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Bancos y cajas descartan un repunte preocupante de la morosidad

La morosidad sigue sin hacer acto de presencia. Al menos así se deduce de la información del Banco de España correspondiente a julio, cuando la tasa registró un ligerísimo repunte de dos centésimas para situarse en el 0,89%. Bancos y cajas creen que la situación cambiará a medio plazo, cuando se haga más patente la desaceleración económica, pero, en general, consideran que la previsible subida "no será preocupante". La rebaja de los tipos de interés facilita las cosas.

La tasa de morosidad ha seguido bordeando los mínimos históricos registrados el año pasado. Pese al deterioro de la situación económica, el volumen de créditos morosos creció en julio poco más de 100 millones de euros (16.638 millones de pesetas), hasta 5.280 millones de euros (878.900 millones de pesetas), según el Banco de España. Esa cifra representa un 0,89% sobre una inversión crediticia total de 592.413 millones de euros (98,5 billones de pesetas), sólo dos centésimas más que hace un mes y siete centésimas menos que en el mismo mes del año anterior. El índice en las cajas fue del 0,95% y en los bancos, del 0,87%.

Las entidades reconocen que estas tasas son anormalmente bajas y la situación no durará mucho. Esperan un repunte para el año que viene, cuando la desaceleración económica se haga más patente por el impacto de los atentados en Estados Unidos. No obstante, lo afrontan con un ánimo radicalmente diferente al de la crisis económica de 1993 -la morosidad del sector alcanzó entonces tasas del 7%- y confían en que el previsible cambio de tendencia "no será preocupante" en España.

Demanda de crédito

La reciente rebaja de los tipos de interés y las expectativas de próximos recortes facilita las cosas. Por un lado disminuye considerablemente el peso de la deuda, con lo que será más fácil para los posibles morosos afrontar sus pagos. Por otro, la inyección de liquidez que implica un recorte de tipos ayudará a sostener y hasta puede animar la demanda de crédito.

Si el crédito global (el denominador) se acelera, mucho tendría que crecer el saldo de morosos (numerador) para que aumente la tasa de morosidad. Lógicamente, en el momento en que el crédito se frene la tasa subirá, incluso aunque se mantengan los morosos.

Por ahora, los activos dudosos (créditos que no se han pagado dos meses después de su vencimiento) no anticipan un comportamiento muy diferente de la morosidad a corto y medio plazo.

Además de un contexto de tipos muy diferente al de 1993 -el tipo oficial estaba por encima del 10%-, portavoces de distintos bancos y cajas consideran que las condiciones económicas no son, en absoluto, comparables a las que se vivieron en esas fechas.

Entonces, la crisis económica pasó factura en el mercado laboral y se dejó en el camino más de un millón de empleos. Ahora, el ritmo de creación de empleo hace meses que muestra signos de agotamiento, pero nada hace prever una reducción drástica depuestos de trabajo, factor íntimamente ligado al comportamiento de la morosidad.

Hay también elementos demográficos y sociológicos favorables para las entidades. Las cohortes del baby boom se siguen incorporando al mercado y son las principales demandantes del crédito hipotecario, que aún mantiene fuertes tasas de aumento. De hecho, las entidades con carteras crediticias en las que predominan los préstamos con garantía hipotecaria cuentan con un blindaje mayor frente a los insolventes. Lo último que se deja de pagar es la hipoteca, lo que hace este segmento del mercado especialmente apetitoso para la banca.

Pues bien, el porcentaje de activos dudosos sobre el crédito hipotecario total no sólo no está aumentando, sino que disminuyó en el primer semestre. Era del 0,67% en diciembre de 2000 y fue del 0,61% en junio de este año, según la Asociación Hipotecaria Española. Y es que un periodo de caída de tipos de interés tan intenso y prolongado como el que se ha vivido ha permitido efectuar un profundo saneamiento de la morosidad acumulada, que llevó en junio del año pasado a la cota más baja en dos décadas, 0,45%. Según los expertos, la incertidumbre se centra en el segmento procedente de los años 1998 a 2000 y, sobre todo, en las operaciones contratadas con los índices de referencia que más acusaron las tensiones monetarias del año pasado. La cartera contratada antes de 1996 ya ha sido profundamente saneada en cinco años.

Tasa de cobertura

Además, el sector financiero cuenta con más provisiones que nunca y nunca como ahora se había preocupado tanto por el control del riesgo. En el sector de cajas, la cobertura de morosos supera el 163%; en algunos bancos, llega al 200%. Es decir, aun cuando el número de morosos se duplicara, las entidades tendrían provisiones suficientes para cubrir los fallidos. No en vano, desde julio de 2000 hasta junio de este año, la banca ha destinado al fondo de cobertura estadística para insolvencias en torno a 350.000 millones de pesetas, un colchón que servirá ahora para amortiguar el impacto de la crisis.

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