France Télécom y Sonera, primeras europeas que anuncian despidos
La ola de despidos que azota al sector tecnológico empieza a llegar a las grandes operadoras europeas. Sonera eliminará 1.000 puestos de trabajo, el 9% de su plantilla, con el objetivo de ahorrarse 10.000 millones anuales y reducir sus 848.569 millones de pesada carga de deuda. France Télécom va más allá y despedirá a 3.000 empleados en su recién adquirida filial Equant, el 20% de la fuerza de trabajo.
Dos nuevas empresas se añadieron ayer a la lista de tecnológicas que han tenido que recurrir al recorte de empleo para intentar sortear la crisis financiera y de confianza que vive el sector. France Télécom y Sonera despedirán a 3.000 y 1.000 empleados, respectivamente, con el objetivo de ahorrar costes y ser más competitivas ante la caída de la demanda. Las dos, además, se convierten en los primeros ex monopolios europeos afectados en lo que va de año por la tormenta, que hasta el momento se había quedado en las filiales de Internet de varios ex monopolios, Telefónica y BT, entre ellos.
La reducción prevista por Sonera afectará al 9% de la plantilla de la telefónica finlandesa y con ella pretende ahorrarse 60 millones de euros (9.983 millones de pesetas) anuales. El ex monopolio de Finlandia es una de las compañías europeas más afectadas por la caída de la demanda y, sobre todo, por el coste de la expansión en el nuevo móvil de tercera generación. Sonera ha acumulado una deuda de 848.569 millones de pesetas (5.100 millones de euros) que supera incluso a su capitalización bursátil, que está en 637.125 millones de pesetas después de un desplome del 94,7%.
"Estos cambios son el resultado de la caída de las expectativas económicas del sector", explicó Sonera en un comunicado. "Seguiremos trabajando en la reducción de deuda de acuerdo con los planes ya anunciados", añadió. Pero, una vez más, la compañía no supo convencer. La agencia de calificación de riesgo Moody's dio ayer el golpe de gracia a otra jornada negra para la cotización de Sonera con la rebaja del rating de la deuda a corto plazo de Prime-2 a Prime-3.
Más radical es el recorte de empleo previsto por France Télécom, que afectará al 20% de la plantilla de la recién adquirida, por más de 440.000 millones, Equant. Los 3.000 empleos en revisión permitirán un ahorro anual de 18.000 millones de pesetas a una compañía todavía en números rojos. El coste de la remodelación, que oscilará entre 7.200 y 9.000 millones, se repartirá salomónicamente entre matriz y filial.
El recorte de empleo no ha sido una sorpresa. France Télécom está fusionando Equant con su antiguo competidor Global One, para formar un gigante de las telecomunicaciones para multinacionales, y las duplicidades son notables. Además, ninguna de las dos compañías está en beneficios, como tampoco lo está su principal competidor, Concert, la joint-venture internacional de BT y AT&T.
Y al igual que Sonera, France Télécom también libra una dura batalla por reducir la deuda, que asciende a 9,98 billones de pesetas, fruto de varias adquisiciones (Equant, Orange) y de la compra de licencias de UMTS en Alemania y Reino Unido. Con este panorama, todo ahorro de costes es bienvenido.
El beneficio de Hutchison cae el 77%
La crisis de las telecomunicaciones ha impactado de lleno en el conglomerado chino Hutchison Whampoa, que no en vano es el principal inversor de Asia en compañías de telefonía europeas. El beneficio neto se ha desplomado un 77%, hasta los 166.140 millones de pesetas (998,52 millones de euros), por la caída del valor de sus participaciones en operadoras de telefonía móvil y el parón en el negocio portuario, otra de sus actividades.
Hutchison es propiedad del hombre más rico de Asia, Li Ka-shing, quien ha diseñado las inversiones en las principales operadoras europeas. La crisis del sector, sin embargo, ha hecho que las telecos pierdan 180 billones de capitalización en el último año, lo que ha obligado al conglomerado a provisionar las minusvalías generadas por su participación en Vodafone y Deutsche Telekom.
La compañía de Hong Kong reconoció ayer que fue ella la que vendió las acciones de Deutsche Telekom a principios de mes y aseguró que no ha roto ningún compromiso con la desinversión.