El regulador de EE UU encuentra trabas para reformar la normativa bursátil
Las firmas de Bolsa estadounidenses consideran que las reglas que prepara el regulador para evitar los conflictos de intereses entre analistas y banca de inversión son demasiado severas. La asociación de intermediarios bursátiles de EE UU (SIA en sus siglas inglesas) ha pedido que se retire la propuesta que prohíbe a las entidades que actúan como colocadoras emitir informes de análisis sobre una compañía hasta 40 días después de iniciarse la OPV.
La SEC publicó en febrero un borrador en el que se establecían una serie de reglas para evitar el conflicto de intereses entre las divisiones de análisis y banca de inversión de las entidades financieras. Pero las firmas de Bolsa no están de acuerdo con algunas de las consideraciones del regulador estadounidense.
El pasado viernes, la asociación de intermediarios de Bolsa de EE UU (SIA en sus siglas inglesas) se mostró particularmente en desacuerdo con una de las normas del borrador que establece un plazo de 40 días a partir de la puesta en marcha de la OPV de una compañía para que una firma que ha participado en la colocación pueda emitir un informe de análisis sobre esa empresa. Según la SIA, esta regla impedirá que los inversores dispongan de información justo en los momentos más críticos para una compañía debutante.
En una carta remitida por la SIA al regulador de EE UU se señala que, si el analista y la entidad que ha participado en la salida a Bolsa son los que mejor conocen la situación de la compañía, no tiene sentido privar al mercado de este tipo de información. El presidente de la SIA, Stuart Kaswell, fue mucho más lejos y afirmó el pasado viernes que, si la SEC aprueba esta norma, los inversores no tendrán la posibilidad de consultar informes sobre una compañía debutante hasta pasados varios meses de su salida a Bolsa, lo que dejará al mercado huérfano de información fundamental para la toma de decisiones de inversión.
Kaswell se quejó también de la norma que obliga a los bancos de inversión a comunicar a la SEC sobre cualquier relación comercial con una compañía seguida por los analistas de la firma. En opinión del presidente de la SIA, el cumplimiento de esta norma podría destapar que alguna entidad está trabajando sobre algún proceso de fusión o cualquier otra información de tipo confidencial. El estallido de la burbuja tecnológica y la quiebra de Enron multiplicaron las quejas de los inversores sobre el conflicto de intereses entre las divisiones de análisis y banca de inversión de las firmas de Wall Street.
A menudo, las entidades emitían recomendaciones muy favorables sobre compañías que a su vez eran asesoradas por la propia entidad financiera respecto a una salida a Bolsa o una fusión.
La SEC, junto con el apoyo del congreso de EE UU y la Bolsa de Nueva York, elaboró un borrador en el que, además de establecer un límite mínimo de 40 días tras una OPV para emitir un informe de análisis, se obligaba a los expertos a comunicar a la SEC cualquier operación de compraventa a título personal sobre alguna de las compañías por él cubiertas, entre otras normas.
El regulador de EE UU aseguró que tomará en consideración las quejas de la SIA y declaró que la nueva normativa entrará muy pronto en funcionamiento.