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Estrategia de las empresas

Los altos cargos van a clase contra el estrés

La tensión psicológica derivada del trabajo no es un problema exclusivo del sector privado. La Administración pública ha puesto en marcha un plan para enseñar a los funcionarios cómo atajarlo.

Las personas que administran bien el tiempo raramente tienen problemas de estrés¢. Así resume Jesús Poveda, psiquiatra y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, el espíritu que debe guiar la lucha contra el estrés laboral. Poveda es uno de los especialistas que ha contratado el INAP (Instituto Nacional de Administración Pública) para enseñar a los altos cargos de la Administración y, en general, a los funcionarios públicos a controlar estos desórdenes producto de la tensión y el exceso de trabajo.

Y es que los altos mandos públicos, junto a funcionarios de enseñanza, sanidad y policía, son los colectivos de la Administración pública que padecen más estrés laboral, un problema que, según el INAP, no afecta sólo a los trabajadores del sector privado. Por ello, este organismo ha puesto en marcha una iniciativa pionera en este campo que apuesta por la formación para atajar este problema. Según explican fuentes del Ministerio de Administraciones Públicas, médicos, psicólogos y especialistas coinciden al considerar que la formación y la reorganización del trabajo son los medios más adecuados para actuar contra esta forma de estrés.

Formación psicológica

La iniciativa del INAP, que se viene desarrollando desde 2000, ha puesto en marcha una serie de cursos dirigidos a impartir formación psicológica a los funcionarios. Los seminarios, adaptados a las características y perfil de los distintos niveles y categorías de personal, están concebidos para dotar a cada individuo de las armas suficientes para hacer frente a los desordenes derivados del estrés.

Así, el organismo ha organizado un curso denominado Dominar el estrés en el trabajo, dirigido a directivos y funcionarios del grupo A -subdirectores, consejeros técnicos, etcétera-, así como al personal laboral asimilado. En la parte práctica de los cursos, que supera el 70% del total, se enseña en primer lugar el denominado tratamiento de síntomas. "Los alumnos tienen oportunidad de aprender y practicar técnicas de respiración, relajación progresiva, detención del pensamiento y rechazo de ideas absurdas", explica Poveda. En otras ocasiones se apuesta por la formación en materias como la inteligencia emocional, la autoconciencia, el autocontrol, la empatía y las habilidades sociales. Según el psicólogo Ernesto Toro-Lira, que imparte también cursos en el INAP, el objetivo es enseñar al personal "lo que llamamos la escucha activa, la habilidad para descubrir el mejor modo de comunicarnos con nuestro interlocutor".

Las nuevas patologías laborales

 

El estrés laboral es sólo una más de las nuevas enfermedades que afectan a los trabajadores en su entorno laboral y que se han acentuado más con el uso de las nuevas tecnologías.

Así, junto a la tensión psicológica derivada del trabajo, afecciones como el burnout, o síndrome del desgaste profesional o del trabajador quemado; el mobbing, o síndrome del acoso psicológico; el tecnoestrés, que aqueja a los trabajadores obligados a reciclarse por el uso de las nuevas tecnologías, o el síndrome del túnel carpiano, provocado por el uso desmedido del ratón del ordenador, comienzan a afectar cada vez más a los trabajadores.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 10% de los trabajadores de países industrializados sufre cansancio crónico, ansiedad, estrés laboral o alguna forma de depresión.

Un porcentaje que el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo sitúa en el 4% de la población activa en el ámbito español, pero que otras fuentes cifran en porcentajes todavía más elevados.

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