La inflación subyacente no cede y cierra 2001 en el 3,8%
La tasa anual de inflación (el aumento de precios generado en los últimos 12 meses) ha cerrado el año 2001 con un aumento del 2,7%. Este avance supone 1,3 puntos menos que en 2000, pero siete décimas más de lo previsto por el Gobierno. Pese al descenso, provocado en toda Europa por la desaceleración económica, la tasa subyacente -el núcleo duro de los precios- ha avanzado hasta el 3,8%.
El balance de la evolución de la inflación en España el año pasado no es bueno. La tasa anual general ha descendido notablemente (desde el 4% hasta el 2,7%), como lo ha hecho en toda Europa por la desaceleración económica y la caída de los precios de la energía que ha conllevado, pero España sigue prácticamente a la misma distancia en materia de inflación de sus principales competidores que hace un año.
Y lo que es peor, la tasa de inflación subyacente, aquella que excluye los elementos más volátiles del índice -co-mo es el caso de la energía y la alimentacióin fresca-, no ha dejado de crecer en todo el año y cierra el ejercicio en el 3,8%, frente al 3% de 2000.
En el mes de diciembre el aumento de los precios registrado ha sido de un 0,4%, según los datos provisionales adelantados ayer por el Instituto Nacional de Estadística, y la tasa anual se mantiene en el 2,7%, tal como estaba ya en noviembre. Los principales incrementos de este mes se produjeron en la alimentación no elaborada -pescado fresco y congelado, crustáceos, moluscos, pan y carne de vacuno- y en los servicios turísticos, la hostelería y el esparcimiento. En concreto, las subidas de la alimentación citada aportó 0,13 puntos de subida, y el turismo y esparcimiento, 0,2 puntos.
Energía en tasa negativa
Por lo que se refiere a los descensos registrados en diciembre, se concentraron en las gasolinas y gasóleos (que registran ahora una tasa anual negativa del 11,6%) y los gasóleos de calefacción. Registró un incremento importante (1,6%) en diciembre el precio del transporte público interurbano, que tiene una tasa en 12 meses del 6,4%.
Entre las grandes grupos del índice, sigue siendo la alimentación la que registra un aumento superior, con un 5,9%, seguido de los hoteles, restaurantes y cafeterías, con un 4,7%; del alcohol y tabaco, con un 4,2%; ocio y cultura, con 4,3%, y enseñanza, con 4,1%. (La alimentación no elaborada llega al 6,1%).
Por grupos especiales destaca sobremanera el avance de los servicios sin alquileres, con una tasa en 12 meses del 4,2%, que es el principal impulsor de la inflación subyacente. æpermil;sta ha cerrado el año en el 3,8%, una décima más que en noviembre y ocho más que hace un año, mientras que en el mismo periodo la tasa general de inflación se ha reducido en 1,3 puntos. La inflación sin productos energéticos está en el 4% (el doble que en Europa).
El diferencial de precios con la UE duplica la previsión de Rato
El diferencial de inflación con la Unión Monetaria Europea ha cerrado el año en 0,9 puntos, si definitivamente se confirma el 2% de inflación anual en la zona euro anticipado por el Banco Central Europeo, ya que la inflación armonizada de España ha cerrado en el 2,9%, con un ligero aumento.
Por tanto, en
El mes de diciembre el diferencial de precios ha crecido desde el 0,7% hasta el 0,9%, como consecuencia de que mientras en España la inflación ha aumentado, ha descendido en la Unión Monetaria.
Con el 0,9%, el diferencial cierra el año en el doble de la estimación que hizo el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, que se marcó un objetivo para cerrar el año de 0,5 puntos.
Durante el año 2001 el diferencial se ha reducido en cinco décimas, pues en diciembre de 2000 estaba en el 1,4%. Pero únicamente en el mes de noviembre se ha acercado al objetivo, marcando un 0,7%. Mientras en 2000 el diferencial medio fue de 1,2 puntos, en 2001 ha sido del 1,1, lo que supone que la política antiinflacionista del Gobierno no logra romper esta barrera, que acumula pérdidas continuas de competitividad vía precios con los principales competidores comerciales.
æscaron;nicamente en el año 1997 el diferencial de precios de España con la Unión Monetaria fue inferior al 0,5%, ya que descendió hasta el 0,3%, aunque con algunos países España ha tenido diferencial negativo en algunos momentos.
El año 2001 cierre con un diferencial con Francia del 1,3% (llegó a alcanzar el 2,5% en el primer trimestre del año), y con Alemania el 1,2%, con un máximo del 1,6% en enero.
Los salarios pierden una décima de poder adquisitivo
Los asalariados españoles perdieron poder adquisitivo en 2001. Mientras sus sueldos crecieron un 3,5% en términos nominales, el índice de precios de consumo (IPC) medio creció un 3,6%, lo que supone que la capacidad de compra de los salarios descendió una décima. Aparentemente los salarios con una subida del 3,5% habrían ganado ocho décimas de poder de compra, pero la inflación ha descendido vertiginosamente en el último cuatrimestre del año, y estuvo hasta el verano en el 4%, lo que deja la media en el citado 3,6%, auténtica referencia para deflactar los salarios nominales.
El fuerte descenso de la inflación en la última parte del año deja prácticamente sin efecto las cláusulas de revisión salarial fijadas en los convenios; por tanto, los desembolsos que tradicionalmente afrontan las empresas en el primer trimestre del año para abonar las desviaciones este año no tendrá prácticamente efecto. æscaron;nicamente actúa en los convenios que estableciesen que a la subida pactada se deba sumar la desviación de la inflación sobre el objetivo establecido por el Gobierno.
Hasta el último día de noviembre se habían firmado en España 4.021 convenios, con un incremento salarial medio del 3,5% para 7,605 millones de trabajadores de 895.064 empresas. La jornada media pactada fue de 1.759,01 horas anuales.
2001 es el primer ejercicio con pérdida de poder de compra de los seis últimos años, como consecuencia de que la inflación media ha sido también la más alta desde 1996. En el año 2000 la subida de los salarios con la cláusula de revisión llegó al 3,7%, mientras que la inflación media sólo llegó al 3,4%, pese a cerrar el año en el 4%.
El Gobierno asegura que el redondeo aún no ha ayorado en el IPC
El efecto euro aún no ha llegado a los precios. Al menos, es lo que aseguró ayer el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, quien resaltó que en diciembre no se produjo un redondeo al alza de los precios apreciable como consecuencia de la sustitución de la peseta por el euro. Rato achacó la subida mensual del IPC, del 0,4%, más bien, al alza de algunos bienes y servicios como los de los bares, cafeterías y restaurantes, "aumento que ya se ha venido produciendo en meses anteriores". Rato se refirió también al aumento significativo en los viajes organizados (8,9%), "que tampoco puede relacionarse con la entrada de la moneda única, sino a distorsiones en la demanda".
El secretario de Estado de Economía, José Folgado, indicó ayer que el Ejecutivo ejercerá una "minuciosa vigilancia" de estos sectores en los próximos meses. Folgado no quiso pronunciarse sobre lo que ocurrirá con la inflación de enero, primer mes en el que se verán realmente los efectos del cambio de moneda sobre el IPC.
"Muchas de las alzas de precios se deberán a subidas de tarifas e impuestos que se producen casi todos los años", advirtió, intentando restar importancia a las denuncias de los consumidores.