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UE

La introducción de cultivos transgénicos elevará los costes

Una filtración de Greenpeace ha obligado a Bruselas a hacer público el documento, que puede trastocar los deseos de eliminar la moratoria de facto que impide autorizar nuevos cultivos modificados genéticamente.

El documento asesta un mazazo a las multinacionales defensoras de alimentos modificados genéticamente, al concluir que los costes de producción agraria se incrementarían, en algunos casos hasta un 41%, si los cultivos transgénicos se introdujeran masivamente en Europa.

El Instituto de Investigaciones Tecnológicas Prospectivas del Centro Común de Investigaciones de la Comunidad, organismo autor del estudio, sostiene que, si Europa optara por desarrollar cultivos transgénicos a los niveles que hoy se desarrollan en Norteamérica (cerca del 50% de las superficies), los agricultores deberían cambiar radicalmente las prácticas agrícolas para reducir los riesgos de contaminación de las cosechas.

Según la publicación Agroeuropa, las precauciones que deberán ser adoptadas para proteger los cultivos convencionales pasan por separar las parcelas con OMG (Organismos Modificados Genéticamente) hasta 100 o 200 metros, por utilizar variedades con periodos de floración distintos, para evitar la politización cruzada. Además, sería preciso poner en marcha una segregación estricta, tanto de la recolección como del almacenamiento.

A estos nuevos procesos habría que sumar el coste de los controles y un aumento en el coste de los seguros. Según el estudio de la Comisión, la producción de colza convencional costaría entre un 10% y un 17% más y la biológica, entre un 20% y un 41%. El cultivo del maíz sería entre un 4% y un 9,5% más caro y en el de la patata el incremento de los costes de producción subiría un 3%.

Según Greenpeace, el estudio en cuestión se presentó a la Comisión Europea en el mes de enero con la recomendación de no publicarlo. Sin embargo, tras ser filtrado por esta organización ecologista, Bruselas no tuvo más remedio que hacerlo público el pasado 22 de mayo.

Los expertos sostienen también que el informe puede haber sido ocultado desde su realización, en diciembre de 2001, para no obstaculizar los intentos en la Unión Europea de anular la moratoria de facto que frena el desarrollo de cultivos transgénico. Dicha pretensión fue paralizada gracias al voto en contra del anterior Gobierno francés. Al parecer, el actual Ejecutivo se muestra más proclive al desarrollo de organismos modificados genéticamente y así lo manifestará en su día.

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