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Fondos para la recuperación

Ante la esperada recuperación de las Bolsas, los fondos son una alternativa interesante para colocarse en renta variable. Los gestores apuestan por los mercados europeos y por ir aumentando el peso en sectores de crecimiento

La recuperación económica está en marcha, o al menos así parecen indicarlo los datos macroeconómicos. Otra cosa es lo que está sucediendo en Bolsa, donde las incertidumbres contables y en torno a los beneficios de las compañías están lastrando un despegue vaticinado por muchos desde hace meses. Dando por hecho, como señalan muchas casas de análisis, que la recuperación de las Bolsas está por llegar, una de las maneras de colocarse para cuando suceda es a través de los fondos de inversión. ¿Qué fondos son mejores de cara a la recuperación económica? Todo gestor que se precie insistirá en la necesidad de determinar el perfil de cada inversor (agresivo, moderado o conservador) antes de invertir sus ahorros. El perfil y la diversificación, sea cual sea el carácter de la cartera en la que va a invertir. Pero, al margen de estos parámetros, los expertos del sector coinciden bastante en cuanto a qué categorías de fondos pueden ser las que tiren en los próximos meses. La inversión a realizar debe tener más en cuenta la Bolsa que la renta fija y, dentro de la primera, Europa frente a Estados Unidos. Entre los sectores más favorecidos, los gestores apuntan los cíclicos, el financiero y, por qué no, algo de sectores de crecimiento como las tecnologías de la información.

'Dado el nivel de tipos de interés, tanto a corto como a medio y largo plazo, nuestra apuesta es clara por la renta variable', apuntan en Morgan Stanley Gestión. 'Sin olvidar el perfil de riesgo de cada inversor, creemos que con un horizonte de inversión a medio y largo plazo, la renta variable debería ser el activo que mejor se comporte en términos de rentabilidad'. Como Morgan Stanley, muchas otras gestoras confían en la Bolsa como motor de las rentabilidades para los próximos meses, sobre todo si se tiene en cuenta que los acusados descensos que acumulan los mercados desde enero han situado a niveles atractivos el precio de las acciones de muchas compañías.

Estas opiniones, sin embargo, no están exentas de realismo. Según la última encuesta de Merrill Lynch correspondiente al mes de junio, un 70% de los gestores de todo el mundo opina que la recuperación económica va a llegar antes de 12 meses, pero no va a ser muy fuerte. 'Las Bolsas van a seguir oscilando durante año y medio', asegura Juan Ignacio Crespo, director de Análisis de Lipper. 'No va a haber grandes pérdidas, pero sí mucha volatilidad'.

A la hora de elegir un fondo, es importante no apostarlo todo a una sola carta, sino diversificar los activosA la hora de elegir un fondo, es importante no apostarlo todo a una sola carta, sino diversificar los activos

Y es en este contexto en el que los gestores tienen muy claro que la baza que hay que jugar es la europea. 'Pensamos que la subida de los tipos de interés se producirá antes en Estados Unidos que en Europa', explica Alberto González, director de Clientes Institucionales de ING Investment Management. El último informe de BNP Paribas coincide en este aspecto: 'La debilidad coyuntural debería excluir cualquier alza de los tipos a corto plazo y nos parece poco probable que el BCE actúe antes que la Reserva Federal'. La otra gran apuesta de los gestores para cuando llegue la recuperación son los mercados emergentes. Estos países son fundamentalmente exportadores de materias primas y las compañías de los países desarrollados ya están creando inventarios para cuando llegue el repunte del consumo, con lo que la demanda hacia aquellos países ha crecido. Las Bolsas emergentes, de hecho, ya han reaccionado al alza, y son muchos los gestores que opinan que aún les queda margen.

Lo que ya no está tan claro, donde divergen los gestores, es en qué estilo de gestión es más apropiado invertir, si valor o crecimiento. El primero es aquel que invierte en compañías con ingresos recurrentes pero cuyo precio en Bolsa es barato. El segundo apuesta por compañías que año tras año aumentan sus beneficios y cuyo precio en Bolsa crece, teóricamente, al ritmo de aquéllos. 'Los estilos de gestión dependen de cuán fuerte sea la recuperación', explica Ramón Pereira, director para España de Franklin Templeton. 'Si el inversor cree que el crecimiento va a ser muy fuerte, le conviene invertir en fondos que gestionen con estilo crecimiento. Si, por el contrario, opina que la recuperación puede ser más leve, es mejor que opte por estilos mixtos o de valor'.

