La debilidad del Gobierno argentino vuelve a deteriorar el peso
Pese a lo crítico de la situación, el Gobierno aún buscaba anoche el apoyo necesario para derogar la norma como le exige el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ni la larga crisis que asola el país, ni los ultimatos por parte de Duhalde, ni la amenaza de los bancos. Nada aseguraba ayer al Gobierno la derogación de la Ley de Subversión Económica, que a última hora de ayer mantenía dividido al Senado en dos e imposibilitaba el cumplimiento de uno de los pilares de las reformas exigidas por el FMI.
Duhalde había amenazado con su dimisión y había puesto esta semana como tope para la aprobación de los tres requisitos principales que le exige el Fondo para negociar su ayuda financiera. En este caso, se trataría de la abolición de una ley que permite la persecución judicial a los banqueros acusados de fuga de capitales.
Los senadores de la Unión Cívica Radical se oponen ahora a la derogación de la ley, lo que exigiría la unidad sin fisura de los peronistas, con mayoría en la Cámara alta. Pero la división en el seno del oficialismo situaba la votación en empate, lo que demoró el debate en el pleno. Duhalde advirtió que 'si no se deroga hoy [por ayer] no se deroga nunca, porque no hay alternativas'.
La manifiesta debilidad del Gobierno y la crisis institucional que se agrava día a día en el país tiene su principal reflejo en la debilidad del dólar, que en el mercado libre se cotizaba a 3,75 unidades para la venta. En enero, tras la devalución, el Gobierno fijó en 1,4 unidades el tipo de cambio frente al dólar, lo que supone una pérdida desde entonces del 70% de su valor.
La depreciación del peso motivó ayer una reunión de urgencia entre Duhalde, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el presidente del Banco Central, Mario Blejer. Tras el encuentro, Lavagna urgió a los exportadores para que aceleraran la liquidación de divisas, para así aumentar la disponibilidad de dólares en el mercado, y Duhalde tuvo que desmentir los rumores sobre una posible renuncia de su ministro.
El Gobierno también ultima contrarreloj el plan para liberar los depósitos atrapados en el corralito.
Duhalde aseguró que mañana anunciará el decreto para iniciar la apertura del corralito y que cuenta con la total oposición de la banca extranjera. Para este sector, el problema reside en el carácter voluntario del cambio de depósitos por bonos y en las mayores facilidades de liquidez que el Gobierno otorgará a la banca nacional. Un plan de estas dimensiones con el rechazo de la banca extranjera puede quebrar el sistema financiero.
Efectos en Italia
La crisis argentina tiene considerables consecuencias más allá de sus fronteras. A las pérdidas de las empresas extranjeras, la crisis desatada en Uruguay y el principio de otra que se anticipa en Paraguay, ayer se conoció que 350.000 italianos se encuentran afectados por la suspensión del pago de la deuda decretada por el Gobierno argentino en enero. Según datos de la Asociación de Banca Italiana, la inversión total asciende a 14.000 millones de euros.