El Banco de Japón sortea la presión y se resiste a relajar más su política
El gobernador del Banco de Japón (BOJ), Masaru Hayami, no tiene intención de ceder a las presiones del Gobierno que le instan a relajar aún más su política monetaria para hacer frente a la crisis económica. Antes de comenzar la reunión de dos días que mantiene el BOJ, Hayami declaró ayer que la política monetaria ya está adaptada y que le toca el turno a las reformas estructurales económicas del Gobierno, a la vez que avanzó no creer estar "en una situación donde debemos adoptar medidas adicionales de política monetaria".
El pasado 19 de marzo el BOJ aprobó un giro en su habitual actuación y, en lugar de rebajar los tipos de interés (ya estaban en el 0,15%), relajó su política marcándose objetivos cuantitativos, aumentando hasta cinco billones de yenes (7,5 billones de pesetas) las reservas destinadas a la banca, frente a los cuatro billones anteriores.
Desde hace meses, el Gobierno y el BOJ se urgen mutuamente a buscar una solución a la crisis económica, reflejada en el informe del Ejecutivo publicado ayer y en el que, por quinto mes consecutivo, se rebaja la valoración de la economía nipona, afirmando que está "deteriorándose". La debilidad del consumo y de la inversión empresarial, debido a la caída de las exportaciones, se apuntan como los responsables de este deterioro.
El ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, fue más allá y alertó del peligro de estar en recesión al anunciar que este trimestre sería incluso peor que el anterior, cuando el PIB cayó un 0,2%.