Los expertos, a favor de seguir valores concretos y de eludir las tendencias
Existe un gran número de fórmulas para invertir en Bolsa, pero son dos las más seguidas desde siempre. Unos sólo atienden las tendencias dominantes y se sitúan, así, en los valores más capitalizados, en los blue chip, tanto a la hora de comprar como a la de vender, porque son estas compañías las que más pesan en la confección de los índices. Otros buscan desde siempre valores concretos sin fijarse demasiado en las corrientes de fondo.
Los analistas de más prestigio, tanto nacionales como extranjeros, recomiendan en las últimas semanas desatender las tendencias a la hora de invertir y seguir más de cerca los valores cotizados ¿Por qué? El argumentario es muy amplio.
La estrechez de rangos de los principales índices es una de las razones de peso. Los síntomas de reactivación económica en Estados Unidos son menos vigorosos de lo previsto hace unas semanas y se fundamentan más en la reposición de inventarios que en el aumento desaforado del consumo. Son, en todo caso, síntomas de mejora que dan soporte a los mercados de acciones, pero que no fuerzan mayores subidas de éstos.
La combinación de unas cifras de crecimiento económico poco robustas con unos multiplicadores (PER) en niveles de hace 12 meses en las Bolsas estadounidenses dan como resultado precios de las acciones muy caros. Warren Buffett ya advirtió hace unos días a sus clientes de las dificultades que existen para obtener retornos aceptables de la inversión en Bolsa a los niveles actuales. Reconoce, por tanto, que las Bolsas están muy caras.
Es, de este modo, el seguimiento de valores concretos la alternativa de los inversores en Bolsa. En las próximas semanas comenzará la publicación de los resultados empresariales en Estados Unidos correspondientes al primer trimestre del año. La comparación con el mismo periodo de 2001 beneficiará a muchas compañías, porque ya entonces los resultados fueron muy malos. Pero habrá otras que seguirán sorprendiendo de manera negativa. El razonamiento de algunos estudiosos respecto a mejores resultados empresariales de manera generalizada por la ley de la comparación de periodos puede deparar muchas sorpresas desagradables.
La caza de gangas y de oportunidades tiene en la Bolsa española un significado especial por la abundancia de valores de capitalización media y pequeña, y el resurgir de las opas y operaciones especiales.
En contra de la tendencia de nuestro mercado juega, precisamente, la pesadez de los grandes valores y su falta de recorrido alcista.
Tensión en los tipos a largo
El gráfico de comportamiento del bono nocional en los últimos 12 meses muestra una V muy acusada, con el vértice coincidente con los sucesos de septiembre y un trazo al alza a partir de noviembre.
La tendencia de los bonos ha sido similar en la mayor parte de los mercados del mundo y obedece, en el tramo final alcista, a una primera sobrerreacción a los indicios de recuperación económica en Estados Unidos.
La rentabilidad de los bonos se sitúa, de este modo, en niveles de julio del año pasado. En el caso concreto del bono nocional de referencia a 10 años, el rendimiento supera ya el 5,4%, lo que significa, entre otras cosas, que los mercados de renta variable tienen ya un serio competidor en el proceso de canalización de liquidez.
Son muchos los gestores los que han primado la renta fija en sus carteras y, con ello, mejorado la rentabilidad de los bonos por la expectativa de que los tipos de interés subirán tarde o temprano en Estados Unidos y que en Europa ha terminado la etapa bajista, como lo han reconocido algunos expertos.