La oposición de EE UU considera que hubo exceso de concesiones en Doha
De vuelta en casa tras la conferencia de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Qatar, el representante de Comercio de EE UU, Robert Zoellick, se expone a que el Congreso no entienda ciertas concesiones hechas en favor del lanzamiento de una ronda. Ello pone en riesgo la autoridad del Gobierno para negociar acuerdos comerciales, que debe ser votada por el Congreso el 6 de diciembre.
Zoellick tuvo muy presente en Doha que el Gobierno estadounidense se jugaba su competencia en asuntos comerciales. Su posición inamovible de no conceder a India y otros países en desarrollo, como Pakistán y Bangladesh, una aceleración en la apertura de su mercado a los textiles estuvo determinada por el temor a volver a casa y presentar una concesión semejante al Congreso. La Ley sobre la Autoridad para la Promoción Comercial (antiguo fast track, vía rápida) estaba en juego. Con ella el Gobierno tiene capacidad de maniobra en las negociaciones, por que el Congreso sólo puede aprobar o rechazar un acuerdo en su totalidad, pero no tiene potestad para modificarlo.
Sin embargo, lo que se temía Zoellick está empezando a suceder. Muchos representantes demócratas han mostrado ya su decepción con la declaración de Doha, que incluye la revisión de las leyes antidumping (protección ante la entrada de productos baratos), que ha mantenido protegida a la industria estadounidense.
Los republicanos ya han manifestado su intención de votar a favor de la ley, pero necesitan el voto de los demócratas más moderados para que salga adelante. "Las concesiones de Zoellick son negativas en términos de conseguir un acuerdo de fast track", afirmó el líder demócrata Richard Gephardt.
"Estamos en medio de una crisis del acero por la pérdida de ventas y la pérdida de capacidad", añadió refiriéndose a una de las industrias que más se beneficia de la legislación actual.
El representante de los Trabajadores de Acero Unidos de América, Bill Klinefelter, que acudió a Doha para presionar a Zoellick, fue más duro en sus amenazas. "Puede decir adiós al fast track. Ahora nunca lo va a conseguir", sentenció.
Los republicanos, no obstante, confiaron en que la ley salga adelante. El portavoz en el Congreso, Dennis Hastert, se mostró optimista en que se apruebe la semana siguiente al día de Acción de Gracias (22 de noviembre).
Las negociaciones que comienzan en enero en el marco de la nueva ronda comercial de la OMC dependerán en gran parte de ello. La semana pasada el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, ya advirtió que si EE UU no consigue total autoridad, nadie querrá negociar con este país acuerdos que no sean firmes.
Cara y cruz de la nueva ronda de liberalización
En los seis días de negociaciones que duró la conferencia de la OMC en Doha, los 142 miembros tuvieron que hacer concesiones para acordar el lanzamiento de una nueva ronda. Algunos países salieron más beneficiados que otros.
w UE. Consiguió suavizar los términos que obligaban a la eliminación de los subsidios agrícolas a la exportación y prorroga al menos un año su desaparición. Introduce el concepto de multifuncionalidad en la agricultura, por el que las ayudas serán aceptadas para otros aspectos, como el desarrollo rural. Más matizados son los éxitos en introducir las inversiones y la competencia en la agenda, que se posponen hasta 2003. El medio ambiente queda incluido, pero no de forma tan ambiciosa como la planteada.
w EE UU. Evita acelerar la apertura de los mercados a los textiles de los países en desarrollo, pero cede a la revisión de sus normas antidumping para controlar la competencia extranjera. Se beneficiará de la mayor apertura de los mercados de los países pobres.
w Grupo Cairns. Los mayores exportadores agrícolas logran mantener el término eliminación para los subsidios agrícolas.
w Países en desarrollo. Pierden por la amplitud de la ronda, que será difícil de abarcar, pero obtienen facilidades para el acceso a los medicamentos.