Perú olvida la crisis y se erige como el país más dinámico de la región
La minería y la demanda interna permitirán al país ostentar el crecimiento más elevado de la zona
Tras crecer un 0,4% en 2001, las perspectivas de crecimiento para Perú en 2002 se sitúan en cifras superiores al 3%, lo que le convierte en el país más dinámico de la región. Los últimos datos del PIB conocidos confirman estas fuertes expectativas de aceleración económica, marcada por la puesta en marcha del proyecto minero Antamina, pero también por los primeros indicios de recuperación de la demanda interna.
Se estima que sólo el efecto de la puesta en marcha de Antamina aportará un crecimiento cercano a dos puntos porcentuales del PIB en 2002. No obstante, la demanda interna también ha mostrado en los últimos meses un comportamiento más dinámico al esperado y lo seguirá teniendo durante este año. Esto se debe a un cúmulo de estímulos que ha recibido. En primer lugar, nos encontramos una política fiscal en 2002 menos contractiva a la observada en 2000 y comienzos de 2001. Por otro lado, el cambio de política monetaria, al pasar de un objetivo de agregados monetarios a uno de inflación ha permitido una relajación de las condiciones monetarias desde mediados de junio de 2001 de 700 puntos básicos (del 10% hasta el 3%).
Los efectos de esta rebaja todavía no se han terminado de hacer presentes debido al retraso característico que se observa en el efecto de la política monetaria sobre la demanda agregada. Creemos, incluso, que dados los bajos datos de inflación (la inflación en febrero se sitúa en el -1,1%) y la estabilidad del sol, la moneda peruana, existen márgenes para mayores reducciones de tipos. Un factor adicional que permite ser optimista en cuanto al margen de reducción de tipos es el hecho de que la economía peruana ha estado creciendo desde 1998 a una tasa promedio del 1,25%, muy por debajo de su potencial, debido, primero, al efecto de la corriente del Niño y, posteriormente, por la incertidumbre política surgida tras la renuncia del ex presidente Alberto Fujimori. Esto da un amplio margen de crecimiento sin generar presiones inflacionistas.
Por el lado de la oferta, no sólo el sector minero puede impulsar el crecimiento. La firma del Acta de Preferencia Comercial Andina (APCA) con Estados Unidos puede significar un fuerte impulso para industrias como la textil y otras manufacturas. De suceder esto y dado el carácter multiplicador de estas industrias sobre la economía, al ser más intensivas en mano de obra, el crecimiento podría incluso superar el 3,2% que actualmente anticipa el mercado.
Los riesgos a los que se enfrenta Perú están mitigados en gran parte por el hecho de que las necesidades financieras del sector público de 2002 ya estarían cubiertas gracias al acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que proporcionará al fisco 850 millones de dólares (965 millones de euros), las privatizaciones que reportarían un total de 700 a 1.100 millones de dólares (de 795 a 1.250 millones de euros) y la colocación de un bono en los mercados internacionales por 500 millones de dólares (568 millones de euros) realizada en febrero.
Quizá los dos factores de mayor riesgo sean la posible reaparición del Niño y el escaso apoyo al presidente Alejandro Toledo en el Congreso. Respecto al primero, debemos destacar que este riesgo es bajo debido a que episodios como el de 1998 se repiten con una frecuencia de 20 años y que un Niño moderado sería incluso beneficioso para la agricultura y la pesca. La enconada oposición que afronta Toledo en el Parlamento es el principal escollo para la estabilidad económica de Perú en tanto puede bloquear la indispensable reforma fiscal prometida.