Alemania bloquea el acuerdo de la UE para regular las OPA
La urgente reforma de los mercados financieros ha vivido 24 horas de convulsión. Mientras Bruselas armonizaba el folleto de las OPV y la normativa contra la manipulación de los mercados, Alemania dinamitaba, a través del Parlamento Europeo, la norma sobre ofertas públicas de adquisición (OPA). Peor aún, Berlín augura tiempos duros para unas propuestas legislativas que considera una claudicación ante el capitalismo de corte anglosajón.
En la madrugada del miércoles fracasó el penúltimo intento para salvar la directiva de OPA. Una norma que estaba marcada con tinta roja como una prioridad en el plan de integración de servicios financieros. La urgente reforma de los mercados financieros (antes de 2005) que proclamaron los jefes de los Gobiernos de la Unión en las cumbres de Lisboa y Estocolmo está en el alero.
El punto de fricción fue, una vez más, el artículo nueve del proyecto de directiva, que prohíbe a las empresas europeas defenderse de una OPA hostil sin consultar con los accionistas. El Parlamento se opone a esta prohibición. Aun así, el llamado comité de conciliación entre Parlamento y Consejo (representantes de los 15 Estados miembros) intentó en vano superar las enormes diferencias que aún les separan en cuanto a la regulación de las OPA en Europa.
El enfrentamiento no respondió a los cánones habituales. Existieron dos bloques, sí, pero formados cada uno por representantes de ambas delegaciones (Parlamento y Consejo), que acudieron divididas por una nítida frontera más geográfica que ideológica.
El representante del Gobierno socialista alemán se alió con las tesis más proteccionistas defendidas por el ponente parlamentario, el también alemán (pero conservador) Klaus-Heiner Lehne. Los europarlamentarios socialistas alemanes secundaron este bando, que defiende el derecho de los consejos de administración a ejecutar operaciones defensivas (como la emisión de papel en Bolsa o la búsqueda de un aliado) cuando una OPA hostil cuestione su gestión y amenace con hacerse con la compañía.
Enfrente, los 14 Estados miembros restantes, más los parlamentarios de otras nacionalidades sin diferencia de partido (entre ellos, dos populares y un socialista españoles) se negaron a aceptar las reservas planteadas por Alemania que inutilizarían, según la Comisión, el sentido de la directiva.
No obstante, el comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, autor del proyecto, ofreció durante el encuentro una cláusula de revisión del artículo nueve para verificar dentro de tres años el efecto de la prohibición de medidas defensivas ante una OPA hostil.
Bolkestein cree que en ese plazo los temores alemanes a una invasión de capital extranjero se habrán disipado. Sólo el 2% de las OPA realizadas durante los últimos 11 años, arguye el comisario, fueron hostiles.
Pero Alemania no olvida que en ese porcentaje figura la traumática OPA hostil de la telefónica británica Vodafone contra la alemana Man-nesmann, cuyo triunfo no pudo impedir ni siquiera la intervención del canciller Gerhard Schröder. En los cuarteles generales de empresas como Volkswagen o DaimlerChrisler, el precedente de Man-nesman se barrunta como una sombra que conviene alejar.
æscaron;ltima tentativa de consenso el próximo 5 de junio
El Parlamento Europeo y el Consejo (representantes de los Estados miembros) celebrarán el próximo 5 de junio, en Luxemburgo, la última reu-nión para buscar un acuerdo sobre la directiva de OPA. Los europarlamentarios alemanes se resistieron incluso a esta convocatoria, pero el buen oficio del presidente de la delegación, el conservador británico James Provan, les arrancó en el último momento una última oportunidad.
Si se produce un definitivo fracaso, la Comisión Europea deberá iniciar todo el procedimiento legislativo desde el principio, tras más de 12 años buscando el acuerdo en este proyecto de directiva.
Provan incluso va a abrir consultas con la presidenta del Parlamento Europeo, Nicole Fontaine, para evaluar el impacto del fracaso que se cierne sobre el encuentro y la repercusión en el engranaje institucional.
La comisión advirtió ayer claramente que prefiere renunciar al proyecto antes que aceptar las pretensiones de Alemania. Berlín pretende dificultar al máximo las OPA hostiles entre empresas comunitarias.
