_
_
_
_
INTERNACIONAL

Cavallo espera el apoyo de EE UU para revelar su plan sobre la deuda

El riesgo-país de Argentina trepó ayer a 2.130 puntos básicos, aunque al cierre de las operaciones en Buenos Aires quedó situado en 2.048 puntos. Algunos bonos de la deuda argentina mejoraban un 2,38%, mientras otros seguían cayendo más del 4%. El presidente Fernando de la Rúa volvió a apoyar a su ministro de Economía, Domingo Cavallo, y aseguró que la reestructuración de la deuda pública de 145.000 millones de euros "será consensuada y voluntaria".

Cavallo espera. Y con él, los mercados. El ministro ha jugado su última carta al anunciar que el país plantea reestructurar su deuda pública, pero de común acuerdo con sus acreedores. Al hacerlo, ha puesto a éstos entre la espada y la pared: o aceptan una reducción de los tipos de interés de los títulos en su poder y una reprogramación de los vencimientos o deberán afrontar la suspensión de pagos de un país con una economía paralizada tras tres años de recesión continuada. Pero, en el mismo acto, su palabra lo ha dejado al borde del precipicio.

Hoy, el gran debate dentro y fuera de Argentina no es ya si hay reestructuración de la deuda. æpermil;ste es un punto sin discusión. El eje de la polémica es si la reprogramación se lleva a cabo de manera voluntaria u obligatoria. Los bancos locales y aquellos, como los españoles, que tienen gran cantidad de títulos en sus carteras, se inclinan hoy por una renegociación consensuada con el Gobierno.

Fuentes financieras y políticas de Argentina dijeron ayer a este periódico que los principales empresarios del país le han hecho saber al presidente De la Rúa que apoyan la opción de Cavallo. De ahí que el mandatario manifestara públicamente su enésimo apoyo al ministro y, ahora, a su plan sobre la deuda. El reconocido economista y ex ministro de Economía en dos ocasiones, Roberto Alemann, aseguraba ayer que "no habrá default (suspensión de pagos)", en sintonía con De la Rúa y Cavallo.

Pero este plan del ex superministro depende de un imponderable: Estados Unidos. Los contactos mantenidos entre Cavallo y el Tesoro estadounidense y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la última semana han sido permanentes y constantes. El ministro está presionando para que el Fondo avale su programa de reestructuración de la deuda, anticipando fondos para afrontar vencimientos en los primeros días de noviembre y evitar la suspensión de pagos.

Pero el principal aval que reclama pasa por el apoyo de Washington y el FMI a su plan de canje internacional de la deuda argentina a través de mayores préstamos y una garantía combinada con el Banco Mundial de los nuevos bonos que emitiría en reemplazo de los actuales. Esto es lo único que le permitiría obtener la aquiescencia de los tenedores de títulos fuera de Argentina.

Pero ayer el portavoz del Fondo, Francisco Baker, dijo en Washington que el organismo no tiene previsto "realizar una reunión de acreedores de Argentina con el departamento del Tesoro". Una señal de que las negociaciones están, por lo menos, estancadas. Hasta aquí no parece que Estados Unidos esté dispuesto a acompañar el plan de Cavallo, cuyo éxito supondría evitar, al menos de inmediato, una devaluación del peso como resultado de la suspensión de pagos. En este sentido, fuentes bancarias de Buenos Aires dijeron que "todo indica que una parte de la banca y del Gobierno estadounidense quieren una rees-tructuración, pero sin consenso. Es decir, que se llegue a la suspensión de pagos y a la devaluación". En opinión de la fuente, esto llevaría a una pérdida sin límites claros para los bancos y particulares con mayor tenencia de bonos argentinos, que, por cierto, no son estadounidenses. Como puede verse, la lenta agonía argentina no es una cuestión abstracta, sino una lucha clara de intereses por evitar pérdidas o cosechar ganancias.

Pero el entramado es aún más complejo, ya que al paroxismo de la crisis se ha llegado por la negativa de los gobernadores provinciales peronistas a aceptar el plan de Cavallo de reparto de impuestos.

Los bancos acreedores de las provincias tampoco quisieron avenirse a una reducción de los intereses de las deudas que las provincias tienen con ellos. Ante esa situación, Cavallo anunció la ruptura de negociaciones con ambos y planteó la reprogramación de la deuda ante la falta de alternativas.

Muchos han visto en la actitud de los gobernadores una maniobra para derribar al ministro y, en última instancia, al presidente De la Rúa, forzar una devaluación y la convocatoria de elecciones anticipadas. Lo único concreto es que no han dado una solución a la crisis y, hasta el momento, no se han pronunciado sobre el plan de Cavallo. En realidad, éste no es más que la concreción de los reclamos que han venido haciendo tanto el peronismo como la mayoría del oficialismo.

La gran incógnita, sin embargo, es quién paga los costos de la reestructuración de la deuda, y de una devaluación o de una dolarización alternativas. Esta dura pugna de intereses es lo que retrasa los anuncios de Cavallo.

 

Efecto negativo en los mercados latinoamericanos

El temor a que Argentina no pueda hacer frente al pago de su deuda, aumentado tras la renuncia del subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen, ha contagiado a los mercados del resto de los países latinoamericanos, informa Reuters. Aunque el portavoz del Gobierno argentino, Juan Pablo Baylac, dijo en Buenos Aires que "el Gobierno garantiza que el famoso default [moratoria de su deuda] no se va a dar", los operadores de América Latina no confiaban demasiado.

El índice Bovespa de la Bolsa brasileña acumuló la mayor caída, con un descenso del 3,10%. Este índice ha perdido en todo el año un cuarto de su valor. Los temores sobre Argentina también mermaron la confianza en el dólar. La moneda brasileña, el real, que se ha depreciado un 28% en lo que va de año, se llegó a negociar ayer a 2,713 unidades por dólar, aunque cerró sin cambios respecto al lunes, a 2,722.

Aunque con un efecto más amortiguado, la preocupación por Argentina se reflejaba en la Bolsa de Chile, que cayó un 0,12%. El peso, sin embargo, se mantenía estable, en 716,35 unidades por dólar.

"El mercado está esperando lo que ocurrirá en Argentina. Dicen que si no sale un acuerdo de canje de deuda habrá grandes problemas", afirmó Helio Ozaki, jefe de operadores de Finanbras.

En México, sin embargo, la caída del 1,25% reflejó la situación en Wall Street, porque el desorden argentino "ya fue descontado por los inversores", dijo Rogelio Gallegos, gerente de cartera de Actinver en México.

Archivado En

_
_