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El debate fiscal sobre el IRPF

Los expertos critican la falta de neutralidad de la última reforma

Los expertos ponen en su trabajo muchos ejemplos sobre la ruptura de la equidad del IRPF aportada por la reforma de 1998 e incluso identifica a algunos de los colectivos perjudicados. En ellos incluye a quienes ocupen una vivienda en alquiler; a aquellos que inviertan en activos que generen intereses y dividendos sujetos a retención frente a activos que generen ganancias de capital; a quienes no tengan capacidad económica suficiente para contribuir a planes de pensiones privados o intenten buscar otras formas alternativas de previsión; a quienes no sean propietarios de empresas acogidas al sistema de internacionalización; a quienes no inviertan en bienes de interés cultural o realicen donaciones a determinadas entidades, y, de forma muy particular, a quienes perciban la mayor parte de sus ingresos a través de renta salariales.

El informe subraya también el tratamiento privilegiado obtenido tras la reforma fiscal de 1998 por los seguros de vida de capital diferido, también conocidos como unit linked, a través de los cuales se pueden rescatar a conveniencia las inversiones financieras agrupadas formalmente bajo un contrato de seguro de vida.

Los rendimientos de este producto se integran en la base imponible general y, además de aplicárseles el coeficiente reductor del 30% a más de dos años, se les aplica del 65% y el 75% a cinco y a más de ocho años, respectivamente.

La falta de equidad generada por la última reforma también es puesta de manifiesto por los expertos que han trabajado para el PSOE. En su estudio se comprueba que el contribuyente medio ha podido verse beneficiado por una reducción de los tipos efectivos, pero en menor medida que el que pertenece a los tramos más altos de renta. El hecho quizá más significativo que incorpora el informe es que el tramo de renta que abarca al 10% de la población más pudiente, con una base imponible cercana a 54.000 euros, disfruta de una participación en la cuota líquida superior al 35%. El estudio concluye en este capítulo que el 50% de la población con menor nivel de renta se beneficia sólo de un 24% del total de aumento de renta disponible generada por la citada reforma fiscal. Para el 90% de los contribuyentes, esa participación apenas supera el 64%.

De la comparación del efecto redistributivo inducido por la reforma de 1998, el informe concluye que sin ella hubiera correspondido el 18,18% de la renta disponible al 40% de la población menos pudiente, mientras que con la reforma le correspondió un porcentaje menor, del 18,11%.

Los autores admiten que este análisis es incompleto porque el tratamiento dado en la actualidad a las plusvalías se inició en 1996. De hecho, ésta fue la primera reforma promovida por el PP nada más llegar al Gobierno. La comparación entre los ejercicios de 1998 y 1999 no recoge bien el efecto de esta medida, como tampoco el trato dado a los seguros de vida de capital diferido. En los Presupuestos Generales del Estado de este año los beneficios fiscales por estos conceptos suman 376 millones de euros, aproximadamente el 1,27% de los ingresos anuales por IRPF.

El efecto de la inflación

El examen sobre el impacto de la última reforma fiscal tiene también en cuenta la recaudación y los efectos que sobre ella ha tenido la inflación. Las medidas tomadas supusieron, según los expertos, una pérdida de recaudación en el IRPF del 14%. En el nuevo modelo que se propone se asume una pérdida que ronda el 5%. La recaudación se aproxima en la actualidad a 42.000 millones de euros.

El año pasado, la fuerte subida de los precios llegó a eliminar casi el 53% del ahorro provocado por la rebaja fiscal. En la proyección que los expertos hacen en el periodo comprendido entre 2000 y 2002 los tipos medios suben del 12,88% hasta el 14,03% como consecuencia de la no deflactación de la tarifa.

El informe pone también de relieve el notable retroceso que, según los expertos, se ha producido en los últimos años en la lucha contra el fraude y su repercusión sobre la pérdida de equidad del IRPF.

Dinamarca y Grecia, en los dos extremos tributarios

 

 

España se sitúa en la actualidad algo por debajo de la media europea tanto en tipos mínimos como en máximos del IRPF. Los primeros se situaron el año pasado en la UE en el 20,4%, y los segundos, en el 48,7%. En España, el mínimo está en el 18%, y el máximo, en el 48%, aunque con la reforma prometida por el Gobierno se quedarán en el 45% y el 15%, respectivamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dinamarca es en estos momentos el país que presenta la imposición más elevada y Grecia uno de los que tiene una tributación más reducida.

 

 

 

 

 

 

 

Según el trabajo comparativo elaborado por Alicia Martínez Serrano, investigadora de fiscalidad en el Parlamento Europeo, la progresividad en la tarifa del impuesto es la característica común en la UE. Luxemburgo es el país que aplica el mayor número de tramos, hasta un total de 17, e Irlanda, el que menos, con sólo dos. El número medio de tramos en la UE es de cinco.

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