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INTERNACIONAL

El Gobierno argentino se plantea ya endurecer el plan de ajuste

La situación de Argentina se agrava por momentos. El Gobierno reconoció ayer que estudia endurecer el recorte de los salarios y las pensiones públicas desde el 13% al 20%. El Ejecutivo tuvo que pagar un 15% de interés por un canje de letras del Tesoro el pasado martes, pero ni así recibió el respaldo del mercado doméstico. Todas las miradas se vuelven de nuevo a Europa y EE UU.

El plan de ajuste del Gobierno argentino para alcanzar el déficit cero no ha durado ni un día. El Gobierno reconoció, el mismo día de la entrada en vigor del ajuste, que estudia endurecer los recortes, con lo que la reducción de salarios y pensiones públicas sería del 20%, en lugar del 13% inicialmente previsto.

La explicación es sencilla, pero preocupante: la crisis acentúa la caída de la recaudación (-8% en julio) y la falta de liquidez obliga a recortar aún más los gastos. En el caso de Argentina, estos ajustes se convierten en un círculo vicioso, ya que, al mismo tiempo, reducen las posibilidades de reactivación y aumentan la tensión social.

Ante la falta de liquidez, el Gobierno ha vuelto a recurrir al canje de deuda. El martes por la noche, el secretario de Finanzas, Daniel Marx, consiguió cerrar un acuerdo con los bancos locales para canjear letras del Tesoro que vencen antes de finales de año por un importe de 1.318 millones de dólares (unos 250.000 millones de pesetas) a cambio de títulos a más largo plazo. Con ello, suaviza el calendario de pagos que debe afrontar en los próximos meses (4.285 millones de dólares), pero a un alto coste: un 15% de interés, el mayor de la historia, y que puede ser mayor, ya que el Gobierno se vio obligado a fijar una tasa flotante.

Los mercados ya no confían en los planes del Gobierno. Pese al anuncio del canje, la Bolsa de Buenos Aires cayó desde la apertura en torno a un 5% y el riesgo-país superó los 1.700 puntos. Sólo Nigeria está por delante de Argentina en este ranking.

La gravedad de la situación provocó una reunión de emergencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezada por su responsable, Horst Köhler. El objetivo es estudiar un posible adelanto de los pagos que el Fondo tiene comprometido hacer a Argentina en los próximos meses, con el fin de alejar los temores a una suspensión de pagos de la deuda y calmar, así, los mercados.

Para ello, el principal problema es, en estos momentos, la ambigua actitud que mantiene el Gobierno de EE UU respecto a Argentina. Pese al apoyo de Köhler y de los principales responsables del Tesoro estadounidense al plan de ajuste, lo cierto es que la Administración Bush ha evitado lanzar un claro mensaje de apoyo a Argentina. A ello se une su insistencia en reformar el papel del FMI en las crisis, lo que hace temer, según fuentes diplomáticas consultadas por Cinco Días, que EE UU quiera dar una lección ejemplar con el caso argentino.

De ahí que el Gobierno que preside Fernando de la Rúa haya reiniciado los contactos con los Gobiernos europeos para tantear su disposición a algún tipo de cooperación financiera. Desde las cancillerías europeas ayer se guardaba silencio.

De la Rúa recibió ayer el respaldo del primer ministro británico, Tony Blair, en un encuentro por lo demás histórico. Se trataba de la primera visita de un jefe de Gobierno de Reino Unido a Argentina desde la guerra que ambos libraron hace 19 años por la soberanía de las islas Malvinas.

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