Los Quince rozan el acuerdo para liberalizar la energía a gusto de Francia
La liberalización del mercado energético dominó la agenda de la primera jornada del Consejo Europeo de Barcelona. Los primeros ministros se afanaban a la búsqueda de una fecha para la apertura parcial del mercado. Francia, cuya posición defiende a ultranza la garantía del servicio público, mantiene el suspense sobre el plazo final. Londres en cambio despejó uno de los últimos obstáculos para el proyecto Galileo de localización por satélite. Así las cosas, la presidencia española empieza a presentar ya como 'un éxito' el Consejo de Barcelona, aunque sea a cuenta de logros que hasta hace poco se consideraban de segundo nivel, como el pacto para elevar las ayudas al desarrollo
Los Quince siguieron anoche enzarzados en la búsqueda de un pacto sobre el ritmo de modernización de la economía europea. La ampliación de la competencia en los mercados de la electricidad y gas dividió la mesa de negociaciones El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció al respecto que el Consejo Europeo dará luz verde hoy a la creación de una directiva europea que, ¢no sin dificultades¢, permitirá dar ¢el primer paso¢ para la liberalización del mercado energético, sobre el que se establecerá ¢un calendario¢.
También surgieron discrepancias sobre la liberalización del transporte de mercancías por ferrocarril o la armonización fiscal de la energía.
Francia acepta la liberalización del mercado para ¢profesionales¢ (un bloque que incluye tanto a clientes industriales como empresas de servicios). Además, sigue manteniendo reservas sobre la fecha para proceder a ella. La mayoría de los Estados apuestan por 2004 y por un compromiso claro de que en un futuro, más o menos cercano, los hogares también puedan elegir proveedor.
Pero Francia se resiste a adelantarla más acá de 2005 y no quiere discutir siquiera el tramo de consumo doméstico. La Comisión ofreció ayer la posibilidad de que la fecha para liberalizar el mercado doméstico se decida de mutuo acuerdo con el Parlamento Europeo ¢antes de finales de este año¢.
El plazo parece pensado para que Francia supere su trance electoral esta primavera (Alemania lo hará en septiembre) y pueda adoptar después una posición más ambiciosa. ¢Al público no se le puede engañar¢, analiza una fuente diplomática. ¢Francia no aceptará nada que pueda interpretarse en casa como una renuncia¢.
Tanto Jacques Chirac como Lionel Jospin anteponen la defensa absoluta del servicio público a cualquier avance en la liberalización. Para algunos observadores esta unidad de acción no revela, sin embargo, más que la intención de proteger a EDF, propiedad del Estado francés.
Sí se han avanzado posiciones en torno al proyecto Galileo. Rodrigo Rato anunció ayer que muchas de las discrepancias se han disipado y que hoy habrá un pronunciamiento ¢que incluirá, eso sí, restricciones presupuestarias y la insistencia en que lo gestione el sector privado¢.
Francia ya había expresado antes de la cumbre su exigencia de ¢un respaldo político claro¢ a un proyecto tecnológico muy criticado por EE UU, país que monopoliza el servicio de localización con su sistema GPS. Londres parece haber levantado finalmente el veto, un cambio de posición que Tony Blair puede cobrarse, a cambio, en el calendario de liberalización eléctrica.
La presidencia española, que quiere cerrar el Consejo con ¢acuerdos concretos y medibles¢, busca una fórmula de compromiso que le permita presentar como exitosa la reunión de Barcelona. Por si acaso, el Gobierno español empieza a dirigir también el foco hacia los logros en materias que hasta hace unos días se consideraban secundarias, como el pacto de cara a la cumbre de desarrollo de Monterrey.
El ministro de Exteriores, Josep Piqué, dijo ayer que está prácticamente seguro de que ¢podremos decir que el Consejo de Barcelona ha sido un éxito¢ y puso como ejemplo dicho pacto, al que coronó como ¢el acuerdo de Barcelona¢.
Apagones eléctricos e indigestiones
Mientras los Quince discutían el calendario de la liberalización energética, los periodistas que cubren el Consejo Europeo de Barcelona sufrieron en su propia piel las consecuencias del síndrome California. Una zona del centro de prensa habilitado detrás del Palacio de Congresos sufrió un apagón durante unos 15 minutos, dejando sin luz y sin teléfono a los periodistas que cubren el encuentro.
Al margen de este accidente fortuito, la cumbre se desarrolla sin graves incidentes. El presidente italiano, Silvio Berlusconi, se recuperó rápidamente de la gastroenteritis que padecía y que en principio se atribuyó a una intoxicación en la cena del Partido Popular Europeo, celebrada anteayer en Barcelona. Un portavoz de Unió Democràtica, el anfitrión del encuentro, rechazó la versión inicial y aseguró que Berlusconi abandonó el World Trade Center inmediatamente después de la reunión, sin quedarse a la cena, y que ya llegó indispuesto a la Ciudad Condal.
Por si acaso, el Ayuntamiento de Barcelona ha movilizado estos días a todos los trabajadores del Instituto Municipal de Salud Pública. No es para menos, entre desayunos, almuerzos y cenas se habrán servido unos 100.000 menús en dos días.