Coca-Cola desembarca en el mercado del agua con la compra de Santolín
El grupo Coca-Cola ha puesto en marcha sus planes de convertirse en uno de los primeros grupos embotelladores de agua mineral en España.
Después de varios años de análisis de la evolución del mercado, la multinacional estadounidense ha decidido iniciar su desembarco en el sector adquiriendo la marca Santolín a la compañía burgalesa Aguas de Santolín, propiedad de dos de sus embotelladores, Casbega y Norbega.
Según fuentes de Coca-Cola, la marca es propiedad de la filial española de la multinacional estadounidense desde el pasado 1 de enero, aunque el manantial seguirá bajo el control de los dos embotelladores citados.
El manantial seguirá siendo propiedad de los embotelladores, que serán los encargados de gestionar el envasado y distribución de la marca, imitando así el modelo con el que opera el grupo Coca-Cola en España, único en el mundo.
Las fuentes consultadas aseguran que la adquisición de Santolín es la primera fase de un ambicioso plan que pretende colocar a Coca-Cola entre los líderes del agua envasada en España, segmento controlado por empresas como Danone, Vichy Catalán y Pascual. Santolín es la primera compra de una marca consolidada en España por Coca-Cola desde que esta compañía se implantó en España.
Fuentes cercanas a la operación aseguran que Coca-Cola negocia en la actualidad la adquisición del manantial de Aguas de Santolín, extremo que desmiente categóricamente la empresa presidida por Marcos de Quinto, que asegura que no hay conversaciones en marcha para la adquisición de la sociedad.
Más distribución
La estrategia inicial de Coca-Cola en el mercado del agua contempla el incremento de la distribución de Santolín muy por encima del mercado geográfico en el que se ha desarrollado hasta ahora, principalmente Castilla y León, y aprovechar la red de ventas de Coca-Cola para duplicar este mismo año los 33 millones de litros que vendió el año pasado, con una facturación de 4,6 millones de euros. La capacidad del manantial, según los medios citados, permitiría que la marca alcanzara en pocos años escala nacional.
La entrada del grupo Coca-Cola en el negocio del agua mineral coincide con una etapa de fuerte ebullición empresarial. Recientemente se han cerrado operaciones como la compra de Solán de Cabras por parte del grupo Osborne, la adquisición de Fuentes de Cutamilla por Font Vella y la compra, hace escasas semanas, de Aguas Ribargoza por el grupo Pascual, todas ellas pretenden aprovechar el incremento que este mercado ha registrado en los últimos años y que alcanza ya un consumo cercano a los 100 litros per cápita.
La batalla con Pepsi-Cola cambia de escenario
La entrada de Coca-Cola en el mercado del agua en España supone un nuevo escenario de enfrentamiento comercial con su rival Pepsi-Cola y un traslado a España de la batalla que en este sector las dos empresas libran en Estados Unidos desde hace años.
Pepsi-Cola pretende aprovechar también el enorme crecimiento de consumo de agua de los últimos años. Bajo esta premisa, la filial española de la multinacional prepara en su planta de Vitoria el lanzamiento de su marca internacional Aquafina para el próximo mes de junio. Según fuentes consultadas, el producto que lanzará Pepsi-Cola no es un agua mineral de manantial, sino que será lo que técnicamente se conoce como agua tratada. Es decir, agua normal de la red de uso público, sometida a un tratamiento y envasada.
Además, Coca-Cola España anunció también ayer su entrada en el segmento de zumos no refrigerados. Lo hará utilizando su marca Minute Maid y lo destinará únicamente a hostelería.
El lanzamiento pretende igualmente erosionar la sólida posición de liderazgo que en este segmento concreto disfruta Pepsi-Cola a través de su marca Kasfruit, con un 37% del mercado, y Schweppes, con su marca Vida, segunda del mercado con una cuota del 14%.
Al igual que el agua, el mercado de zumos sigue una clara tendencia de crecimiento, cerca de un 6% anual. El consumo per cápita ha pasado de 14,3 litros en 1991 a 22 litros en 2001.