Colin Powell inicia una misión de paz en Oriente Próximo que pasa por España
La misión mediadora del secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, que se desplegará entre Marruecos, Egipto, España (donde recalará el miércoles), Jordania y, por último Israel, se produce tras los infructuosos esfuerzos diplomáticos del fin de semana y en medio de una ofensiva militar que ha costado la vida a 60 palestinos en 24 horas. El presidente de EE UU, George Bush, pidió el sábado al primer ministro israelí, Ariel Sharon, con quien se entrevistó por teléfono, que pusiera fin a las incursiones militares en Cisjordania.
Anoche, antes de su partida, Colin Powell, indicó que intentará reunirse con el líder palestino, Yaser Arafat, 'si las circunstancias lo permiten'. En declaraciones a la cadena de televisión Fox News, Powell explicó que la entrevista con Arafat dependerá de 'cuestiones de seguridad, de acceso o de la agenda que tengamos'. Y añadió: 'Es algo que trataremos en los próximos días'. El ministro de Información y Cultura palestino, Yaser Abed Rabbo, había reclamado a la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriorees de la Liga Árabe que sus dirigentes no se entrevisten con Powell si éste no promete hacerlo con Arafat.
El secretario de Estado recordó que el enviado estadounidense Anthony Zinni, se reunió esta misma semana con el presidente palestino, quien se encuentra confinado en su cuartel de la ciudad cisjordana de Ramala. Según la agencia Efe, Arafat aseguró que prefiere morir antes que firmar un documento (el elaborado por Zinni en base al Plan Tenet) por el que los territorios palestinos pasen prácticamente a depender de Israel.
La misión mediadora de Powell ha generado gran expectación en los países árabes, que han agudizado sus críticas por lo que describen como 'flagrante parcialidad' de Washington a favor de Israel.
El emisario del Gobierno de Bush tiene previsto llegar el martes a Egipto, tras una escala en Marruecos, donde se entrevistará con el rey de este país, Mohamed VI, y el príncipe heredero saudí, Abdulá Bin Abdulazid. Después de esta reunión y de la que mantendrá con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, Powell viajará a España el miércoles, con una pequeña parada para entrevistarse con José María Aznar, presidente de turno de la UE, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Al día siguiente, jueves, se reunirá con en Jordania con el rey Abadalá II y aterrizará el viernes en Israel, donde acudirá a los territorios ocupados.
Aumentan las muertes
La ofensiva diplomática del fin de semana resultó infructuosa. Los ataques militares se saldaron en 24 horas con la muerte de 60 palestinos y siete soldados israelíes, con lo que se calcula que en nueve días han muerto 200 palestinos y nueve israelíes.
Ayer, tropas del Ejército de Israel mataron a cinco hombres de una misma familia cuando intentaban arrestar al más joven de ellos en el campo de refugiados de Jenín, según fuentes palestinas. Fuentes israelíes dijeron, por su parte, que se trataba de milicianos armados que disparaban contra sus tropas.
Durante el fin de semana el presidente Bush, que tuvo como invitado en su rancho de Crawford (Texas) al primer ministro británico, Tony Blair, llamó por teléfono a Ariel Sharon para exigirle la retirada inmediata de sus tropas de las ciudades palestinas ocupadas y mostrarle su 'grave preocupación' por la escalada de la ofensiva. Por su parte, Blair instó a Sharon a 'escuchar las palabras' de Bush que, por otro lado, también fueron muy críticas contra Arafat. El presidente palestino, aseguró Bush, 'ha fracasado en su liderazgo' y no ha conseguido parar el terrorismo.
Aunque los llamamientos al cese de los ataques procedieron también de otros dirigentes políticos (el ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, habló ayer por teléfono con Arafat y con Sharon), la posición israelí no ha variado.
El conflicto armado continuó ayer en la frontera del sur del Líbano, donde la aviación israelí disparó varios misiles en los alrededores de la localidad de Rachaya Fajur.
Medio millón de personas se manifiestan en Rabat contra Israel y el apoyo de EE UU
Cientos de miles de personas salieron el domingo a las calles de las principales ciudades islámicas en protesta contra la ofensiva israelí en Cisjordania y el apoyo de Estados Unidos al Estado judío.
La mayor concentración se registró en las grandes avenidas de Rabat, la capital de Marruecos, en la que más de medio millón de personas corearon consignas contra el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente estadounidense, George Bush. 'Se trata de la protesta más grande en el mundo árabe (...) y refleja que el pueblo marroquí apoya firmemente la Intifada palestina contra la agresión sionista', dijo Ahmed Benjelloun, máximo dirigente del Partido Democrático y Socialista de Vanguardia. Líderes políticos, entre ellos el primer ministro socialista Abderrahmane El Youssæ#158;ufi y otros miembros del gobierno, participaron asimismo en la marcha.
Pero ésta no fue la única manifestación. En el centro de Beirut, cerca de 3.000 simpatizantes del grupo militante Hamas se concentraron frente a la sede local de Naciones Unidas; otra manifestación similar, organizada por grupos libaneses pro sirios, se llevó a cabo en Trípoli. Por su parte, en Bahrain, miles de personas que gritaban 'Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel' asistieron a la marcha funeral de un joven de 24 años que falleció por heridas provocadas durante una violenta manifestación pro palestina realizada el viernes frente a la embajada de Estados Unidos. También hubo manifestaciones en Indonesia, donde 5.000 personas se congregaron en las cercanías del palacio presidencial, en el centro de Yakarta.
Asimismo, en las calles de Bruselas, unos 10.000 manifestantes pro palestinos se pronunciaron de forma pacífica contra la retirada de Israel de los territorios palestinos.
También en otras capitales europeas se clamó por la paz en Oriente Próximo. En París más de 50.000 personas se manifestaron en apoyo del pueblo palestino, entre ellas, el candidato de los Verdes y representantes sindicales. A la convocatoria realizada con el mismo fin en distintas ciudades alemanas acudieron unas 7.000 personas. Por su parte, en la jornada dominical también hubo concentraciones multitudinarias en las ciudades italianas de Roma y Nápoles.