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Victoriano Muñoz

'Si sigue el problema eléctrico, desviaremos producción a Suráfrica'

Catalán afincado en Madrid, Victoriano Muñoz, presidente de Acerinox, analiza la operación de compra de la surafricana Columbus, que le permite disponer de enclaves industriales en tres continentes. Muñoz denuncia la ineficacia del sistema eléctrico y advierte que puede llevarse producción de España a Suráfrica

Victoriano Muñoz, presidente y alma máter de la empresa de fabricación de acero inoxidable más competitiva del mundo, acaba de cerrar la toma de control de la surafricana Columbus. Acerinox se convierte en el tercer productor mundial por volumen y consigue capacidad industrial en tres continentes: Europa, América y África. Muñoz, ingeniero industrial, explica esta nueva aventura en el exterior del grupo, en el que trabaja desde hace 38 años, y denuncia los problemas de suministro eléctrico que padece la empresa, entre los 10 primeros consumidores del país. El presidente explica los problemas reiterados de suministro y desvela que el precio real del kilovatio industrial ha subido el 6% en 2000 y 2001. Acerinox, que apuesta por la energía nuclear para resolver el problema, baraja trasvasar producción de acero de Algeciras a Suráfrica si la coyuntura eléctrica sigue deteriorándose.

Pregunta. ¿Cómo se ha gestado la compra de Columbus?

Respuesta. Todo empezó en febrero del año pasado, con la visita del presidente de Highveld y vicepresidente de Angloamerican, y el vicepresidente ejecutivo del grupo Billiton BHP, que es el principal fabricante mundial de ferrocromo y uno de los principales de níquel. Con ambos teníamos relaciones desde hace muchos años. Nos propusieron la compra de Columbus y nuestra primera reacción fue bastante fría porque siempre hemos creado las fábricas desde cero, no habíamos comprado ninguna hasta ahora. Las fábricas viejas tienen problemas laborales y de organización. Pero estudiamos a fondo el proyecto Columbus y cada vez nos iba gustando más. Y eso que es una empresa que siempre ha perdido dinero, a pesar de tener unos socios poderosos. Les faltaba un socio tecnológico, ya que tienen una fábrica que está muy bien en su mayor parte. Fue inaugurada por Nelson Mandela en 1996. Lo que sí entraba dentro de la política de Acerinox era disponer de una fábrica integral, es decir, en la que se realiza todo el proceso en un solo sitio. Además cuenta con una gran ventaja, la materia prima esta al lado: hay una fábrica de ferrocromo que puede suministrarlo en forma líquida a la acería, y la energía eléctrica cuesta menos de la mitad que en España, donde el coste del kilovatio para uso industrial no está creciendo el 1% anual, sino el 5% o el 6%. El consumo de acero inoxidable en Suráfrica ha crecido en los últimos años el 18% anual y está todo por hacer. En definitiva, es un país atractivo. Nosotros también podemos aportar nuestra experiencia para desarrollar el mercado, nuevos productos y aplicaciones.

P. ¿No les preocupaba comprar una empresa en pérdidas?

R. La joint venture Columbus tenía un endeudamiento muy grande, pero hemos exigido a los socios antiguos que dejaran a la nueva sociedad con un ratio de endeudamiento sobre fondos propios del 28%. Para no meternos en los líos que conlleva una sociedad antigua, lo que hemos hecho es comprar los activos de la sociedad. Así que Columbus Stainless nace partiendo de cero con un endeudamiento financiero bajo. Al tiempo hemos suscrito con nuestro socio Samancor, que es el mayor fabricante mundial de ferrocromo, un contrato de suministro en muy buenas condiciones, a lo que hay que añadir el hecho de que el grupo Angloamerican tiene minas y una refinería de níquel en Suráfrica. Por otro lado, hemos suscrito un contrato de asistencia técnica de Acerinox a Columbus por cinco años por el que percibiremos 15 millones de dólares. Con todo esto y un plan de actuación inmediata de mejoras y cambios de proceso, esperamos ver los primeros resultados en el primer semestre. Inmediatamente acometeremos inversiones complementarias, que en un año o dos darán sus frutos, y más adelante haremos un plan de inversiones importantes, pero para esto habrá que esperar a que la sociedad genere los fondos suficientes para autofinanciarlo, como ha ocurrido con Acerinox y con Roldán en los últimos años.

