Dos tercios de los valores del índice Euro Stoxx están en pérdidas este año
Las Bolsas europeas están sembradas de pérdidas. Dos tercios de los valores integrantes del índice Euro Stoxx amplio (que incluye las 312 compañías de mayor liquidez de la zona euro) están en negativo este año. La caída del Nasdaq, la sucesión de alertas sobre resultados, así como las turbulencias económicas de algunos mercados emergentes están en el origen de los descensos.
La amenaza de recesión económica presiona los mercados de todo el mundo. La lluvia de rebajas de resultados previstos que empezó a sacudir las Bolsas de Estados Unidos se ha contagiado a Europa y ha dejado las Bolsas cubiertas de números rojos. El nerviosismo se ha llevado por delante dos tercios de los 312 valores que integran el Euro Stoxx, que se encuentran en negativo este año.
Los inversores europeos no han hecho más que replicar el comportamiento de su principal referente, el Nasdaq. El índice tecnológico retrocede desde enero cerca del 19%, y el Euro Stoxx, el 11,7%. Otros índices nacionales también pierden. Francfort cae el 8,76%; París, un 12,7%; Milán, el 16,5%, y Madrid, el 1%.
Como cabía esperar, tecnológicas y telecomunicaciones encabezan los descensos. La inquietud sobre los resultados de estas empresas, así como los altos niveles de deuda alcanzados por las telecos, han pasado factura a su cotización. Entre las primeras, Alcatel y Nokia, que han rebajado recientemente sus previsiones, bajan en el año el 60% y el 45%. Por su parte, Sonera y KPN ceden un 52% cada una.
Sólo cuatro sectores de los 18 en los que se divide el índice europeo avanzan. Las subidas corresponden a los grupos más defensivos, esto es, petroleras, automovilísticas, constructoras y farmacéuticas. Cuatro empresas españolas están entre las 10 mejores del Euro Stoxx desde enero, y dos de ellas, Cepsa y Ferrovial, encabezan las subidas, con un 47,3% y 43,5%. Las otras dos, ACS y Dragados, ganan el 27,8% y 30,4%.
Tal y como ocurre al otro lado del Atlántico, la sucesión de advertencias sobre peores resultados, o profit warning, no sólo han venido de parte de la vieja economía, sino también de las firmas tradicionales, lo que ha minado la confianza de los inversores, que no ven mejoría a corto plazo. A todo ello se unen las turbulencias económicas en algunos mercados emergentes, como Argentina y Turquía, y el consiguiente temor a un contagio en sus respectivas áreas de influencia.
El BCE, presionado por diversos sectores del mercado, se unió a la Reserva Federal estadounidense en su intento de atajar la caída de los índices. La institución rebajó en mayo los tipos en 0,25 puntos, recorte que fue visto como insuficiente y tardío. Sin embargo, los datos recientes de precios en la zona muestran que las presiones inflacionistas continúan, lo que aleja la posibilidad de nuevas medidas en este sentido.