Bruselas armoniza la normativa contra la manipulación de acciones
El Gobierno pide que abran líneas de cable a los competidores
La Comisión Europea dio luz verde ayer a la propuesta de directiva que unificará la lucha contra la manipulación de acciones y el tráfico de información privilegiada. La norma, otro paso más en la integración de los mercados financieros de la Unión, se tramitará por el procedimiento propuesto en el informe Lamfalussy, lo que debe garantizar un aprobación rápida y la posibilidad de actualizarla al ritmo que impongan los mercados.
El comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, ha estrenado por partida doble el método legislativo que le puso en bandeja el comité de sabios presidido por Alexandre Lamfalussy. Si funciona la propuesta del comité, en el que figuró el exgobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, los mercados bursátiles de la Unión Europea disfrutarán en el 2003 de una normativa común sobre manipulación de acciones y tráfico de información privilegiada.
"Se potenciará así la confianza del inversor", augura Bolkestein, "permitiendo a nuestros mercados crecer y desarrollarse". "Dejémoslo claro", pide el comisario con su habitual franqueza, "que en la Unión Europea no habrá tolerancia con los estafadores financieros". En la actualidad, no hay legislación a nivel europeo para combatir la manipulación de los mercados, mientras que las normas nacionales sobre abuso de información difieren considerablemente.
La directiva prevé que cada Estado miembro designe una sola autoridad reguladora y supervisora de las bolsas de su territorio. El texto fija "el mínimo común de responsabilidades" que deberán asumir lo 15 organismos designados, que deberán ocuparse siempre tanto de la manipulación de acciones como de la información privilegiada. En algunos Estados todavía existen una autoridades competente para cada delito.
Además, la directiva actualmente en vigor data de 1989 y Bruselas cree que la drástica transformación experimentada por los mercados desde entonces ha dejado el texto completamente desfasado.
La nueva directiva extiende, por ejemplo, su ámbito de aplicación a todos las plataformas alternativas que han surgido o que pueden surgir en los próximos años.
El texto obliga a los Estados miembros, además, a imponer sanciones administrativas, al margen de la responsabilidad criminal de los infractores, que sean "efectivas, proporcionadas y disuasorias". Las autoridades deberán hacer públicas las sanciones, no sólo como escarmiento, sino también para aumentar el nivel de protección del inversor.
La última novedad es que el Comité de Valores, que la Comisión Europea, siguiendo el plan Lamfalussy, creará en breve, podrá actualizar la directiva siempre que lo exija la evolución del mercado. No hará falta ya la procelosa tramitación de un nuevo texto legal. Pero en este punto, Bolkestein puede chocar de nuevo con su peor enemigo: el Parlamento Europeo. La Eurocámara amenaza con frenar todo el procedimiento si no obtiene el derecho sobre la labor de ese futuro Comité.
Las empresas europeas contarán con un folleto único en 2003
Unificadas las normas sobre salida a Bolsa
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La Comisión aprobó ayer la creación de un folleto informativo único para la emisión de títulos y su venta al público. La propuesta de directiva trata de armonizar los diferentes sistemas en vigor dentro de los Estados miembros. La propuesta de normativa se tramitará según el procedimiento propuesto por Lamfalussy, que debe asegurar una aprobación rápida. Así, los Quince pretenden que el folleto único sea operativo en 2003.
"La directiva propuesta simplificará y mejorará considerablemente todo el sis-tema de folletos, de modo que será más sencilla y menos costosa la captación de capitales en la Unión Europea", comentó la Comisión en un comunicado. Frits Bolkestein, comisario de Mercado Interior, declaró que "actualmente la gran dis-paridad de normas nacionales hacen de ésta una operación costosa, compleja y poco rentable".
La nueva norma unifica la legislación en el sentido de que impone el reconocimiento mutuo entre las autoridades bursátiles de los Estados miembros. Es lo que se denomina un pasaporte único para los emisores. Asimismo, los criterios que deberán seguir las empresas europeas para salir a cotizar serán los mismos. Este último aspecto es relevante en la medida en que las cifras que ofrezcan las compañías en los distintos mercados deberán ser comparables.
La normativa prevé que los folletos se dividan en tres tipos de documentos -el de registro, una nota bursátil y una nota resumen- que podrán circular y distribuirse de manera separada. También se establecen unas normas determinadas de redacción. Pero no se detalla si, como se adelantó a principios de semana, el folleto se escribiría en "la lengua utilizada del mundo financiero", un eufemismo que evitaba decir abiertamente que los folletos se redactarán en inglés.