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Bush pide paciencia y promete utilizar "todas las armas" contra el terrorismo

El presidente George Bush tenía previsto intervenir ayer ante el Congreso con un discurso en el que iba a pedir paciencia a los ciudadanos y prometer que utilizará "todas las armas" disponibles para ganar la batalla frente al terrorismo.

Los estadounidenses esperaban ayer con gran interés el discurso del presidente George Bush ante el pleno del Congreso. Una intervención prevista para la madrugada de hoy (hora española) y que fue filtrado parcialmente por funcionarios de la Casa Blanca.

El discurso pedía a los ciudadanos que mantengan la calma y prometía "utilizar todas las armas disponibles" para librar la batalla contra el terrorismo. Una munición que incluye desde la diplomacia hasta los servicios de inteligencia, pasando por "cualquier influencia financiera y cualquier arma de guerra" disponible.

Además, el propio presidente adelantó que quería "explicar al pueblo americano quién puede haber hecho esto a nuestra gran nación y por qué".

Amigos musulmanes

El presidente estadounidense pensaba reiterar la idea de que "el enemigo de EE UU no son nuestros muchos amigos musulmanes", sino "una red radical de terroristas y todos los Gobiernos que la apoyan".

Al cierre de esta edición no estaba claro si Bush anunciaría o no detalles concretos sobre una ofensiva militar. Pero el presidente ya ha empezado a movilizar tropas y ha pedido al Ejército de tierra que "esté listo".

Antes de dar el discurso, Bush reconoció que el nivel de cooperación de distintos países será diferente. Algunas estarán dispuestas a participar en acciones directas, otras aportando información y otras ayudarán sólo en asuntos de carácter financiero. Y Bush dijo que EE UU "lo entiende completamente". "Algunas naciones tendrán un papel más activo que otras".

Mientras continúan los preparativos para la ofensiva a varias bandas contra el terrorismo, Bush entregó al Congreso los primeros detalles del plan de rescate de las aerolíneas.

La propuesta de la Casa Blanca incluye 5.000 millones de dólares de ayuda directa (casi un billón de pesetas). Además, el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, dijo ayer en el Senado que el Gobierno cree necesario "socializar los gastos necesarios para mejorar la seguridad" del transporte aéreo. Y para ello piensa dedicar a este capítulo 3.000 millones de dólares.

El Gobierno de Bush también piensa "socializar" los gastos de litigio que afrontarán las aerolíneas si las víctimas de los atentados deciden llevar a tribunales a estas compañías. Algo que todavía no ha ocurrido, pero que todo el mundo considera altamente probable.

Las compañías del sector, que han anunciado decenas de miles de despidos en los últimos días, habían pedido al Congreso créditos garantizados por valor de 11.200 millones de dólares. Pero esta medida seguramente no será revisada hasta más adelante.

O'Neill dijo que una ayuda de emergencia al sector es ineludible. Y los legisladores estuvieron de acuerdo, pero con algunas objeciones. El demócrata Chris Dodd pidió encarecidamente al secretario del Tesoro que "se diferencie muy bien entre los daños sufridos a partir del 11 de septiembre y todo lo anterior". Dodd y otros congresistas temen que esta y otras industrias aprovechen la crisis para solventar problemas financieros pasados a costa del erario público.

Además, se preguntan dónde estará el límite en las ayudas del Gobierno: "¿Qué pasa con los pequeños negocios que han visto su actividad caer un 75% o 90%? ¿Qué pasa con los decenas de miles de empleados de aerolíneas que acaban de perder su empleo? ¿Cómo vamos a compensarles a ellos?".

O'Neill reconoció que la tarea es ardua, pero prometió que estudiarán con cuidado la situación antes de empezar a repartir los 40.000 millones de dólares (unos siete billones de pesetas) entregados por el Congreso para hacer frente a la crisis.

Tiempo para evaluar daños

Algunos congresistas han quieren ampliar ese fondo y piden medidas de estímulo económico adicionales, incluida otra bajada de impuestos. Pero tanto O'Neill como el banquero central, Alan Greenspan, dijeron ayer que conviene tomarse "algún tiempo para evaluar" los daños y definir qué medidas son necesarias. Según Greenspan, "es mejor estar acertados que ser rápidos".

Según estimaciones publicadas por Los Angeles Times, las medidas de estímulo económico propuestas por algunos congresistas costarán 180.000 millones de dólares sólo durante el año próximo (más de 32 billones de pesetas), incluyendo el aumento de gastos y las bajadas de impuestos.

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