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Cumbre de Sevilla

La Unión Europea entierra la fecha de 2004 como límite para el equilibrio fiscal

Los Quince siguen comprometidos con la consecución del equilibrio presupuestario, pero definitivamente no será en 2004. Las concesiones realizadas a Francia en la madrugada del viernes por los ministros de Economía y Finanzas para mantener vivo el Pacto de Estabilidad han enterrado definitivamente la fecha.

Tras más de seis horas de discusiones y continuas llamadas al Palacio del Elíseo, el presidente de turno del Ecofin, el vicepresidente Rodrigo Rato, anunció el acuerdo por el que se fija 'en todos los casos el objetivo próximo al equilibrio en 2004 para todos los países', pero, en el caso de Francia, sólo se verá obligada a cumplirlo si alcanza un crecimiento del 3% en 2003 y 2004. 'Si el crecimiento no alcanza esa cifra, tendremos que aplazar la fecha del equilibrio, por uno o dos años, no estoy seguro', admitió el titular francés de Economía, Francis Mer.

La mayoría de los economistas coincide en que el incremento del PIB francés quedará en torno al 2% el próximo año. En la última década, Francia sólo ha alcanzado un crecimiento del 3% en dos ocasiones.

El nuevo Gobierno galo ha encargado una auditoría de las cuentas públicas que, según el Ejecutivo, elevará el déficit de este año hasta el 2,5%, en lugar del 1,9% previsto por el equipo de Lionel Jospin. La Comisión había recomendado a Francia un déficit público inferior al 2% del PIB este año y, ante la evidencia de incumplimiento, eleva ahora este límite al 3%.

Si a ello se suman las promesas electorales de Chirac de una amplia rebaja de impuestos y aumentar el gasto en seguridad, la consecución del objetivo para 2004 es sencillamente imposible. La manga ancha alcanza incluso a la recomendación de la Comisión para que Francia abordara la reforma del sistema de pensiones 'ante el envejecimiento de su población' y se sustituye por una vaga 'aplicación de reformas estructurales para reducir el gasto público a medio plazo'.

El acuerdo con Francia supone prácticamente una reedición del acuerdo alemán del pasado mes de febrero, por el que Berlín evitó la recriminación pública de la Comisión. Pero el titular alemán de Finanzas, Hans Eichel, quiso dejar clara ayer la diferencia entre ambos pactos. 'El hecho es que Alemania dijo [en febrero] que sólo necesitaba un crecimiento del 2,5% para alcanzar el objetivo de 'próximo al equilibrio' en 2004, lo que demuestra que somos más ambiciosos que Francia', matizó.

Café para todos

Eichel, no obstante, restó importancia a estas condiciones al asegurar que 'eso es algo que vale para todos. No existe ninguna proyección económica y financiera que no esté ligada a previsiones sobre el crecimiento económico', declaró ayer en una entrevista radiofónica.

Las palabras de Eichel ponen en evidencia el abandono del objetivo de 2004. La UE ha optado, de esta forma, por mantener el compromiso de tender hacia la consolidación presupuestaria, aunque en la práctica deba aplazar unos años la consecución del déficit cero.

Italia, con problemas presupuestarios similares a los de Francia, apuntó ayer que su crecimiento se situará este año entre el 1,3% y el 1,7%, lo que bajo las actuales condiciones la exime de cumplir el objetivo del 2% de déficit marcado en el Pacto de Estabilidad. Portugal, sin embargo, aún corre el riesgo de ser amonestada por la Comisión si, como todo apunta, supera este año la barrera del 3% de déficit. La flexibilización presupuestaria ya admitida para Francia y Alemania ha llenado de argumentos a Reino Unido, detractor del Pacto de Estabilidad. El ministro de Economía, Gordon Brown, aseguraba ayer en el Financial Times que el compromiso francés demuestra que el Pacto de Estabilidad no funciona tal y como está diseñado.

'Decidir estos asuntos sobre bases hechas a medida para cada caso es malo para la credibilidad de todo el sistema'. Brown aboga por una interpretación más flexible de los objetivos presupuestarios para tomar en consideración otros criterios, como el nivel de endeudamiento.

Rato salió al paso de las críticas ayer y negó que las condiciones puestas por Francia pongan en duda la credibilidad del Pacto de Estabilidad. En su opinión, 'una declaración de un país no condiciona un acuerdo europeo. Es una declaración que hace un ministro en una determinada reunión. No es la primera vez que ocurre ni será la última', pero ello 'no condiciona para nada los compromisos que un país adquiere' con sus socios.

Según Rato, 'todas las orientaciones de política económica van precedidas de un capítulo de previsiones macroeconómicas, igual que cuando los Gobiernos presentan un presupuesto lo acompañan de un cuadro de previsiones'. 'Otra cosa', añadió, 'es el compromiso político de los países miembros con la estabilidad presupuestaria y con la fecha del 2004 que se ha ratificado una vez más en Sevilla'.

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