P. ¿Qué impacto va a tener el ejercicio 2002 con la compra de Columbus en los resultados de Acerinox?

R. Esperamos, y ya sería un éxito, que Columbus tenga este año resultados ligeramente positivos. Por otro lado, el efecto dilución es mínimo, ya que lo que se ha hecho es una ampliación de capital de 5,8 millones de acciones a 40 euros por acción, con lo que los tres socios surafricanos tienen ya el 8,8% de Acerinox. Si se multiplica por 1,08 euros, que fue el dividendo por acción del último año, que esperamos mantener, resulta 6,26 millones de euros anuales. Muy mal tendríamos que ir para que los beneficios de la operación Columbus no absorbieran esta cantidad en los próximos años.

Además vamos a suponer una hipótesis que no deseo, que el problema de suministro eléctrico en España fuera a peor. Es demencial que en los últimos 10 años las eléctricas no hayan invertido en España, y lo han hecho en Suramérica y en comunicaciones. Sólo en el mes de diciembre hemos tenido seis interrupciones de 26 horas de duración por falta de energía eléctrica, y la semana pasada hemos tenido otra importante. Esto no había pasado nunca. Además, la introducción en las tarifas del mecanismo de punta móvil provoca que el kilovatio a veces cueste en estos días 25 pesetas. Como el año pasado aplicaron muchos días de punta móvil mientras en 1999 no se aplicó ninguno, la energía eléctrica para nosotros ha subido el año pasado un 5,18%, y en el año anterior un 6,2%.

Los aumentos de los costos energéticos tienen un efecto muy negativo para toda la industria española, que, si no se remedia, va a perder competitividad, entre ellos todos nuestros clientes, y proveedores, porque es un efecto en cascada. El origen del problema está en el parón nuclear, se pararon tres importantes centrales de cabecera, y a esto se suma la falta de inversiones en los últimos 10 años de otro tipo de centrales. España ha pasado de ser un país de energía eléctrica barata a un país de energía eléctrica cara. África del Sur tiene un coste eléctrico inferior en más del 50% al de España. A tres o cuatro años vista y a este ritmo, igual la energía será allí una cuarta parte que aquí. Así que, en el peor de los casos, si no se soluciona el problema eléctrico, tendremos que llevar parte de la producción a Suráfrica y traer el acero semitransformado, los desbastes, para ser laminado en Algeciras, donde siempre haríamos los acabados. No creo que tengamos que llegar a reducciones dramáticas de plantilla aquí, pero un gestor siempre tiene que tener soluciones en reserva.

P. ¿Se han quejado de esta situación ante la Administración? ¿Han pedido compensaciones a las eléctricas?

R. Hemos hablado con las organizaciones empresariales, con el Ministerio de Economía y con los sindicatos. No podemos pedir compensaciones porque nuestras tarifas eléctricas ofrecen un descuento a cambio de que la empresa suministradora pueda cortar la corriente en situaciones límite. Esto está previsto para casos de emergencia y ocurría uno o dos días al año. En Andalucía, solía ser con la ola de calor en julio. Pero el problema es que en este año han sido además seis días sólo en diciembre y ahora se repiten los problemas en enero. Es un problema de falta de generación, no de líneas de interconexión, aunque pueda haber algo de eso también. Si crece el consumo eléctrico un 6% cada año y no se han hecho inversiones en 10 años, llegamos a donde estamos. Es verdad que las eléctricas suministran energía a industrias de ferroaleaciones o del aluminio a un precio muy barato, a unas tres pesetas el kilovatio, pero nosotros no estamos en este grupo a pesar de nuestro consumo de más de 900 millones de kilovatios al año. Somos el primer consumidor de energía eléctrica de Andalucía y estamos entre los 10 primeros de España. No tenemos el kilovatio tan barato y encima nos interrumpen igual que a esas otras industrias. De alguna manera, nosotros, fabricantes de acero inoxidable, estamos subvencionando al aluminio, que es un producto competidor.

