¿Tan mala es la consolidación?
Cuando estudiaba en el Universidad (por cierto hace mucho tiempo ya de esto) aprendí una serie de conceptos básicos sobre la inversión en Bolsa: invertir en este tipo de activos es invertir en crecimiento económico; se trata de una inversión a medio plazo, donde debe primar la valoración y las posibilidades futuras de la compañía en cuestión; siempre hay que ser selectivo en las inversiones.
Siendo en todos los casos muy ciertas, la realidad de los últimos años nos ha mostrado que estas reglas también pueden ser muy matizables. Así, las posiciones a corto plazo siguen primando en las inversiones, las valoraciones fundamentales no siempre son prioritarias en las decisiones de los inversores, lo que se puede traducir en una elevada especulación (¿volatilidad?), salvo en situaciones de incertidumbre como la actual, los inversores suelen ser muy poco selectivos. En el pasado reciente hemos tenido una buena prueba de cada uno de estos supuestos. Y es que ¿quién podía mantenerse al margen de un mercado que ofrecía rentabilidades anuales de entre el 25% y el 30% en la segunda parte de los noventa? Y aquí hablamos de índices como S&P o Dow.
En el caso del sector tecnológico, las rentabilidades anuales alcanzaron más del 100% (más del 1000% en casos concretos), lo que inevitablemente invitaba a la especulación. Pero una especulación sobre el sector, dejando muchas veces de lado el análisis concreto de compañías. ¿Recuerdan cuando en 1999 se consideraba que el análisis tradicional no servía para valorar las compañías de Internet?
Así surgen las burbujas financieras, cuyas consecuencias tardan más tiempo del deseado en ser absorbidas por el mercado, o por los inversores. La situación actual vuelve a ser un ejemplo. Muchos inversores consideraban a principios de año que éste sería el de la recuperación de las Bolsas.
Un argumento pesaba sobre el resto: muy pocas veces en el pasado se había asistido a tres años consecutivos de descensos. Conclusión: mejor comprar ahora, anticipando que el retorno de la liquidez excedente a las Bolsas presionara al alza los precios. De nuevo el error: por un lado, la liquidez no ha vuelto a las Bolsas; por otro, muchos inversores vuelven a cuestionarse los elevados precios que presentan algunas compañías e incluso sectores, tras las subidas en los últimos meses de 2001.
Ahora nos toca explicar por qué las Bolsas no recuperan la tendencia alcista. Cuando todos los analistas buscan argumentos para justificarlo, nosotros vemos mucho más lógico preguntarnos por qué habrían de hacerlo. Es decir, ahora hay razones para que las Bolsas suban y otras para impedirlo.
Entre las primeras, las expectativas de recuperación económica, y que en el caso de la economía estadounidense podría ser importante. La propia OCDE espera un crecimiento económico para el próximo año del 3,8%, ligeramente por debajo del crecimiento estimado potencial de la economía. Crecimiento elevado, inflación controlada y tipos de interés bajos: el mundo ideal para un inversor a medio plazo en Bolsa. Ya, pero es que también existen ciertos obstáculos que dificultan la entrada ahora en el mercado.
El hecho de que las empresas sigan pensando más en el ajuste interno que en la inversión es uno de los más relevantes. También la lentitud en que se recuperan los beneficios empresariales. Por último, pero no menos importantes, la incertidumbre sobre la situación de muchas compañías y bancos en Japón y el riesgo de contagio de la crisis argentina sobre el resto de los emergentes.
En estas circunstancias, es mejor que los mercados se consoliden a pensar en su subida. Una subida a corto plazo que puede convertirse en un nuevo episodio de especulación. Y una especulación que podría incluso cuestionar el escenario de recuperación económica. ¿Por qué?, en primer lugar, por el protagonismo que sigue manteniendo el consumo en el crecimiento económico. Un nuevo episodio de inestabilidad en los mercados financieros puede retraer el consumo y, dado el escaso protagonismo que aún mantiene la inversión empresarial, aplazar la recuperación económica. Por otro lado, también hay que temer el impacto negativo de unas Bolsas inestables sobre las expectativas empresariales, al final sobre la propia inversión.
No es tan malo que las Bolsas se consoliden. Los analistas técnicos describen esta situación como un movimiento lateral, también en rangos. Además, siempre se pueden extraer factores positivos de este escenario, como la necesidad de ser selectivos en las posiciones. No todas las compañías del mismo sector son iguales ni tienen el mismo riesgo. De nuevo tendremos que volver a los fundamentales y, especialmente, a mirar su evolución a medio plazo. En mi caso, a retomar mis apuntes de la facultad. Bueno, la única pega es la necesidad de contar con una información fiable de las compañías. Aunque esto es otro tema. ¿Y la tendencia alcista del mercado? Sin duda llegará, pero para nosotros será prioritario que la recuperación económica sea un hecho. Mientras, mejor tener paciencia.