación de las empresas con proveedores y clientes; otras, en cambio, se incorporan porque han sido impuestas o regaladas (EDI, telebanca). En general se conoce el concepto pero no se tiene el suficiente conocimiento en cuanto a sus posibilidades.
En este contexto es necesario contar con una figura capaz de estudiar estos problemas y elegir la mejor opción. Junto con otras muchas medidas necesarias, quisiera destacar tres aspectos que ayudarían a las pymes a acelerar y optimizar este complejo camino que garantice la mejor incorporación de la tecnología a su gestión.
El primero es potenciar la formación y la sensibilización del equipo directivo, y en especial del primer ejecutivo, sobre el papel que la tecnología juega sobre la competitividad de la empresa. Junto con ese compromiso del primer responsable, el segundo aspecto es la actitud de la Administración ante las dificultades que, en lo relativo a un mejor conocimiento de la tecnología y sus efectos, tiene la pyme, y la existencia de acciones tomadas desde los poderes públicos y desde las asociaciones empresariales para la difusión y la promoción de las posibilidades de las nuevas tecnologías. La tercera cuestión es la importancia para la pyme del 'consultor en tecnologías de la información y las comunicaciones'. Es decir, un técnico altamente capacitado y con gran conocimiento del sector y del estado del arte tecnológico, capaz de detectar las necesidades de la empresa y recomendarle la solución a sus problemas de manera óptima y al mejor precio, considerando la evolución de la tecnología y el crecimiento esperado de la actividad en los siguientes años.
Se trata de un perfil que también ha de ser asumido por la pyme, que se debe potenciar y compartir entre empresas, y que probablemente sea la llave para un uso racional de la tecnología por quienes, en principio, dominan otras áreas de conocimiento. Nos encontramos en un momento delicado, en la frontera entre una sociedad poco tecnificada y otra, mucho más dinámica y compleja, en la que la tecnología juega un papel fundamental para la empresa. Entender el fenómeno, tomar las decisiones correctas y sacar el máximo provecho de las inversiones que inevitablemente habrá que hacer en estas nuevas tecnologías diferenciará a unas empresas de otras, garantizando su competitividad y su supervivencia.