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Presidencia de la CECA

Pizarro eliminará las restricciones de acceso a la presidencia de la CECA

El consejo de administración de la CECA del miércoles aprobará el cambio de sus estatutos para que todos los presidentes y directores generales de las cajas puedan ser elegidos presidente de la CECA aunque no sean consejeros de la Confederación. La idea de Manuel Pizarro, quien ha impulsado este cambio, es profesionalizar el cargo.

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Manuel Pizarro, ya ha diseñado los nuevos estatutos que regirán en esta asociación una vez que se ratifiquen en la asamblea que se celebrará el 24 de abril. Aunque antes, el miércoles, el consejo de administración los someterá a aprobación. De esta manera, no sólo los presidentes de las cajas podrán optar a la presidencia de la Confederación como establece ahora sus estatutos, también podrán hacerlo los directores generales, cargo que estaba vetado.

Así, se amplía el abanico para la elección de presidente de la Confederación, ya que los 46 presidentes de las cajas de ahorros y los 47 directores generales (incluido el de la CECA, Juan Ramón Quintás) podrán presentarse como candidatos. Hasta ahora, además de estar limitado el cargo a los presidentes de las cajas, también se requiere que estos estén en el consejo de la CECA, ya que de lo contrario no pueden acceder a su presidencia.

Los nuevos estatutos introducirán por ello otro cambio, por el cual cualquier presidente o director general podrá acceder a la presidencia, esté o no en el consejo, aunque sí tendrá que pertenecer a él justo antes de ser elegido. Por ello, los consejeros de la CECA que estén en ella en el momento en que se celebren las elecciones podrán elegir a un nuevo consejero, aunque no le corresponda estar en la CECA en ese momento, porque su federación regional ya tenga otros representantes.

En estos momentos el consejo de la CECA está formado por 25 consejeros, además del director general de la Confederación, Juan Ramón Quintás. De estos 25 consejeros, 13 son presidentes de cajas y el resto, 12, son directores generales. Los consejeros de la CECA son elegidos por las distintas federaciones regionales de cajas cada cuatro años. Cada federación elige como mínimo a un representante, y como máximo cuatro, en función de los depósitos que representa dicha federación sobre el volumen total que gestiona el sector.

De esta forma, aunque cada caja es un voto, hay federaciones que cuentan más votos que otras. Otro inconveniente que encuentran los responsables de la CECA es que su consejo debe renovarse por mitades cada dos años, como si fuera una caja, lo que condiciona la posible elección del presidente de la CECA y se considera ilógico, si se tiene en cuenta que la CECA no es una caja.

Otro cambio es que los 47 directores generales de las cajas también podrán tener voto en la asamblea de la CECA. Hasta este momento estos sólo contaban con voz en este organismo, pero carecían de derecho a voto, aunque en el consejo si cuentan con ambos derechos.

Estatutos obsoletos

Este cambio de estatutos ha sido promovido por Manuel Pizarro, al considerar que los actuales se han quedado obsoletos. De hecho, la CECA pidió a finales del pasado año al Gobierno que modificase el mecanismo para renovar sus órganos de gobierno, ya que considera que el actual funcionamiento del consejo de administración de esta institución se rige ahora por los preceptos que marca la Lorca, pensados para las cajas de ahorros. Eso ha creado distorsiones y ha hecho, en la práctica, imposible cumplir con la renovación que marca la ley.

Los cambios en el máximo órgano de gobierno de la CECA toman mayor relevancia si se tiene en cuenta que, a más tardar en un año, Manuel Pizarro dejará la presidencia de la Confederación, lo que desembocará en un nuevo proceso de elección para presidir esta institución. Pizarro fue reelegido presidente de la CECA por un plazo de otros cuatro años en el último consejo de la CECA. Y aunque Pizarro no ha querido desvelar si agotará este plazo o no, lo cierto es que se da por seguro en el sector que el actual presidente de Ibercaja y de la CECA abandonará este cargo en el plazo de un año.

Aunque Pizarro puede compatibilizar sus actuales cargos con los de presidente no ejecutivo de Endesa (un consejero de la CECA puede estar en otros cuatro consejos), lo cierto es que está dispuesto a abandonar la CECA una vez que estén resueltos ciertos cambios en la normativa de las cajas, que está previsto que se introduzcan en la ley financiera vía enmienda en el Parlamento.

La duda está en si alargará su mandato hasta 2003, cuando se celebra en España el congreso mundial de cajas de ahorros, en la que estarán presentes todos los máximos responsables internacionales de estas entidades, acto que ha sido convocado, precisamente, por Pizarro, también presidente de la Federación Mundial de Cajas de Ahorros.

La modificación de los estatutos persigue 'profesionalizar la figura de su presidente', señala Pizarro.

Coincidencias y diferencias con la AEB

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Manuel Pizarro, como gran parte de los consejeros de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, considera que lo lógico es que el área asociativa de la CECA no esté tan sometida a los vaivenes políticos y a los cambios de presidentes de estas entidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En ese sentido, una de las figuras que tradicionalmente menos están sujetas a los cambios políticos dentro de la organización de una caja es la de director general. Además, esta figura es en muchos casos más conocida y lleva muchos más años en el sector que un presidente de una caja.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

æpermil;sta es la razón por la que es lógico que se quiera dar la oportunidad al sector para que pueda elegir al 'presidente de la CECA que considere mejor, sin trabas o limitaciones por razones de su cargo', señalan fuentes del sector.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Manuel Pizarro, además, quiere dejar la puerta abierta para que el presidente de la CECA no tenga porqué ser un presidente o director general de una caja, sino que sea una persona con demostrada profesionalidad en el sector, aunque no ocupe ninguno de estos cargos. Eso sí, para acceder a la presidencia deberá ser designado previamente consejero de la CECA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La idea es profesionalizar más este cargo. De hecho, las diferencias entre la elección de presidente de la CECA y de presidente de la patronal bancaria, la Asociación Española de Banca (AEB), son muy importantes. El presidente de la AEB, José Luis Leal, que volverá a ser ratificado el próximo 21 de marzo como máximo responsable de la AEB, no se ha visto afectado por los últimos cambios de presidentes o consejeros delegados de la banca, y su cargo no está vinculado al de consejero, presidente u otro cargo dentro de un banco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y en la CECA quieren que en su máximo órgano de gobierno pueda suceder lo mismo si así lo desean sus responsables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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