Rusia se convierte en la clave de una posible guerra de precios del crudo
La brusca caída del precio del crudo, que ha perdido un tercio de su valor en dos meses, amenaza con colapsar las economías de los países de la OPEP. El cartel ha empujado todo el año al sector a costa de perder cuota de mercado. El grupo exige ahora que salgan a escena el resto de los actores.
La hora de la verdad ha llegado en el mercado internacional del petróleo. Todos los ojos están puestos en Rusia, país al que la OPEP ha colocado de golpe en el centro de una partida de la que depende el futuro de numerosos regímenes que se sustentan en los ingresos petroleros.
En sólo una década, Rusia se ha hecho clave para el sector, es la tercera productora del mundo, sólo por detrás de Arabia Saudí y EE UU, y la segunda exportadora, por detrás de los saudíes.
La crisis económica mundial acelerada a partir de los atentados del 11 de septiembre ha provocado una caída vertiginosa del valor del petróleo. El barril de crudo brent ha perdido 11 dólares en apenas dos meses, hasta cotizar por debajo de 18 dólares. La previsión es que siga cayendo en 2002, ya que la demanda no empezará a recuperarse hasta el segundo semestre del año que viene.
La brusca caída de lo ingresos amenaza a los Gobiernos de los países de la OPEP, concentrados en el golfo Pérsico. El cartel petrolero, que controla el 40% de la producción mundial, ha tomado cartas en el asunto pero no quiere seguir tirando del mercado mientras otros productores aprovechan la situación.
"La OPEP ha hecho todo lo que estaba en su mano para sostener los precios", señala a este diario el secretario general de la organización, el venezolano Alí Rodríguez. "No hay opción. La colaboración de los productores no OPEP es indispensable", afirma Rodríguez con rotundidad.
Esta colaboración pasa por una reducción de 500.000 barriles diarios, un 10% de lo que la OPEP habría recortado al cabo de un año, si finalmente se llega a acuerdo. "Estoy convencido de que se logrará el acuerdo antes del 1 de enero", declara Rodríguez.
La primera respuesta de los tres grandes, Noruega, Rusia y México, fue un no a la OPEP. Las consiguientes amenazas del cartel empiezan a tener su efecto. Por de pronto, Rusia ya está dividida.
"Acabarán colaborando", afirma Estanislao Cabanillas, gestor de Barclays Bank. "Rusia no permitirá un desplome de los precios". Cada dólar que cae el precio de barril supone para Moscú un recorte de 1.000 millones de dólares (190.000 millones de pesetas) en su ingresos fiscales. El presupuesto para 2002 prevé un precio de 18,5 dólares por barril de la mezcla rusa, que suele cotizar a 1,5 dólares por debajo del brent. Los expertos creen que si su barril cae por debajo de los 15 dólares, el Gobierno tendrá que recurrir a la financiación externa. La deuda externa es de 140.000 millones de dólares (158.640 millones de euros, unos 26, 4 billones de pesetas).
Alta dependencia rusa
El sector petrolero significa un 33% del total de los ingresos por exportaciones de Rusia. La falta de maniobra del Gobierno está en el hecho de que el 68% de la producción rusa está en manos de cinco grandes compañías privadas, que ya han recibido garantías de independencia por parte del Gobierno. Las reservas siguen siendo propiedad estatal, pero vetar la exportación sería una maniobra con un coste político y laboral incalculable. La única solución es un pacto.
Es un problema de estrategias. El primer ministro ruso, Mijail Kasianov, se ha alineado con la tesis de Yukos, la compañía que produce el 15% del petróleo ruso, que considera "inaceptable e imposible" una reducción de entre 100.000 y 200.000 barriles diarios. La apuesta del sector duro se basa en la depreciación del rublo, que permite rebajar costes de extracción y aumentar los beneficios de exportación, ya que el petróleo se negocia en dólares. Los expertos creen que una fuerte devaluación del rublo podría permitir beneficios con el petróleo incluso a 13 dólares.
La otra tesis, defendida por el vicepresidente, Viktor Jristenko, y por Lukoil, que produce el 23% del petróleo ruso, es que una recuperación de los precios será más beneficiosa que un aumento de las exportaciones. El ritmo de extracción actual provocará este año un aumento de las exportaciones rusas del 8,5%.
La advertencia del ministro kuwaití de petróleo de que, sin colaboración, el precio puede bajar a 10 dólares es una amenaza en toda regla. Una guerra con el cartel puede ser terrible, la principal característica del petróleo del grupo es su bajo coste de extracción y su alta calidad, lo que permite obtener beneficios a precios muy bajos.