A la hora de invertir en fondos de renta variable, debe tenerse en cuenta también el tamaño de la compañías en que invierte el fondo. Los fondos de pequeñas y medianas compañías suelen reaccionar antes a la recuperación -y así está sucediendo- que los que invierten en grandes corporaciones. Algunos gestores, de hecho, recomiendan a estas alturas apostar por las pequeñas y medianas, si bien hay otros que confían en la evolución de las grandes a medio y largo plazo. Al fin y al cabo, son éstas, en última instancia, las que tiran de los índices. 'Hay que tener en cuenta que en los últimos años los fondos de pequeña capitalización han conseguido rentabilidades muy superiores a los de gran capitalización y han recortado en gran medida la diferencia de valoración que les separaba de los blue chips. No está tan claro, por lo tanto, cuál de los dos estilos le ganará la partida al otro', explica Fernando Luque, analista de Morningstar. 'Si asumimos que va a haber recuperación, creo que van a tirar más las grandes compañías frente a las pequeñas, el estilo de crecimiento frente al de valor, y que lo van a hacer mejor los fondos de gestión pasiva [los que replican un índice] que los de gestión activa [los que buscan compañías concretas]', opina Joaquín Casasús, director de Inversiones de Abante Asesores.

El vaivén bursátil de los últimos tiempos dificulta cualquier predicción sobre el futuro de los mercados a corto plazo. A medio y largo, sin embargo, los gestores sí se aventuran a apostar por unos sectores u otros. La historia demuestra que los sectores cíclicos son los que mejor se comportan, obviamente, durante los ciclos alcistas. A ellos pertenecen, sobre todo, aquellas compañías más ligadas al consumo directo. Pero no exclusivamente. Las recuperaciones favorecen también a los sectores de crecimiento, lo que comúnmente se conoce como TMT (tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones). Estos sectores han sido los más castigados desde el estallido de la burbuja bursátil en marzo de 2000, con lo que, si el entorno económico es favorable y mejoran sus perspectivas de beneficio, deberían experimentar subidas. Un sector que está en casi todas las carteras es el financiero. 'Es un sector muy sólido, que con la recuperación verá descender el índice de morosidad, con lo que aumentarán los márgenes de las entidades', asegura Alberto González, de ING IM.

Son muchas las gestoras que han comenzado a rotar sus carteras desde sectores defensivos a aquellos más cíclicos o de crecimiento. Pero éste es un cambio -y ahí va una recomendación de los gestores- que conviene hacer paulatinamente. Y por supuesto, no apostarlo todo a un solo sector. La diversificación es clave para cualquier inversión.

¿Y en cuanto a la divisa? Sin lugar a dudas, el euro. En primer lugar, porque no está tan claro que el dólar pueda mantener los niveles actuales frente a la moneda europea. En segundo lugar, como sostiene Juan Ignacio Crespo, de Lipper, 'si el inversor va a gastar en euros, ¿para qué va a invertir en otras monedas?'.

Recapitulando. Quien quiera invertir en Bolsa a través de fondos para aprovechar la recuperación, lo más aconsejable que puede hacer es invertir en una cartera fundamentalmente europea -aunque con parte en EE UU y mercados emergentes- y muy diversificada en lo que a sectores se refiere. Es decir, que contenga una porción de compañías defensivas combinada con sectores cíclicos y de crecimiento. A medida que se vayan despejando las incertidumbres, es aconsejable ir rotando la cartera para aumentar el peso de los cíclicos.

Esta inversión puede realizarse de dos maneras. Bien uno mismo, adquiriendo participaciones de diferentes fondos sectoriales o regionales, bien a través de fondos globales o fondos de fondos que contengan todos los ingredientes. La ventaja de la segunda propuesta, frente a la primera, reside fundamentalmente en los costes. Es más barato comprar un fondo que comprar muchos. Pero, además, al comprar un fondo global o un fondo de fondos es el gestor el que rota la cartera según las perspectivas del mercado. En cualquier caso, siempre será aconsejable el asesoramiento.

