El euro enfrenta a los candidatos a liderar a los conservadores británicos
El debate sobre el euro está provocando una profunda ruptura en las filas del partido conservador del Reino Unido, con las elecciones a la presidencia del partido de los tories a 15 días vista.
Los dos candidatos representan los extremos opuestos de opinión a favor y en contra de la integración del país en la zona euro.
El próximo día 12 de septiembre los delegados del partido eligen al sucesor de William Hague, quien dimitió de su cargo al frente del partido tras la fulminante derrota de los conservadores por el laborista Tony Blair en las elecciones generales del pasado junio.
El peso pesado Kenneth Clarke, ministro de Hacienda del último Gobierno conservador y firme partidario del euro, iba hasta hace unos días en cabeza en casi todas las encuestas. Pero su victoria se ha puesto en duda desde que la que fuera primera ministra, Margaret Thatcher, anunció su apoyo al candidato rival, el implacable euroescéptico Iain Duncan Smith. "Clarke parece tener aún más entusiasmo por el euro que el propio primer ministro", dijo Thatcher en una carta enviada al diario conservador Daily Telegraph.
Sondeos
Clarke ha prometido dar rienda suelta a cualquier miembro del partido que se oponga a su política a favor del euro. "Sobre este tema, todos los conservadores tendrán libertad de opinión", manifestó hace poco Clarke. Los sondeos todavía dan una amplia mayoría de los británicos en contra de la afiliación a Eurolandia. Concretamente, un 61% se mostró en contra de adoptar la moneda única, según un reciente sondeo encargado a la agencia MORI por el banco de inversión Schroder Salomon Smith Barney. La opinión negativa ha crecido en cuatro puntos frente a la última encuesta MORI del pasado mes de enero.
Por otra parte, el apoyo al euro cayó del 26% al 25% en el mismo periodo, con un 13% de indecisos. Clarke comparte con Blair la misma política sí, pero sobre el euro: ambos políticos lo apoyan en principio, pero también opinan que todavía no ha llegado el momento idóneo para la integración del Reino Unido en la Unión Económica y Monetaria.
No obstante, una victoria de Clarke significaría que los tres principales partidos políticos, con el Partido Liberal Demócrata, comparten al menos una política a favor de una mayor integración económica con Europa.
De hecho, una victoria de Clarke respaldaría la postura de su enemigo político Blair, que podría salvarse de ese modo de una reacción hostil, si el país vota no en el referéndum que el Gobierno se ha comprometido a convocar sobre el euro. Pero las sociedades de apuestas, siempre un barómetro fiable de la opinión pública, en estos momentos dan por hecha la victoria de Duncan Smith, con el apoyo de Thatcher y Hague.
El joven euroescéptico resume en su programa electoral su opinión tajante sobre la UE: "El Reino Unido ni quiere, ni necesita una moneda única, ni un ejército europeo, ni un Gobierno europeo".
Hague, el antiguo líder de los conservadores, manifestó su temor a que una victoria de Clarke abriese todavía más la escisión en el partido sobre el tema de Europa. "Me temo que la alternativa (a Duncan Smith) agrave aún más las fuertes divisiones que existen en el partido", afirmó.
La mayoría de los comentaristas políticos coincide en que el nombre que salga finalmente de las urnas el próximo día 12 puede decidir la suerte de los tories en las próximas elecciones generales y que el tema del euro va a dominar en las sucesivas campañas de los tres principales partidos.
Polémica por el despido de un colaborador de Smith por su vinculación a la extrema derecha
Cinco Días Madrid
Iain Duncan Smith, uno de los dos candidatos al liderazgo del Partido Conservador británico, en la oposición, dispuso el despido de uno de sus colaboradores en Gales, Edgar Griffin, por sus vínculos con un partido de extrema derecha.
Según informaron fuentes cercanas a Smith, el candidato pidió la inmediata retirada de Griffin tras conocerse que el padre de éste, Nick Griffin, es el presidente honorario del Partido Nacional Británico (BNP), de extrema derecha.
Hasta ahora, Edgar Griffin era vicepresidente del Partido Conservador en la localidad de Montgomery (Gales) y apoyaba la campaña del euroescéptico Iain Duncan Smith. El Partido Conservador en Gales investigará por qué no se detectó antes la presencia de Edgar Griffin en la campaña de Duncan Smith, quien ha declarado que luchó toda su vida contra la expansión de la ideología que defienden partidos como el BNP.
"No voy a tolerar que se infiltre gente así en el Partido Conservador y este es el tipo de medidas rápidas que se espera que yo tome cuando sea líder si encuentro más ejemplos de este tipo", declaró el candidato a los medios británicos.
Los analistas dudan que este tipo de escándalos mermen las opciones de Smith, que parte como gran favorito ante Kenneth Clarke para ser el nuevo líder de los tories. El ganador se conocerá el próximo 12 de septiembre una vez que hayan votado los 310.000 militantes de la formación política.