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François David

Más contratación y aumento de la siniestralidad

En un ejercicio como el de 2001, que los propios directivos de Coface califican como el de 'la mayor ralentización mundial de los últimos 30 años', el grupo francés consiguió aumentar un 9,4% su cifra de negocios, hasta 925,6 millones de euros, superando la media del 8% de crecimiento obtenida en el trienio precedente.

El 72% de la facturación total corresponde a las primas que alcanzaron, 667 millones de euros, un 9% más, mientras que las ventas de servicios representaron 259 millones, con un 9% de incremento.

Por áreas de negocio la contratación del seguro de crédito a la exportación aumentó el 7,7%, llegando a 352,9 millones, lo que le convierte en el producto líder del grupo.

El seguro de crédito doméstico creció un 10,5% gracias al desarrollo internacional del grupo, particularmente en España, Asia y América, mientras que el seguro de caución aumentó el 20,3%.

A pesar de esta mejora en la cifra de negocios, el beneficio antes de impuestos descendió un 10%. Destacable también en 2001 ha sido el importante crecimiento de la siniestralidad, cuyo porcentaje sobre las primas y servicios asociados aumentó al 69% frente al 50% de 2000.

Para el ejercicio de 2002 los responsables de Coface apuntan a una reactivación en la contratación y los resultados, y recuerdan como las tres crisis económicas mundiales anteriores (1974, 1982 y 1992) 'dieron lugar a una rápida recuperación del seguro de crédito y a un aumento incluso más fuerte del beneficio de explotación'.

Presidente del Grupo Coface desde julio de 1994, François David, estuvo la semana pasada en Madrid para asistir a la IV Conferencia sobre Riesgo País en Europa y América Latina, organizada por esta compañía francesa, que se ha consolidado como uno de los dos líderes mundiales del seguro de Crédito a la Exportación.

Nacido en Clermont-Ferrand hace 61 años, está considerado como uno de los principales especialistas de Francia en comercio internacional, materia sobre la que tiene publicados siete libros y posee una dilatada experiencia en la Administración, donde ha desempeñado cargos directivos en los Ministerios de Comercio Exterior y Economía.

Pregunta. Durante su intervención en la conferencia de Madrid ha condicionado la recuperación de la economía internacional a la resolución de dos interrogantes, EE UU y Argentina. ¿Cuáles son las incertidumbres que cuestionan la solidez de la recuperación apuntada por la economía estadounidense?

Respuesta. El crecimiento del 5,8% de la economía de Estados Unidos en el primer trimestre se ha basado en el fuerte aumento de las existencias en las empresas y en el repunte del consumo inmobiliario y de automóviles, impulsado por los bajos tipos de interés y la política fiscal. Sin embargo, el índice de confianza de los consumidores ha dado muestras de debilidad ya en el mes de abril y todo apunta a que los resultados del segundo semestre van a ser peores. Por otra parte, la situación de las empresas está todavía muy degradada y, en contra de algunas opiniones, no creemos que la inversión vaya a tomar el relevo del consumo como sería deseable. La previsión de Coface es que la economía de EE UU evolucionará con altibajos este año con una tasa media de crecimiento en torno al 2%. Y eso excluyendo cualquier acto terrorista, que no podemos descartar

P. ¿Para cuándo estima entonces que se producirá esa recuperación de las inversiones en EE UU?

R. Pienso que tendrá lugar en el segundo semestre de este año y estará ligada a cuatro sectores básicamente: la industria farmacéutica, la agroalimentaria, la industria de defensa, y los sectores tecnológicos y electrónicos ligados a esta última.

P. En el caso de Argentina, y una vez descartada la recuperación a corto plazo, ¿teme un efecto contagio hacia otros mercados emergentes de la región o de Asia?

R. En Coface coincidimos en el análisis de que harán falta muchos años para que la economía argentina vuelva a crecer y nuestra estimación para este año es que tendrá un crecimiento negativo en torno al 10%. Respecto al efecto contagio, pensamos que no se va a producir. El riesgo es muy débil y, además, sólo se limita a Brasil, pero en modo alguno existe peligro de contagio hacia Rusia y los mercados emergentes de Asia, entre otras cosas porque la situación de las balanzas de pagos de estos países está bastante más saneada que hace años. Aparte de esto, un dato muy significativo para nosotros es que si EE UU no ha acudido todavía a socorrer a Argentina es porque no teme el efecto contagio a otros países.

P. ¿Es optimista respecto a una próxima intervención del Fondo Monetario Internacional y de EE UU?

R. El problema está en que el FMI no puede seguir dando dinero a Argentina mientras los argentinos sigan sacando su dinero al extranjero, y el mayor desafío del presidente Duhalde es el de generar suficiente confianza en los ciudadanos para que dejen el dinero en su país. Respecto a EE UU, pienso que el Gobierno norteamericano desea sinceramente que Argentina se recupere, entre otras cosas por que no debemos olvidar que los bancos estadounidenses tienen mucho riesgo en Argentina.

P. Con las incógnitas de Estados Unidos y Argentina y las inquietudes sobre Alemania y Japón ¿comparte la prudencia de la OMC al prever un crecimiento mínimo del 1% para el comercio mundial en este año?

R. En mi opinión, la Organización Mundial del Comercio ha sido ciertamente pesimista. Si observamos la tendencia de los últimos años podemos comprobar como el comercio internacional ha crecido siempre el doble que la producción, incluso en años de crisis como el pasado. Entonces, si aceptamos como buena la previsión del FMI que estima en el 1,5% el crecimiento de la producción mundial, lo normal es que el comercio internacional crezca en torno al 3%.

P. Finalmente, ¿influirá la incorporación de China a la OMC en la dinamización del comercio internacional?

R. Personalmente he podido comprobar que la voluntad del Gobierno chino para modernizar su economía es firme e inequívoca. Sin embargo, esta incorporación a la OMC le va a costar muy caro a China a nivel económico y social, porque la agricultura y las industrias públicas van a tener que enfrentarse a la competencia internacional. Pensamos que la economía china va acrecer este año en torno al 7%, pero su impacto sobre el comercio mundial va a ser muy limitado.

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