P. ¿Ese condicionante puede lastrar el beneficio futuro?

R. Yo el panorama que veo es que vamos de mal en peor. Todas las inversiones previstas son de centrales de gas, así que cada vez tendrán menor peso los kilovatios producidos con energía hidráulica y con energía nuclear. La energía nuclear me parece que es la única solución para España y Europa. Es la más barata y la menos contaminante, la más limpia. Sin ella no se puede cumplir el Protocolo de Kioto. Eso lo han hecho bien los franceses. La industria francesa, con el kilovatio barato, tiene una gran ventaja competitiva. Y nosotros tenemos el mismo riesgo nuclear que los franceses, porque algunas centrales nucleares están en el sur de Francia.

P. ¿Por qué han financiado la compra de Columbus con una ampliación de capital en lugar de endeudarse?

R. Muchas veces los analistas financieros, mirando en el corto plazo y en la especulación, nos critican porque tenemos un apalancamiento financiero muy bajo, es decir, muy poco endeudamiento financiero en relación a nuestros recursos propios. Este año se va situar por debajo del 20% pese a haber sido un año malo y pese a haber hecho inversiones muy importantes en Estados Unidos. Lo que queremos es continuar creciendo, seguir invirtiendo cuando veamos oportunidades, pero manteniendo el endeudamiento financiero bajo. Si no lo hubiéramos hecho, seguramente no habríamos llegado a esa excelencia empresarial que se nos reconoce y a ese primer puesto mundial en el sector de los aceros inoxidables en competitividad. Ese endeudamiento tan bajo es el que nos permite seguir haciendo inversiones con fondos autogenerados. Siempre hemos sido una empresa privada y rentable, mientras que otras han tenido que tener el respaldo público o institucional detrás para sobrevivir.

P. Parece que va estar a pleno rendimiento en un momento en que la coyuntura económica de Estados Unidos es mala.

R. Nosotros hemos crecido en participación el año pasado en EE UU y hemos tenido unos resultados aceptables, aunque no podemos estar contentos. Estamos afianzándonos y ahora daremos un paso de gigante con la puesta en marcha de la acería el 31 de enero. Hasta ahora NAS está comprando desbastes en una tercera parte desde España, otra tercera parte o más en EE UU y el resto de terceros países. Hay un beneficio, unos gastos de transporte y una aduana que pagar que ahora nos vamos a ahorrar. A partir de ahora el 100% estará producido allí con la acería más moderna del mundo con una capacidad de 800.000 toneladas y con un personal que ya está entrenado y tiene la experiencia de siete u ocho años en el resto de las secciones. Además estamos ya muy introducidos en el mercado norteamericano.

P. ¿Qué tipo de cambio le interesa a Acerinox?

R. Que la peseta o el euro estén lo más bajos posible. Exportamos el 75% de la producción, y considerando a partir de ahora la zona euro como mercado interior, exportaremos el 30%. No sólo es que se revalorice el valor de lo que exportamos con el dólar fuerte, es que además un euro débil dificulta la entrada en Europa de los coreanos o taiwaneses. Además permite que nuestros clientes que fabrican fregaderos, electrodomésticos o lo que sea sean competitivos y puedan exportar, que no se vean invadidos por importaciones y se vean ahogados como está ocurriendo con las ollas de China. En cuanto a nuestra fábrica de Estados Unidos, está prevista para atender las necesidades de aquel país, que es un mercado enormemente protegido. Canadá y México, y si el ALCA va adelante, también los mercados suramericanos que por ahora atendemos desde España. La tercera fábrica, Columbus, suministrará al mercado surafricano, cuyo consumo está aumentando y debemos fomentar. También venderá en el sudeste asiático, Oriente Próximo, Suramérica y algo en Europa. Por último piense que nuestra inversión en EE UU está efectuada a un cambio medio de 139 pesetas por dólar.