Conviene no olvidar que toda inversión requiere un análisis del perfil de cada uno. Una cartera con un 100% de renta variable sería aconsejable para un inversor con un perfil agresivo. Para perfiles más moderados, las gestoras suelen recomendar carteras mixtas de renta variable y renta fija, si bien las perspectivas de esta última para los próximos meses no son del todo boyantes. Un inversor que no esté muy convencido de la próxima subida de las Bolsas puede optar por un fondo de renta variable garantizado a un plazo no muy elevado, por ejemplo, de un año, hasta que se confirme la recuperación. Otra posibilidad es completar la cartera con un fondo alternativo, cuya trayectoria es independiente de la de los mercados, y que sirve de refugio en épocas de inestabilidad.

Ventajas fiscales para el año que viene

 

La rentabilidad de un fondo de inversión no viene provocada tan sólo por la revalorización de los activos en que invierte el producto. La fiscalidad es un parámetro a tener en cuenta a la hora de planificar los reembolsos para obtener el máximo rendimiento de las inversiones.

 

 

 

 

 

 

 

La Ley de Reforma del IRPF, actualmente en periodo de enmiendas en el Congreso, trae novedades más que interesantes para el partícipe de los fondos de inversión. Según el proyecto de ley, el tipo mínimo se verá reducido a partir de 2003 del 18% actual al 15%. Eso significa que los partícipes que mantengan en un fondo su inversión durante más de un año, pagarán a Hacienda por el 15% de las plusvalías obtenidas, frente al 18% actual.

 

 

 

Paralelamente, la nueva legislación conlleva una medida largamente anhelada por el sector, como es la no tributación por el cambio de un fondo a otro. Hasta ahora, el partícipe que trasladaba su inversión de una a otra institución de inversión colectiva debía tributar por las plusvalías obtenidas en el primer producto. A partir de ahora el cambio estará exento de tributación, con lo que el partícipe sale beneficiado.

 

 

 

Esta medida ha levantado no pocas ampollas, pues no contempla a las sicav, las sociedades utilizadas mayoritariamente por las gestoras extranjeras para comercializar sus fondos en España. Cabe la posibilidad de que, a lo largo del trámite parlamentario, queden incluidas.

Poco margen para la renta fija

 

La renta fija y los fondos monetarios han sido el refugio perfecto para los partícipes a lo largo del temporal bursátil de los últimos meses. Al contrario que la renta variable, en conjunto, los fondos de renta fija han dado a los inversores rentabilidades positivas que, si bien no han sido de escándalo, sí que han proporcionado una cierta seguridad al capital de los inversores.

 

 

 

 

 

 

 

Esta misma semana, la rentabilidad de la deuda pública europea tocaba su nivel más bajo desde el mes de febrero debido, principalmente, a las caídas bursátiles y a la incertidumbre en algunos datos en torno a la recuperación económica de la región.

 

 

 

Sin embargo, los analistas parecen no dar un duro por la inversión en bonos para los próximos meses. 'La renta fija no es recomendable tanto si suben los tipos de interés como si no', apunta Juan Ignacio Crespo, de Lipper. 'Si los bancos centrales optan por mantener los tipos de interés, el margen de plusvalías que le queda a la renta fija es reducido. Si bajan los tipos, pueden esperarse minusvalías'.

 

 

 

La previsible recuperación económica y los riesgos de inflación podrían llevar a los bancos centrales a elevar los tipos de interés a finales de este año. Si el mercado de bonos descuenta este escenario, los tipos de interés a largo plazo subirán, provocando la caída del precio -y por tanto el valor- de la deuda. 'La mejora de las perspectivas macroeconómicas y el lento movimiento de los bancos centrales dominan nuestras opiniones respecto a los mercados de renta fija', explican los analistas de Merrill Lynch Investment Managers en su informe de junio. 'En conjunto, nuestra postura respecto a la deuda pública es negativa'.

 

 

 

De otro lado, sí existen oportunidades en renta fija, a través de las emisiones privadas. El deterioro económico de los últimos meses ha pasado factura a la situación financiera de muchas compañías, tanto grandes como pequeñas, y muchos de los grandes grupos han sufrido rebajas en su calificación por parte de las agencias crediticias. Ello ha provocado subidas en los tipos de interés de sus emisiones, con la consiguiente pérdida de valor de los activos. Una recuperación económica conlleva una mejora en la situación, una caída de los tipos y, por lo tanto, una apreciación de los activos.

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