El impacto de la crisis argentina limita al 6% el aumento del beneficio del BBVA
El BBVA obtuvo en el primer trimestre del año un beneficio atribuido de 587 millones de euros, un 6% más que hace un año. La fortaleza de los resultados recurrentes, traducidos en una evolución muy positiva de los márgenes, impulsó este crecimiento, que se vio frenado por la parte baja de la cuenta, con menores resultados por puesta en equivalencia, menores plusvalías realizadas y más saneamientos. En todo caso, el BBVA considera que la aceleración de la actividad comercial y unos gastos ajustados al presupuesto permitirán acabar el año con un aumento del beneficio del 10%, a pesar de que cuentan para el año con una aportación nula de Argentina, donde tienen provisionado el 100% de las inversiones.
Al igual que en su competidor, el Santander Central Hispano, la crisis en aquel país ha sido para el BBVA la rémora más importante en el primer trimestre. Sin su efecto, el beneficio atribuido al grupo hubiera subido un 18%. Pero fuentes de la entidad confiaron ayer en una solución, a la espera del acuerdo del FMI y del resultado de las medidas del Gobierno argentino, sin necesidad de inyectar más capital.
Esta valoración de la situación es mucho más optimista de la que hiciera hace unos días el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, quien aseguró que el Banco Río tenía liquidez para tres meses y 'cuando se acabe se acabó'.
En concreto, la penalización de Argentina en la cuenta de resultados del primer trimestre se cifra en 57 millones de euros, 53 millones de beneficio en el primer trimestre de 2001 y cuatro millones de pérdidas hasta marzo de este año. El impacto en reservas como consecuencia del efecto adicional de la devaluación es de 116 millones de euros, mientras que se mantiene el fondo dotado en 2001, sin necesidad de nuevas provisiones. Argentina contamina toda la cuenta de resultados, hasta el punto de que el margen de explotación pasa de un crecimiento del 23,7% a otro del 30,1% si se aísla de este efecto.
Por eso, el grupo presentó ayer ante analistas y medios de comunicación una cuenta de resultados consolidados en la que se delimita la aportación de Argentina a los resultados por puesta en equivalencia (que aparecen en la parte final de la cascada).
De acuerdo con esta presentación, esta rúbrica refleja una caída de 90 millones de euros de los que 57 millones corresponden al resultado atribuido de Argentina. El resto tiene que ver con la disminución de las aportaciones de algunas de las principales participadas con intereses en Argentina, aunque aumentan las contribuciones de Crédit Lyonnais y BNL.
El BBVA espera obtener en Latinoamérica un beneficio de 700 millones de euros, frente a los 972 millones en 2001.
Ingresos recurrentes
El grupo exhibe una positiva evolución de los márgenes más ligados al negocio típico, sobre todo por el impulso de la actividad en la banca al por menor en España y Portugal y en América (excluidos México y Argentina). Sin el efecto argentino, el margen de intermediación creció un 4,6%, a pesar del impacto del fuerte descenso de los tipos de interés en México. La caída de las comisiones en España se compensó con el aumento de las que se generaron en América Latina, sobre todo en México, que recuperó así el descenso del margen financiero.
Además, el grupo contó con un resultado por operaciones financieras mucho mejor que el del primer trimestre de 2001, con lo que el margen ordinario creció un 13,2%. El control de los gastos generales permitió que el de explotación subiera un 30,1%. Pese a este crecimiento del negocio recurrente, el beneficio se limitó a una subida del 6% por la mencionada caída de los resultados por puesta en equivalencia (-40,5%), por un crecimiento de casi el 20% de los saneamientos y por la menor realización de plusvalías. Los saneamientos se destinaron sobre todo a amortizar el fondo de comercio generado en Bancomer y a sanear créditos en Colombia y Venezuela. En cuanto a las plusvalías, sólo se materializaron 112 millones de euros, frente a los 272 millones que se apuntaron en el primer trimestre de 2001, cuando se contabilizaron las de Axa, Finaxa y Profuturo.
Control de costes
El control de costes se refleja en una considerable mejora del ratio de eficiencia, que se sitúa ya en el 47,9%, gracias en buena parte al adelgazamiento de la red de oficinas y de la plantilla, con 8.622 personas menos en un año. En todo caso, fuentes del banco aseguraron ayer que no hay un objetivo explícito de reducción de empleo para este año, en contra de los planes del Santander de reducir otros 11.000 puestos de trabajo, y que lo normal es que el ritmo de caída se ralentice. Esta afirmación coincide con la expresada hace unos meses por el presidente del banco, Francisco González, que defendió una visión 'no anoréxica' del banco, es decir, más centrada en el crecimiento que en estrujar los costes.
Por áreas, destaca el comportamiento de la banca al por menor en España y Portugal, que aportó 274 millones de euros de beneficio de los 587 del grupo, con un aumento del 23%. Lo negativo es que se ha perdido algo de margen con la clientela y las comisiones siguen estancadas, pero se ha conseguido impulsar el margen de intermediación gracias a un mayor volumen de negocio del crédito.
El área de gestión de activos y banca privada es la que más sufre por la caída de los mercados.