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Coyuntura

El paro de EE UU sube al 6% en abril, la tasa más alta desde agosto de 1994

La actividad del sector servicios siguió creciendo el mes pasado, pero a un ritmo más lento. La caída del dólar refleja las dudas sobre la economía estadounidense.

Según los datos revisados por el Departamento de Trabajo, la economía estadounidense continuó destruyendo empleo en el primer trimestre. Aunque las estimaciones oficiales iniciales apuntaban una creación neta de empleo en este periodo, lo cierto es que un total de 134.000 estadounidenses perdieron su empleo entre enero y marzo.

La creación de empleo en abril (43.000 puestos de trabajo netos) fue insuficiente para corregir la negativa tendencia del mercado de trabajo y compensar las nuevas solicitudes de empleo (565.000). Así, la tasa de paro pasó del 5,7% de marzo al 6% en abril, su nivel más alto en siete años y medio. Los analistas habían previsto que el paro se situara en el 5,8% de la población activa.

La destrucción de empleo fue mayor en el sector industrial (91.000), especialmente en el sector de la construcción (79.000). Por el contrario, el sector servicios creó 134.000 puestos de trabajo.

No fue la única noticia decepcionante que ayer ofreció la primera economía mundial. El Instituto de Gerentes de Compra (ISM, por sus siglas en inglés) informó que el crecimiento del sector servicios se mantuvo en abril por tercer mes consecutivo, pero a un ritmo más lento que en meses precedentes.

El índice de actividad del sector cayó a 55,3 puntos tras el nivel de 57,3 alcanzado en marzo. Toda cifra superior a 50 puntos indica crecimiento en el sector y por debajo, contracción de la actividad. Los analistas, de nuevo, fallaron al calcular que el índice se situaría en los 56,7 puntos.

'La actividad económica del sector servicios sigue expandiéndose a un ritmo modesto. Sin embargo, este crecimiento está liderado por las ganancias de productividad, ya que los empleadores siguen cautelosos respecto a las contrataciones', aseguró Steven Wood, economista jefe de la firma Financial Oxigen.

Los datos, en todo caso, demuestran que la economía estadounidense aún se encuentra en un momento de debilidad, pese al crecimiento del 5,8% del PIB registrado en el primer trimestre, según la estimación inicial del Gobierno.

Mantener los tipos

Ese es, precisamente, el mensaje que ha venido trasladando la Reserva Federal en las últimas semanas. En su último Libro Beige, la autoridad monetaria advertía de que se observaban varios distritos en los que la actividad registraba un menor crecimiento que a principios de año, lo que hacía mantener las cautelas sobre la evolución de la economía.

En este escenario, los analistas descartan una subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en su próxima reunión del 7 de mayo e incluso en su reunión prevista para finales de junio. 'De hecho, creo que incluso agosto puede ser un momento precipitado para subir los tipos de interés', aseguró Sharon Stark, estratega de Legg Mason en Baltimore.

La entidad que preside Alan Greenspan sigue atentamente los datos del paro, por su impacto tanto sobre la confianza de los consumidores como el efecto negativo que puede tener para el consumo privado, que representa dos tercios del PIB.

La Casa Blanca, sin embargo, asegura que se han sentado todas las bases para impulsar un crecimiento sostenido de la economía.

Su portavoz, Ari Fleischer, señaló que 'el presidente cree firmemente que, como resultado de los recortes de tipos del año pasado (11 en total) y fruto de las rebajas de impuestos y los planes de estímulo económico aprobados por el Gobierno, hay señales sólidas de que la economía está despegando en la senda de crecimiento y que el desempleo empezará a reducirse', dijo.

Las dudas sobre la economía golpean al dólar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El euro se benefició ayer de los malos datos de la economía estadounidense y volvió a ganar terreno frente al dólar. La divisa estadounidense cotizó a 0,916 céntimos de euro, frente al 0,903 del cierre de la jornada anterior.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las últimas semanas, las dudas sobre la fortaleza de la recuperación han repercutido negativamente en la cotización del dólar, hasta situarse en los niveles mínimos de agosto del año pasado. La caída de la divisa estadounidense es, en realidad, la que ha posibilitado este fortalecimiento relativo del euro y también del yen, en su punto máximo frente al dólar en los últimos dos meses.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras, el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, asegura que no hay cambios en la política de su país en favor de un dólar fuerte, los mercados dudan de la veracidad de sus afirmaciones. La falta de un compromiso explícito en favor de mantener el valor del dólar por parte de O'Neill ha hecho mella en los mercados, donde los inversores han comenzado a desprenderse de activos en la divisa verde, lo cual ha provocado su descenso de los últimos días.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero el fondo de la cuestión está, sin dudas, en el creciente desequilibrio fiscal estadounidense que, a su turno, agrava el déficit por cuenta corriente y crea temor a un ajuste violento.

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