La Bolsa española es el mayor fondo de alto riesgo latinoamericano
Cualquier gestor de fondos, nacional o extranjero, que quiera asumir riesgos, tomar posiciones, en los mercados latinoamericanos de referencia lo hace a través de la Bolsa española.
A nadie se le escapa a estas alturas de curso la condición de fondo de alto riesgo latinoamericano, hedge fund que dicen los anglosajones. Por ello, el mercado nacional está más presionado que el resto. Padece una especie de estrabismo de curación imposible.
Debe analizar y enjuiciar, por un lado, lo que sucede en su entorno más próximo, dentro del proceso impuesto de globalización. Al mismo tiempo debe actuar con decisión en Latinoamérica. Alguien dijo alguna vez que casa con dos puertas mala es de guardar.
La Bolsa ha estrenado año nuevo con los mismos problemas de antaño, referencias decisivas que aumentan la incertidumbre, porque al caos en Argentina se une la indefinición de la situación económica en Estados Unidos ¿Ha tocado fondo, ha terminado la recesión? Los mejores analistas consideran que no existen datos suficientes que hagan creíble la tesis que manejan los más optimistas respecto a que ya ha pasado lo peor en Estados Unidos y, además, que el crecimiento superará el 5% en el segundo semestre del año.
La propaganda, muy arraigada en las grandes firmas de análisis de Estados Unidos, como ya se ha percibido hasta la saciedad en los últimos 10 años, choca, no obstante, con la realidad. En el estreno de 2002 las empresas estadounidenses siguen con los despidos y cierres de factorías; los consumidores vuelven a exprimir al máximo las hipotecas dado su histórico nivel de endeudamiento y su desprecio al ahorro y a los multiplicadores del S&P 500, cercanos a niveles históricos. Como en Jauja.
Tokio, Nueva York y los felices ochenta
La Bolsa de Tokio fue la gran referencia de la Bolsa española y de las del resto del mundo en los primeros ochenta. El Nikkei mantuvo durante años multiplicadores (PER) estratosféricos. Quienes osaron a denunciar la situación fueron acusados entonces de ignorantes. Se decía que la contabilidad y la analítica japonesa eran distintas a las de Occidente y que las acciones seguían baratas.
En los ochenta el Nikkei llegó a rozar los 40.000 puntos, frente a los poco más de 10.000 de ahora. Aún está vivo el recuerdo de las manifestaciones que hizo el presidente de la Bolsa de Tokio en 1986 en su visita a España. "El Nikkei alcanzará pronto los 80.000 puntos", dijo pletórico. Un año más tarde, ¿o menos?, comenzó la cuesta abajo, que aún dura.
Los expertos aconsejan no homologar los parámetros y mucho menos las economías, los países y las culturas. Consideran, en fin, que nunca las cosas son iguales. Hay, empero, algunas advertencias que conviene no olvidar.
El PER medio del S&P 500 está entre las 30 y las 35 veces, según se incluyan o no extraordinarios, frente a promedios inferiores a las 20 veces en Europa. La propaganda anglosajona insiste en que la eurozona está cara y que las Bolsas estadounidenses son las favoritas ¿A qué ritmo debe crecer EE UU para mantener inflado el globo?