P. La Bolsa y los resultados no parecen ir sincronizados en el caso de Acerinox.

R. Es verdad, cuando tenemos beneficios récord, bajamos en Bolsa y cuando baja nuestro resultado, subimos. Dicen que lo que hace la Bolsa es anticipar seis meses el cambio de ciclo. Ahora la situación económica es muy mala, pero los stocks de acero inoxidable están muy bajos en todo el mundo, a diferencia de lo que ocurre con el acero común, cuyo precio ha caído un año más tarde y mantiene los inventarios altos. El acero inoxidable lleva un año de adelanto. Con los stocks tan bajos, cualquier cosa puede hacer subir los precios y estamos muy pendientes del níquel, que supone más del 50% de nuestros costes y que normalmente es el que hace subir o bajar los precios de los aceros inoxidables. Nos interesa una cierta estabilidad del níquel. Su cotización media en los últimos 20 o 40 años ha sido de 6.800 dólares/Tm. Cuando sube a 10.000, mejoran brutalmente los precios de los aceros inoxidables por tres o cuatro meses, pero luego bajan y generan sobrecapacidad en los años siguientes y caída de precios. Aparte de que un níquel a 6.000 dólares/Tm o inferior, exige menos capital circulante por menor costo de existencias y deudores y, lo que es más importante, crece más el consumo. A este nivel, en muchas aplicaciones los aceros inoxidables sustituirían el acero galvanizado o revestido y, desde luego, al aluminio.

Pregunta. ¿Cómo ve la tendencia a la concentración siderúrgica, que ha dado otro paso con Arcelor?

Respuesta. Hay que distinguir entre el acero inoxidable y acero común. Aunque Arcelor tiene una sección de acero inoxidable, se dedica sobre todo al acero común, que es completamente diferente. El mercado del acero inoxidable se parece más al del aluminio y ha crecido en los últimos 50 años a una media anual del 6%, mientras el acero común crecía a poco más del 1%. En el acero inoxidable la concentración de empresas ha sido mucho mayor. Es un producto muy especializado. Cuando se creó Acerinox en los años setenta éramos 23 fabricantes de producto plano de acero inoxidable en Europa. Sólo quedamos cuatro. Entre los cinco primeros fabricantes del mundo tenemos más del 50% o 60% de la producción de aceros inoxidables. En acero común la consolidación ha sido mucho menor y van a tener sólo cerca del 20% o 25%.

P. ¿Cómo queda situado Acerinox en la clasificación?

R. Con la fábrica de Campo de Gibraltar, la de Kentucky y la de Suráfrica, el grupo tendrá una capacidad anual de 2,5 millones de toneladas, lo que nos sitúa, con sólo tres factorías, como el tercer productor mundial de acero inoxidable, muy cerca del segundo.

P. ¿Sigue el interés por estar en el sureste asiático?

R. Es la asignatura pendiente, pero no somos supermán. Tenemos un equipo humano limitado y somos muy respetuosos con nuestros accionistas para poder mantener o incrementar el dividendo cada año. Al menos, mantenerlo en los años malos como el pasado e incrementarlo en los buenos. æpermil;sa ha sido la política desde el principio y queremos mantenerla. Desde luego, las oportunidades no faltan. El sureste asiático tiene un crecimiento tremendo, pero los precios de venta son más bajos. Algo haremos en el futuro, pero cuando hayamos digerido Columbus y NAS esté a pleno rendimiento económico.

P. ¿Qué va a pasar con la presencia en México?

R. Tenemos el 4,5% de Mexinox y con esa participación teniendo el otro socio un 95,5%, pintamos muy poco. Es una participación casi simbólica y éramos conscientes de ello cuando vendimos. Teníamos un tercio, otro tercio, los alemanes, y otro, los socios locales. Cuando éstos vendieron, no tenía sentido quedarnos al 50% con los alemanes porque una sociedad al 50% no funciona. Vendimos y recuperamos holgadamente la inversión.

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