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Energía de fisión

Eduardo González : 'El impacto ambiental de la energía nuclear es conocido y limitado'

Eduardo González se ha incorporado este mes a la presidencia del Foro de la Industria Nuclear, la asociación sin ánimo de lucro que fundaron en 1962 las compañías eléctricas con inversiones en centrales nucleares, empresas de ingeniería y algunas organizaciones para promover el uso pacífico de la energía de fisión. Es partidario de no seguir demorando el debate público sobre la continuidad de las nueve centrales que operan en España, porque, en su opinión, el principal problema, qué hacer con los residuos radiactivos, tiene soluciones seguras.

El nuevo presidente del Foro continuará también con sus responsabilidades como director de generación de Iberdrola. Este abulense acudió a la Universidad Politécnica de Madrid para cursar estudios de Ingeniería Industrial y a partir de entonces su vida laboral se vio ligada al sector nuclear. Destaca su paso como director general por las centrales nucleares de Almaraz y Trillo. También ha sido vicepresidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Pregunta. ¿Qué futuro tiene en Europa la energía nuclear después de que en Alemania se haya acordado el desmantelamiento progresivo de las centrales y de que la Unión Europea (UE) haya descartado la posibilidad de servirse de ella para reducir la emisión a la atmósfera de gases contaminantes y cumplir el Protocolo de Kioto?

Respuesta. Respecto a la decisión del Gobierno alemán, éste ha paralizado no sólo el futuro de las centrales, sino todos los planes energéticos. Ya veremos lo que hacen los que dentro de 20 años tengan que tomar las decisiones. Lo cierto es que la energía nuclear cumple con los requisitos de sostenibilidad básicos: desde el punto de vista económico, en un entorno en el que el kilovatio eléctrico generado a partir de gas natural cueste más de 0,04 euros, el nuclear será mucho más competitivo. Desde el punto de vista medioambiental, tiene un impacto evidente, pero conocido y limitado; y, por último, está pendiente su aceptación social, en lo que estamos trabajando.

P. ¿Reconoce entonces que los residuos nucleares son un gran obstáculo para la aceptación social de esta energía?

R. La energía nuclear de fisión no tiene emisiones de dióxido de carbono, el principal gas que está haciendo estragos en el clima y las radiaciones de los residuos apenas incrementan el fondo radiactivo de la naturaleza.

P. El plazo límite para decidir qué hacer con los residuos radiactivos de vida más larga, que de momento se están almacenando dentro de las propias centrales nucleares, concluye en 2010. ¿Existen soluciones adecuadas para gestionarlos?

R. Sí. Todos los países europeos que tienen empresas para gestionar los residuos radiactivos (en España, Enresa) manejan soluciones plausibles. Pero antes de decidir lo que sea hay que resolver el problema del debate social sobre la energía nuclear. Y resolverlo bajo términos objetivos.

P. ¿Cuál es la solución objetiva para este problema?

R. Básicamente, el enterramiento de los residuos en almacenes geológicos profundos, porque se ha comprobado que hay reactores naturales análogos a los de las centrales, como la mina de Oklo (Gabón), donde los residuos derivados de la fisión natural se han difundido en el entorno sin problemas.

P. ¿Considera suficientes los fondos destinados a investigar en energía nuclear?

R. El programa marco de investigación de la Unión Europea dedica sólo en torno a un 2% de los fondos a investigar la energía nuclear. La posición de Bruselas es que, como la industria funciona bien, deben ser los interesados los que desarrollen la investigación. Estados Unidos dedica más dinero.

P. ¿Acaso no defiende esta energía la vicepresidenta de la Comisión Europea para Energía y Transporte?

R. Se nota que Loyola de Palacio ha analizando a fondo los problemas europeos y me parece muy importante que Bruselas escuche su posición acerca de que se debatan las ventajas y desventajas de la energía nuclear con el mayor desapasionamiento.

P. Pero, además, no negará que la nueva presidenta del CSN, María Teresa Estevan, se manifiesta claramente a favor de prolongar la vida útil de las centrales, en línea con lo que pretende el Gobierno de Estados Unidos.

R. Como presidenta, su poder es grande en el ámbito de la seguridad. Mientras se cumplan los requisitos de seguridad, ¿por qué va a decir lo contrario? Cada central realiza una inversión media anual de unos 18 millones de euros por 1.000 megavatios instalados para modernizar los equipos y garantizar el funcionamiento seguro.

Aumenta la esperanza de vida de las centrales

 

 

 

 

En octubre, el Consejo de Seguridad Nuclear revisará las mejoras propuestas para la central de José Cabrera, en Almonacid de Zorita (Guadalajara) antes de alargar su autorización por un plazo adicional de seis años. Fue la primera central que arrancó en España, en 1968.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las autorizaciones de explotación de las centrales europeas, a diferencia de las estadounidenses, no tienen un periodo fijo establecido. Mientras que allí ocho centrales ya han conseguido extender su licencia de operación de 40 a 60 años, en España, hasta mediados de los noventa, los permisos se renovaban cada 18 o 24 meses. Luego se amplió a cuatro o cinco años y hoy seis de las nueve centrales españolas tienen asegurado su funcionamiento hasta 2010.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La vida útil de las centrales se alarga no sólo porque los avances tecnológicos permiten un mayor margen de seguridad, sino por su contribución a asegurar el suministro energético. Eduardo González explica: 'Hay 7.800 megavatios instalados ahora en España. Pero, cuando se diseñaron las centrales, se pensaba que iban a funcionar el 60% del tiempo. Hoy funcionan el 90% del tiempo, con lo cual, de cada tres centrales nucleares de entonces, estamos teniendo una más'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El consumo mundial de energía se eleva a 8.000 millones de toneladas equivalentes de petróleo, de las que un 87% se satisface mediante el uso de combustibles fósiles, un 7% lo procuran las centrales hidráulica y el conjunto de las fuentes de energía renovables y un 6% procede de las centrales nucleares.

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